El próximo 6 de febrero se cumplirán 4 años de la muerte no accidental de 15 personas en el mar a pocos metros de la playa del Tarajal en Ceuta. Estas 15 personas murieron ahogadas al serles impedida la llegada a la playa por efectivos de la Guardia Civil mediante el uso de pelotas de […]
El próximo 6 de febrero se cumplirán 4 años de la muerte no accidental de 15 personas en el mar a pocos metros de la playa del Tarajal en Ceuta. Estas 15 personas murieron ahogadas al serles impedida la llegada a la playa por efectivos de la Guardia Civil mediante el uso de pelotas de goma y botes de humo.
Estas personas intentaban llegar a la Unión Europea (UE) en busca de trabajo y/o asilo, pero tuvieron que jugarse la vida, y perderla en este caso, porque la UE, de la que España forma parte, impide y desregula la llegada organizada y legal de la gran mayoría de las personas migrantes.
Hace unos pocos días, el juzgado de instrucción nº 6 de Ceuta ha vuelto a decretar el archivo de la causa abierta por la muerte no accidental de las víctimas del Tarajal. La razón aducida por el juzgado está en la dificultad que dice tener para deducir testimonio de personas supervivientes que consiguieron salvar la vida y llegar posteriormente a Alemania.
Las acusaciones particulares que defienden los intereses de las familias de las personas muertas no accidentalmente, que defienden la memoria de las personas injustamente ahogadas, están en condiciones de poner en comunicación a esos testigos con el juzgado, pero las dificultades para hacerlo deben ser para el juzgado muy superiores a la necesidad de establecer con exactitud lo sucedido en la madrugada del 6 de febrero de 2014, y de depurar las responsabilidades consiguientes.
Porque aunque de manera injusta, no haya un resarcimiento judicial y material para las víctimas del Tarajal, lo sucedido esa noche fue un crimen, aunque ningún juzgado encuentre pruebas ni autores. Fue un crimen político, como hay tantos en la frontera sur, derivado de la aplicación de políticas represivas a ultranza contra las personas migrantes.
Políticas represivas y disuasorias que no pretenden disuadir, solo criminalizar a las personas migrantes. Se les criminaliza al obligarles a desgarrarse en alambradas dignas de cualquier campo de concentración nazi, se les criminaliza al referirse a ellos como «avalancha» que invade Europa, se les criminaliza al asociarles a las presuntas «mafias» que tanta policía y tanta vigilancia fronteriza no pueden reducir. Se les criminaliza fundamentalmente, porque es la manera de conseguir el efecto de miedo y odio entre sectores de la población europea. Miedo y odio que promuevan el racismo y la insolidaridad, que justifiquen la reducción de las libertades, el crecimiento del autoritarismo.
DOS PORTEADORES MARROQUÍES MUERTAS
No es lo único que sucede en la frontera sur en estos días. Dos mujeres marroquíes, lham Ben Chrif y Souad Zniter, han muerto aplastadas en una avalancha de verdad el lunes 22 de enero.
Las dos se ganaban la vida como porteadoras. Nombre que reciben las personas, mujeres en su inmensa mayoría, que se desplazan todos los días para cargar mercancías provenientes de Europa, que entran como contrabando consentido en Marruecos desde Ceuta y Melilla, que se han convertido en puertos francos que mueven más de 1.400 millones de euros al año.
En los últimos meses han muerto ya seis mujeres de la misma forma. ¿Accidente laboral? No es un sarcasmo, las porteadoras son trabajadoras precarizadas y maltratadas por sus patrones, y por las autoridades fronterizas marroquíes y españolas. Son miles de personas que cargando fardos de más de 50 kilos, intentan hacer varios viajes a ambos lados de la valla fronteriza para ganar entre 5 y 10 euros por fardo.
Las condiciones de entrada y salida son indignas y inhumanas, auténticos embudos donde en cualquier momento se puede producir la caída y la avalancha, lugares donde no es posible encontrar unos servicios o una fuente, donde las mujeres acampan al raso la noche entera para no perder ni un minuto de tiempo.
En esas fronteras, la actuación de las fuerzas de seguridad hacia las mujeres porteadoras es violenta y prepotente. En la frontera sur se pueden hacer buenos negocios, mano de obra barata y sin derechos, fronteras abiertas para el contrabando tolerado de mercancías, fronteras cerradas para las personas que quieren llegar a Europa pagándose el billete, vallas y policía suficiente para derivar a los migrantes hacia el mar en condiciones de riesgo de muerte, viajando en colchonetas hinchables.
JUICIO A HELENA MALENO
En la frontera sur, también estos días, se pretende perseguir, criminalizar, quitar de en medio a quienes, como Helena Maleno, luchan desde hace años en solidaridad con las personas migrantes. Helena Maleno forma parte de una red solidaria QUE SALVA VIDAS HUMANAS, recoge las llamadas de los migrantes en riesgo de muerte en alta mar y las transmite a los servicios de salvamento marítimo español y marroquí.
Helena Maleno es la voz de muchas personas a las que se les roba la suya, a los que no se escucha aunque llamen, es la testigo molesta de una política migratoria que mata. Helena Maleno afronta un procedimiento judicial en Tanger acusada de colaborar con redes de tráfico de personas.
La Audiencia Nacional española archivó la causa por la misma acusación, ese archivo debería bastar para que las autoridades judiciales marroquíes suspendieran su actuación, pero…la Audiencia Nacional no termina de comunicar formalmente a los jueces de Tanger el archivo de la causa. Atacar y perseguir a los defensores de los derechos humanos en la frontera sur, esa es una parte esencial de las políticas migratorias de la UE, España y Marruecos.
MENORES MIGRANTES MUERTOS EN MELILLA
También en la frontera sur en estas semanas pasadas han fallecido dos migrantes menores de edad en Melilla, se llamaban Soufian y Mamadou, han muerto en centros de acogida de la ciudad autónoma.
¿Le ha preocupado al Consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, el fracaso que supone la muerte de dos adolescentes que estaban bajo custodia pública? No lo parece, ha calificado a uno de ellos de: «vago, maleante, y drogadicto» y se ha negado a recibir a su familia con las siguientes palabras: » porque para que vengan a llevarse un cadáver que hubieran venido antes a por su hijo».
La catadura moral de cierto tipo de personas, no merece ni adjetivos, solo constatar que ese tipo de personas son los que ponen en práctica políticas migratorias crueles y inmorales, diciendo representarnos, lo que nos pone descarnadamente ante nuestras (i)rresponsabilidades como ciudadanos.
LA CÁRCEL DE ARCHIDONA
El recorrido por la frontera sur estas semanas, puede ampliarse a este lado del estrecho, a la prisión de Archidona. En esa cárcel convertida en CIE temporal, una persona migrante bajo custodia pública, Mohamed Bourdebala, ha muerto, presuntamente por suicidio, tras permanecer 18 horas en régimen de aislamiento.
Para Juan Ignacio Zoido, Ministro del Interior, el fallecido era «uno de los cabecillas, uno de los alborotadores» que protestaron y causaron importantes destrozos justo antes de que se le sometiera a régimen de aislamiento. Por lo demás, el Ministro del Interior no asume ninguna responsabilidad en la muerte de Mohamed Bourdebal.
COMBATIR LAS POLÍTICAS MIGRATORIAS
Así siguen las cosas, pero ninguna de esas cosas es accidental, todas son producto de políticas tan inhumanas como combatibles. Ese es el otro lado de esta crónica de crueldades, a las que no nos debemos de acostumbrar. Las políticas migratorias de la UE son criminales, pero son denunciables y perseguibles.
Las políticas migratorias de la UE y España en la frontera sur, en Ceuta y Melilla, son las que debemos combatir y denunciar desde aquí, desde España, desde Andalucía, desde Cantabria.
Esa denuncia se hace, la gente solidaria de Caminando Fronteras, de la APDH de Andalucía, de la Coordinadora de Barrios, de CEAR, de otras organizaciones y colectivos, da la cara día y a día en la frontera sur. Con su presencia, sus informes, su movilización, han conseguido que la barbarie cotidiana que allí se practica salga a la luz. En otras muchas partes de España y Europa, también en Cantabria, la solidaridad y la movilización hacen frente a las políticas xenófobas y racistas de los gobiernos europeos, políticas que deliberadamente promueven la vuelta del fascismo. No en nuestro nombre, no sin que nos opongamos.
En estos días se suceden los actos que recuerdan a las víctimas del Tarajal, como el que Pasaje Seguro organiza el viernes en Santander en la Vorágine. El 24 y el 25 de febrero las manifestaciones a favor de la acogida y del pasaje seguro para las personas migrantes volverán a recorrer muchas calles europeas. Después de esas manifestaciones continuaremos difundiendo, organizando, enfrentándonos a las políticas que niegan los derechos humanos a las personas migrantes.
Al hacerlo, estaremos trabajando por la única política migratoria posible, la que se basa en la acogida y la solidaridad. Estaremos defendiendo nuestros propios derechos, directamente amenazados por nuestros propios gobiernos. Al hacerlo, podremos escuchar las noticias de las fronteras europeas, de la frontera sur, sintiendo algo más que vergüenza.
* Este viernes, 2 de febrero, en La Vorágine (Calle Cardenal Cisneros, 15 – Santander / Cantabria), a partir de las 19,30 horas, se recordará a las víctimas de El Tarajal, con proyecciones, testimonios directos y un coloquio
Jesús Puente, activista de Pasaje Seguro