El embajador cubano en España, Alberto Velazco, calificó hoy el bloqueo que casi desde el triunfo de la revolución cubana lleva ejerciendo Estados Unidos contra la isla de «guerra económica» y «genocidio» contra un país «pequeño, subdesarrollado y pobre». Durante una rueda de prensa en Madrid, Velazco resaltó que estas medidas han supuesto pérdidas para […]
El embajador cubano en España, Alberto Velazco, calificó hoy el bloqueo que casi desde el triunfo de la revolución cubana lleva ejerciendo Estados Unidos contra la isla de «guerra económica» y «genocidio» contra un país «pequeño, subdesarrollado y pobre».
Durante una rueda de prensa en Madrid, Velazco resaltó que estas medidas han supuesto pérdidas para el Gobierno de Fidel Castro de más de 89.000 millones de dólares, una cantidad «increíble».
Según recordó, el bloqueo «afecta a todos los sectores de la vida cotidiana de los cubanos» y esta política de las administraciones estadounidenses, lejos de mitigarse, remarcó, «ha continuado y se ha intensificado». Al mismo tiempo, insistió en que todas estas medidas no sólo afectan al pueblo de Cuba, sino también al norteamericano, porque no pueden viajar a la isla, y a la población cubana en Estados Unidos, «porque limita el envío de recursos».
Así lo indicó el embajador con motivo de la próxima votación en la Asamblea General de Naciones Unidas de la resolución cubana sobre el bloqueo tras la entrega al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, por parte del ministro cubano de Exteriores, Felipe Pérez Roque, de un informe sobre los efectos del bloqueo y las medidas tomadas por la isla en este último año.
La resolución, que se votará el próximo 30 de octubre y lleva por título ‘Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba’, viene presentándose cada año desde 1992 y en la de 2006 la apoyaron un total de 183 países. Tan sólo cuatro, entre ellos Estados Unidos e Israel, votaron en contra.
En esa ocasión, explicó Velazco, Estados Unidos «utilizó a Australia para tratar de introducir una enmienda al proyecto de resolución, contaminarla, y obstaculizar el proceso de adopción de la misma». Frente a esta situación, Cuba presentó una «moción de no acción» para intentar frenar la enmienda, lo cual finalmente fue aprobado.
CRÍTICAS A LA UE
En este sentido, el embajador criticó la postura que adoptó la UE en este caso, ya que todos los países miembros votaron en contra de la «moción de no acción» presentada contra la enmienda australiana, pero después apoyaron la resolución de Cuba contra el bloqueo estadounidense.
Esta actitud pretende, a juicio del representante diplomático de Cuba en España, «estar bien con Dios y con el Diablo», siendo éste último la Administración norteamericana y su «profundo desprecio a lo que pide Naciones Unidas» desde 1992, con el apoyo de la mayoría de los países a la resolución contra el bloqueo.
Para la próxima votación, Velazco confió en que la «inmensa mayoría» de los miembros de la Asamblea General volverá a apoyar su resolución, pero también en que Estados Unidos «volverá a hacer caso omiso del clamor de la mayoría de la comunidad internacional».
DERECHOS HUMANOS Y ECONOMÍA
«La aplicación del bloqueo no sólo ha causado grandes sufrimientos al pueblo cubano, violando brutalmente sus Derechos Humanos fundamentales, también perjudica los intereses y los derechos del propio pueblo norteamericano, de los cubanos residentes en los Estados Unidos, así como de los ciudadanos de terceros países afectados por el marcado incremento del efecto extraterritorial de esta política», señala el informe entregado a Ban Ki Moon.
Por otro lado, Velazco insistió en los efectos negativos que provoca el bloqueo al ámbito económico y comercial, siendo una de las consecuencias más directas el aumento de los precios de las importaciones desde Estados Unidos al tener que utilizar entidades intermediarias, así como licencias especiales y pagos al contado y por adelantado.
En el informe entregado al secretario general de la ONU, el Gobierno cubano destaca que los efectos negativos durante 2005 «sobrepasaron los 1.305 millones de dólares», siendo los mayores perjuicios «por la imposibilidad de acceder al mercado estadounidense» y contra marcas cubanas de gran renombre como Habana Club y Cohiba.
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