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Cuba, ¿una sociedad inamovible?

Fuentes: Rebelión

Son constatables los cambios que se están produciendo en Cuba, sin cuestionar los principios básicos de su revolución

Cuando he vuelto a pasear por las calle de La Habana en este mes de abril de 2014 y tras conversar con decenas de cubanos y cubanas de diferentes edades y de maneras de pensar, he seguido comprobando nuevamente la existencia de un pueblo vitalista, culto y lleno de vida, que mayoritariamente y con grandes dosis de una confianza siempre está esperando cambios hacia ese mundo mejor que sus líderes políticos les prometieron y que comenzaron a construir en enero de 1959 tras el triunfo de su revolución, aunque el escepticismo cunde entre buena parte de la población como consecuencia de las dificultades económicas existentes en el país.

Me he vuelto a encontrar en esas coloridas calles habaneras, a un pueblo que se enfrenta a grandes contradicciones en su vida diaria y que se siente orgulloso de tener un sistema sanitario, educativo y de protección social con niveles cercanos o superiores a los de los países del denominado primer mundo, y a la vez se enfrentan a unos salarios que no les permite vivir de manera satisfactoria, y que les obliga a desarrollar más de una actividad laboral o profesional, buena parte de ellas en el marco de la economía sumergida e incluso en algunos casos con carácter ilegal o delictivo, todo ello con el fin de lograr cada mes los ingresos económicos necesarios para satisfacerlas necesidades mínimas de sus familias.

Sin embargo esta realidad tan controvertida, lleva muy frecuentemente a la mayoría de los medios de comunicación y de los políticos de diferentes partes de mundo, y de una manera claramente intencionada y simplista, a divulgar continuamente que Cuba es una sociedad inamovible anclada en su pasado de revolución fracasada.

Es cierto y nadie puede negar que la sociedad cubana vive en una continua contradicción y en un enfrentamiento dialéctico continúo entre lo nuevo que se quiere abrir paso y el pasado de un país al que no se le dejó, por parte de las grandes potencias, seguir el libre camino que pretendió impulsar el Movimiento 26 de Julio liderado por el abogado Fidel Castro Ruz, tras lograr el derrocamiento de la criminal dictadura de Fulgencio Batista en 1959.

Lamentablemente se niega con intencionalidad política, que en la década de los sesenta del siglo pasado, el acoso de los continuos gobiernos de Estados Unidos, las agresiones de la mafia cubano-norteamericana con el apoyo de la CIA organizando invasiones y actos terroristas en territorio cubano, la incomprensión de una parte mayoritaria de la burguesía cubana del interior y del exilio y la complicidad de buena parte de los gobiernos democráticos del mundo, provocaron en dichos años una situación insostenible que llevó a las nuevas autoridades cubanas para lograr sobrevivir, a realizar un acercamiento a la entonces Unión Soviética, que progresivamente fue influenciando en la realización de profundos cambios políticos y económicos en Cuba, que no estaban previsto en el modelo de sociedad libre, democrática y solidaria que querían para su país, los revolucionarios alzados en armas contra la tiranía de Fulgencio Batista y cuyo ideario quedó reflejado en el texto del alegato que el propio líder Fidel Castro, realizó en su defensa durante el juicio al que fue sometido, tras haber sido detenido después del frustrado asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba en 1956y cuyo texto fue posteriormente conocido mundialmente con el nombre de «La historia me absorberá».

Como consecuencia de estas circunstancias no previstas por los combatientes y patriotas del Movimiento 26 de Julio, Cuba fue víctima durante décadas de los intereses estratégicos de las dos grandes potencias: los Estados Unidos y la Unión Soviética, que la colocaron en el centro de la denominada «guerra fría», y que impidió el verdadero desarrollo del proyecto político y económico de transformación nacional, social y democrática en la que estaba inspirada la revolución cubana.

No obstante y aunque ya no se puede dar marcha atrás, la realidad incuestionable es la existencia de una difícil situación por la que atraviesa el pueblo de Cuba, fruto de erráticas medidas económicas y en buena medida como consecuencia del bloqueo económico que sigue imponiendo el Gobierno de los Estados Unidos contra este pequeño país caribeño, tras décadas de finalizada la «guerra fría» y a pesar de las decisiones reiteradas aprobadas contra el citado bloqueo por parte de la Naciones Unidas, que los gobernantes del imperio no quieren cumplir, lo cierto es que esta situación no está impidiendo que se estén produciendo importantes y progresivos cambios legislativos y económicos en el país que inevitablemente irán acompañados posteriormente también de determinados cambios políticos para beneficio del pueblo cubano.

A propósito de mi artículo ¿Qué se espera que pase en Cuba?

Recordando un artículo que publiqué en Rebelión el día 19 de marzo de 2008 ( http://www.rebelion.org/noticia.php?id=64391 ), a propósito de la designación de Raúl Castro Ruz, como nuevo Jefe del Consejo de Estado y de Ministros, por parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento de Cuba), yo afirmé que los cambios que se tuvieran que producir en Cuba serian encabezados por el hombre que acababa de sustituir al líder indiscutible de la revolución cubana.

En dicho artículo se decía que dichos cambios venían precedidos por la celebración en septiembre y octubre de 2007 «de 215.687 reuniones o asambleas en todo el país, en fábricas, barrios, universidades, etc., donde participaron más de cinco millones de personas y donde ellos mismos (los propios cubanos y cubanas) señalaron de manera muchas veces con dureza y con un alto nivel de crítica, los problemas, los errores, los abusos, etc. existentes o que se están cometiendo en el país. En dichas reuniones y asambleas se efectuaron un millón y medio de propuestas recogidas en actas escritas, para analizar y resolver dichos problemas».

El propio Raúl Castro, que propicio la celebración de dichas asambleas, declaró públicamente que los cubanos se habían «manifestado inequívocamente a favor de cambios que propicien la solución de muchos de los problemas que padecen en la actualidad y que quieren que se acaben con muchas de las prohibiciones actuales y normas legales, hacen más daño que beneficio» entendiendo que si bien pudieron ser » correctas y justas en su momento» hoy » no pocas de ellas han sido superadas por la vida y detrás de cada prohibición incorrecta, búsquese un buen número de ilegalidades».

Yo decía en aquel artículo que «En los próximos días, semanas o meses, se deberán acabar con esas prohibiciones que impiden a los cubanos o cubanas hospedarse en un hotel de su propio país, o vender las vivienda de su propiedad o comprarse libremente un automóvil si disponen de recursos para ello o viajar fuera de Cuba si el país de destino le otorga visado».

Cambios legislativos en estos seis últimos años

Tal como se había comprometido el nuevo presidente del país, en estos últimos seis años se han producido cambios legislativos importantes demandado por la propia población cubana y que poco a poco están influenciando en su vida diaria, aunque aún no han permitido superar las carencias económicas de buena parte de la población.

Citando algunos de los cambios más destacados y que han tenido mayor repercusión mediática, podemos mencionar a los siguientes:

– Se ha eliminado las restricciones legales o inconvenientes burocráticos por parte de las autoridades cubanas, para la salida y entrada en el país de los cubanos que lo deseen, si éstos obtienen visado en los países de destino, que era una demanda histórica de la población cubana.

– Se han aprobado medidas legislativa que permiten de manera legal la compra y venta de vehículos de motor y de viviendas entre la población cubana, que también era un deseo masivamente manifestado por los cubanos y cubanas.

– Se ha regulado la iniciativa económica privada en una gran cantidad de actividades industriales, comerciales y de servicio, a través del impulso del trabajo por cuenta propia o la creación de pequeñas empresas por todo el país.

– Se ha autorizado la contratación de trabajadores por cuenta ajena, por parte de las mencionadas pequeñas empresas privadas que se han ido creando, eliminando así el monopolio existente por parte del Estado para la realización de dichas contrataciones.

– Se han establecido acuerdo con los trabajadores de diversos sectores productivos y se servicios, para que éstos se hagan cargo de la prestación de diversos servicios de manera privada o a través de cooperativas o por el arriendo de dichos medios productivos o de servicios.

– Se ha fomentado la distribución masiva de tierras entre los campesinos y la libre producción de productos agrícolas y su venta directa a la población a través de los mercados agropecuarios, con el fin de ir logrando un aumento de la producción de alimentos.

— También se ha aprobado la limitación a dos mandatos como máximo, para todos los cargos de gobierno en el país, incluido el del presidente del Consejo de Estado y de Ministro.

– Se ha elaborado una amplia normativa legal para regular la nueva reforma fiscal, a través de un proceso de creación de nuevos impuestos que se están generando como consecuencia de los cambios o actualizaciones económicas en el país por parte de la irrupción de la económica privada.

– Se ha aprobado en estos días una nueva Ley que regula las Inversiones Extranjeras en el país, con el fin de facilitar la presencia de empresas extranjeras y el aumento de las inversiones en el país, reforzando la seguridad jurídica de las mismas, que representará un avance muy importante en la legislación en dicho sector.

– Se ha elaborado ya un proyecto de Ley de Protección a los Consumidores que garantice los derechos y obligaciones de las empresas públicas y privadas y de los propios ciudadanos en relación a la compra o utilización de productos y servicios y afronte estas nuevas realidades existentes en las que el estado ya no tiene el monopolio de la producción de bienes y servicios y comparte, aunque aun minoritariamente, con la iniciativa privada.

Pequeñas empresas privadas en expansión

Precisamente una de las primeras sorpresas que puede percibir cualquier observador objetivo e imparcial que desee analizar estos cambios que se están produciendo en la Cuba de hoy, es la existencia de cientos de miles de empresas privadas que funcionan por todas las provincias del país y que están dedicadas a realizar decenas de actividades productivas y de servicios, como restaurantes, cafeterías, pequeñas pensiones o casas de hospedaje, taxis, heladerías, dulcerías, tiendas de venta de flores o de animales de compañía, elaboración de ropas de vestir, etc., por citar algunas de dichas actividades realizadas por «cuentapropistas» o trabajadores autónomos o pequeñas empresas, como se denominarían en España.

Se puede afirmar que entre el conjunto de este sector de cuentapropistas o pequeños empresarios autónomos y sus trabajadores contratados, el número total de cubano que realiza su actividad productiva sin relación laboral contractual con el Estado, se podría acercar ya al medio millón de personas.

Junto con esta primera apreciación sobre la existencia de estas nuevas empresas privadas, se puede comprobar también los primeros efectos que dicha competencia están provocando ya en el funcionamiento de las empresas del Estado dedicadas a las mismas actividades, como en el caso de los restaurantes y cafeterías que se están viendo obligados a mejorar claramente en la calidad y en el precio de sus servicios, para poder garantizar más eficazmente los servicios que ofrecen a sus clientes.

La segunda apreciación que estos cambios están produciendo entre la población, es sin lugar a duda el amento del poder adquisitivo de una parte de la población y con ello, la progresiva desaparición del inadecuado «igualitarismo» que había existido hasta hace unos años, aunque ello no deberá impedir que el Estado siga cuidando especialmente las defensa de la educación y sanidad gratuita, a la vez que los necesarios apoyos a los sectores económicamente más débiles de la población, a través del mantenimiento de productos o servicios subvencionados a los mismos, en el caso en que se decida eliminar la Libreta de Distribución de alimentosa bajo costo que actualmente sigue existiendo para toda la población.

La unificación de las dos monedas

Otro aspecto que acapara buena parte de la actualidad cubana y que provoca amplios debates políticos entre los ciudadanos, es sin lugar a dudas el tema de la unificación monetaria. Debates y comentarios, en los cuales se está dando rienda suelta a la rumorología popular en la que se hacen diversos cálculos sobre el futuro del valor del peso cubano en relación al denominado peso convertible, creado hace años para sustituir al dólar norteamericano y autorizado como moneda de uso en el país en 1984.

Es cierto que la unificación de las dos monedas que conviven actualmente en el país, es decir el peso cubano (denominada moneda nacional) y el peso convertible (denominada como moneda en divisa o CUC), no resolverá por si sola los problemas actuales de la economía, aunque su aplicación resulta imprescindible a fin de establecer el valor del peso cubano y de sus funciones como dinero.

En el último periodo se han realizado en el país un gran número de seminarios de preparación sobre este proceso de unificación monetaria, en los que han participado algo más de 20 mil cuadros dirigentes y funcionarios de todo el país, a la vez que se han iniciado oficialmente experiencias en diversos comercios estatales para la utilización de ambas monedas que en la actualidad tienen un valor de cambios de 25 peso cubano por cada peso convertible, hasta que llegue el momento en que solo circulará el peso cubano como única moneda nacional, aunque aún no se sabe que valor de cambio adoptará frente al dólar norteamericano o el euro.

Paralelamente a este proceso unificador de la moneda, desde el Gobierno cubano se están dando pasos para aumentar los niveles salariales de los trabajadores y de los diversos sectores profesionales y funcionarios, con el fin de lograr que cada cual reciba un salario acorde a su trabajo, tal como se ha aprobado en este mes abril en relación al salario de los médicos y personal sanitario que verán para el mes de mayo duplicado o casi triplicado su cuantía, aunque dichos aumentos no serán suficientes mientras que no se logre abaratar el precios de los productos y suministros domésticos de primera necesidad.

Asimismo, existe también el gran reto de una unificación o armonización de las distintas formas de mercado interior que coexisten en el país, ya que junto a la venta de productos de alimentación subvencionados a través de las libreta de abastecimiento, funcionan los mercados de productos alimenticios e industriales liberalizados con moneda nacional y a precios bastante altos, junto con los establecimientos minoritas de todo tipo de productos en los que se tienen que comprar en moneda convertible y cuyos precios son prohibitivos para la mayoría de la población.

  Los médicos cubanos y los cambios en América Latina

Hablar de la salud en Cuba es reconocer un éxito incuestionable y una de las mayores conquistas de la revolución, y este hecho no puede negarlo nadie, ni aun los más fanáticos de sus enemigos, pues es mundialmente conocido que a pesar de todas las vicisitudes o dificultades económicas y de todo tipo por las que ha atravesado Cuba en sus últimos años, la defensa de la salud pública gratuita y universal para todos los cubanos se ha mantenido.

A la finalización de 2013 la fuerza calificada en la Salud ascendía a 322.627 profesionales y técnicos, que representaba una tasa de 28,9 por cada mil habitantes, una cifra claramente superior a la de muchos países considerados del primer mundo.

Pero si por algo se ha caracterizado este pequeño país caribeño tan criticado y atacado y a la vez tan amado, ha sido por su solidaridad internacional con los más débiles, y para ello solo debemos recordar que desde que en 1963 partió hacia Argelia la primera brigada médica cubana con misión internacionalista, 131.933 profesionales de la salud han brindado su colaboración en decenas de naciones de los distintos continentes, para ayudar a sus pueblos victimas de terremotos o de otras catástrofes naturales, de guerras o de la pobreza.

En la actualidad permanecen en el mundo en estas labores asistenciales más de 50 mil trabajadores de la salud, de los cuales cerca de 25 mil son médicos, aunque lamentablemente y a pesar de algunos reconocimientos internacionales por parte de Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, nunca recibirán el Premio Nobel de la Paz por dicha labor humanitaria.

Sin embargo, la presencia de miles de médicos y enfermeros cubanos atendiendo la salud y salvando vidas en muchos países de América Latina, ha influido de manera importante en la apreciación sobre la revolución cubana en cientos de miles ciudadanos pobres que eran invisibles electoralmente en sus respectivos países, y posiblemente ha contribuido de manera indirecta a los necesarios cambios de gobiernos que se han podido producir en muchos de esos países en estos últimos años.

La «Cuba» de Miami también se mueve

Paralelamente a los progresivos y aún insuficientes cambios económicos y legislativos que se están produciendo en el interior del país, también en la «Cuba» de Miami se están produciendo movimientos y cada día que pasa aumenta el porcentaje de cubanos de la diáspora y también del conjunto de los norteamericanos , que se muestran partidario de la anulación del embargo. En una encuesta reciente realizada en los Estados Unidos, más de 52 por ciento de la población se mostraba partidaria de la finalización del denominado «bloqueo» y en el caso de La Florida, antiguo bastión de los grupo opositores al gobierno cubano, dicho porcentaje llegó al 65 por ciento.

No podemos olvidar que Obama ganó las elecciones en La Florida (feudo republicano) y que la tendencia de los cubanos, tradicionalmente partidarios de los republicanos, se están acercando al Partido Demócrata y es posible que en fecha cercana se pueda lograr que el Gobernador de este Estado pertenezca a las filas demócratas y sea partidario de acabar con el embargo económico a Cuba y de la normalización de las relaciones entre los dos países, no solo porque dicha medida perjudica claramente al pueblo cubano, sino porque también perjudica especialmente a la economía de dicho estado, en unos momentos en los que países como Brasil, China, Venezuela y otros, están seriamente interesados por la labor de invertir en grandes proyectos empresariales en Cuba, máxime si tenemos en cuenta el alto nivel de apoyo que cuenta el país caribeño entre la mayoría de los gobiernos de América Latina.

El partido comunista: ¿freno o dinamizador?

En todo este proceso de actualizaciones y de cambios, será decisivo y fundamental el papel que juegue el Partido Comunista de Cuba (PCC), único partido legal en el país, pues de la actitud que adopten sus dirigentes, tanto los de alto nivel como los de niveles intermedios, dependerá el proceso de implementación de los Lineamientos de Política Económica y Social aprobados por el Congreso de dicho partido recientemente y que representaron unos nuevos niveles de ilusión en una población bastante desanimada por tantos años de dificultades y carencias.

De esa actitud dependerá que el PCC pueda ser un instrumento dinamizador e impulsor de los cambios que la población demanda y que el propio presidente del Consejo de Estado y de Ministro, Raúl Castro ha reconocido como necesarios en reiteradas ocasiones ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, o se convierte en un freno que provocará mayor frustración de esa masa de ciudadanos que aún sigue conservando la esperanza y la confianza en sus dirigentes, máxime si tenemos en cuenta que uno de los aspectos más reiterados en esas 215.687 reuniones o asambleas celebradas en 2007 ya mencionadas, fue la crítica a la ineficaz labor de los dirigentes del partido y de gobierno.

  Las esperanzas de los cubanos

Aunque pueda parecer imposible que después de tantas limitaciones y dificultades que viene sufriendo el pueblo cubano, sobre todo desde la década de los noventa tras la desaparición de la Unión Soviética y del denominado bloque socialista, la mayoría de los cubanos esperan aún que las promesas del primer mandatario, Raúl Castro se puedan cumplir y el país siga avanzando sin la tutela de ninguna potencia mundial, en el camino del bienestar para la población y sin renunciar a las grandes e incuestionables conquistas de su revolución, aunque en dicha mayoría hay mucho escepticismo y desmotivación, fundamentalmente entre los jóvenes.

Entre los grandes retos a los que aspira la población cubana en los próximos años, se encuentran principalmente el aumento de la producción propia de productos alimenticios e industriales, la disminución de los precios de dichos productos y el aumento de los salarios y pensiones, para poder garantizar un mayor poder de compra de la población y mejorar así las condiciones de vida de los ciudadanos y a la vez que se pueda lograr un mejor funcionamiento de las empresas estatales y las administraciones públicas que ponga fin a un exceso de burocratismo y se provoque también un aumento real de la participación de la población en la toma de las decisiones gubernamentales.

El futuro de Cuba debe pertenecer a los cubanos y solo a los cubanos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.