Con el objetivo de transformar la cultura en una herramienta de desarrollo que fomente la integración social en Argentina, se inaugurará este viernes el primer congreso nacional del área, en el que participan funcionarios, expertos en gestión, representantes de organizaciones sociales y artistas. Organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, entes del sector […]
Con el objetivo de transformar la cultura en una herramienta de desarrollo que fomente la integración social en Argentina, se inaugurará este viernes el primer congreso nacional del área, en el que participan funcionarios, expertos en gestión, representantes de organizaciones sociales y artistas.
Organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, entes del sector del interior del país y el Consejo Federal de Inversiones, integrado por todas las provincias, el encuentro de tres días se realizará en la ciudad balnearia de Mar del Plata, en la oriental provincia de Buenos Aires y 400 kilómetros al sur de la capital argentina.
El Congreso Argentino de Cultura apunta a construir consensos sobre una política que promueva el desarrollo social, y para ello habrá debates con especialistas extranjeros como el español Tony Puig o el chileno Manuel Antonio Garretón, sociólogo y director del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
También asistirán delegados de otros gobiernos. Los ministros de Cultura, Francisco Sesto Novás, de Venezuela, Paulina Urrutia, de Chile, y Jorge Brovetto, de Uruguay, el viceministro brasileño Juca Ferreira y el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México, José Antonio Mc Gregor. Y no faltarán los artistas, periodistas y escritores de Argentina.
Sin embargo, el objetivo principal del congreso será reunir a funcionarios del área cultural de las provincias y de los principales municipios para discutir entre todos los lineamientos de lo que debería ser una política cultural común que fomente la inclusión social y acompañe el desarrollo.
En el lanzamiento del encuentro, el secretario de Cultura de la Nación, José Nun, sostuvo que «no basta con que a la ciudadanía se le atribuyan derechos culturales si no está en condiciones de ejercerlos». Convocó a los participantes a discutir de qué modo, con qué política cultural se van a garantizar esos derechos.
«La cultura es el motor del desarrollo», remarcó el secretario. En tanto, el titular del Consejo Federal de Inversiones, Juan Ciácera, explicó que para que ese desarrollo sea armónico y beneficie a todos de manera integral «tiene que apoyarse sobre raíces culturales».
Nun consideró que entre los principales desafíos de la política cultural del país está el deterioro de la calidad de la convivencia social en los últimos 30 años, la pérdida de legitimidad de los poderes públicos por el colapso socioeconómico de fines de 2001, y la exclusión de vastos sectores sociales de la vida económica, política y cultural.
«Nos alienta la expectativa de construir una cultura nacional productora de ciudadanía, de formular y acordar propuestas para que la sociedad se reúna en torno a proyectos transformadores y ofrezca alternativas que apunten a superar la crisis socioeconómica, política y cultural», se señala en los fundamentos del congreso.
Los representantes de las provincias también tienen expectativas por la oportunidad para este debate que no registra antecedentes en la historia argentina.
«Desde hace tres años Argentina tiene estabilidad económica, (por eso) es una buena oportunidad para revisar tópicos del pasado que están en crisis como la idea de que la solución de nuestros problemas viene de afuera», dijo a IPS Alberto Fernández, director del Instituto de Cultura de la provincia de Buenos Aires.
Para Fernández, impulsor de la iniciativa del congreso, la cultura puede animar la inclusión social desde tres áreas. Por un lado en la concepción tradicional de la cultura como el fomento de las bellas artes y el cuidado del patrimonio, además de considerar que se deben generar espacios de consumo y producción cultural.
«Hay un debate entre los gestores de políticas culturales porque algunos creen que la oferta pública de recitales, espectáculos o muestras de arte sólo sirven para fomentar el consumo cultural. El gran desafío, dicen, está en promover espacios para que sea la gente la que genere nuevos hechos culturales», adelantó. Para mantener la continuidad en esta discusión, los organizadores propusieron que el congreso se realice cada dos años en distintas ciudades argentinas. De esa manera, en 2010, cuando se conmemore el bicentenario de la Revolución de Mayo que marcó el comienzo del fin de la colonia española en el Río de la Plata, se podrá evaluar la marcha de este proyecto.(FIN/2006)