INVITACIÓN A UNA CITA SECRETA Viernes 15 de junio de 2012 8 de la tarde Sede Asamblea Local de IU de Jaén C/ Avenida de Granada 24, bajo «Dando batallas que no se han perdido. El indio Gerónimo en el pensamiento de Manuel Sacristán» Texto de Salvador López Arnal Composición audiovisual de «La Nueva Brigada» […]
INVITACIÓN A UNA CITA SECRETA Viernes 15 de junio de 2012 8 de la tarde Sede Asamblea Local de IU de Jaén C/ Avenida de Granada 24, bajo «Dando batallas que no se han perdido. El indio Gerónimo en el pensamiento de Manuel Sacristán» Texto de Salvador López Arnal Composición audiovisual de «La Nueva Brigada»
«Entre las peculiaridades más dignas de mención del temple humano», dice Lotz, «cuenta, a más de tanto egoísmo particular, la general falta de envidia del presente respecto a su futuro». Esta reflexión nos lleva a pensar que la imagen de felicidad que albergamos se halla enteramente teñida por el tiempo en el que de una vez por todas nos ha relegado el decurso de nuestra existencia. La felicidad que podría despertar nuestra envidia existe sólo en el aire que hemos respirado, entre los hombres con los que hubiésemos podido hablar, entre las mujeres que hubiesen podido entregársenos. Con otras palabras, en la representación de felicidad vibra inalienablemente la de redención. Y lo mismo ocurre con la representación de pasado, del cual hace la historia asunto suyo. El pasado lleva consigo un índice temporal mediante el cual queda remitido a la redención.
Existe una cita secreta entre las generaciones que fueron y la nuestra. Y como a cada generación que vivió antes que nosotros, nos ha sido dada una flaca fuerza mesiánica sobre la que el pasado exige derechos. No se debe despachar esta exigencia a la ligera. Algo sabe de ello el materialismo histórico .» Tesis de filosofía de la historia Walter Benjamin (1940) Traducción de Jesús Aguirre Taurus, Madrid, 1973
NOTA INTRODUCTORIA: A mediados de los años 70 del siglo pasado, Manuel Sacristán Luzón, filósofo de las ciencias. el más importante exponente del comunismo marxista en nuestro país y activista de los movimientos sociales hasta su muerte a mediados de los años 80, impulsó -además de la revistas «Materiales» y «Mientras Tanto»- una colección de libros en la colección Hipótesis en la editorial Grijalbo, junto a su compañero Francisco Fernández Buey. En ese conjunto destaca la traducción y anotación de «Gérónimo. Historia de su vida» de S.M.Barret, señalado como número 16 de la colección, basada en la edición de 1970 a cargo del antropólogo norteamericano Frederick W. Turner III, como primer ofrecimiento en memoria de Bartolomé de Las Casas en el quinto centenario de su nacimiento. Manuel Sacristán Luzón, que desde muy jóven se interesó por las culturas amerindias y especialmente por las culturas mayas y la lengua nahualt, reflexiona en los años setenta sobre la derrota de la izquierda revolucionaria y la crisis de la civilización capitalista a partir de ejemplos de lucha que habían ido quedando al margen de una unilateral y «progresista» línea de la Historia dominante. Su importante reformulación del ideario comunista a finales de los años 70, con seguridad una de las reflexiones de mayor calado y de mayor rigor en la izquierda europea y no sólo, trata de revisar la tradicción comunista-marxista y ponerla en diálogo con la aportación de los nuevos movimientos sociales de la época (el ecologismo, el feminismo y el pacifismo radical con punto de vista de izquierda y antagonista con el capitalismo) en el marco de una crisis no sólo económica sino también cultural. La reflexión y el interés por un pueblo y un dirigente apache chiricahua como Gerónimo, nada dados a visiones dulces y románticas de los pueblos y culturas no blancas, está en los precedentes de esa nueva orientación que caracterizaría la actividad y el pensamiento de Manuel Sacristán hasta sus últimos días. Un hilo conductor sobre el choque de culturas que Francisco Fernandez Buey desarrollaría con posterioridad en su importantísimo libro «La gran perturbación. Discurso del indio metropolitano» (Ensayo/Destino, 1995). «A pesar de todo, no consiguieron corromper a Gerónimo. Lo exhibieron en ferias, una vez que hubieron decidido no ahorcarlo, como al principio pensaron; lo redujeron a pequeña industria familiar de souvenirs; lo fotografiaron publicitariamente. Pero no consiguieron que dejara de ser un luchador hasta el final, un guerrero, como probablemente se diría de él a sí mismo» (página 9),escribe Manuel Sacristán en una pequeña y emotiva presentación del libro. Una historia con lección y moraleja para aquellos y estos tiempos: «Por último, los indios por los que que aquí más nos interesamos son los que mejor conservan en los Estados Unidos sus lenguas, sus culturas, sus religiones incluso, bajo nombres cristianos que apenas disfrazan los viejos ritos. Y su ejemplo indica que tal vez no sea siempre verdad eso que, de viejo, afirmaba el mismo Gerónimo, a saber, que no hay que dar batallas que se saben perdidas. Es dudoso que hoy hubiera una consciencia apache si las bandas de Victorio y de Gerónimo no hubieran arrostrado el calvario de diez años de derrotas admirables 8…)» (párrafo final de la nota 19 «Genocidio conseguido o frustrado» del traductor de la obra).
De ahí el título de esta nueva cita secreta a la que te invitamos, quizás acompañada con algún modesto y fresco ponche veraniego y algún audiovisual a cargo de «La Nueva Brigada», que agradecemos públicamente, que hemos tomado del texto que pedimos al camarada y amigo barcelonés Salvador López Arnal, que nos ha ayudado a llevar a cabo esta nueva oportunidad de vernos y dialogar con aquellas otras luchas de generaciones anteriores. Le damos las gracias por aguantarnos y aguantar que le carguemos aún más su ya pesada mochila de tareas pizarrosas y recolección de herramientas imprescindibles de construcción de mundo justo en una Tierra habitable que lleva a cabo desde hace muchos años no sólo «con sangre fría» sino con una sensibilidad. un rigor y una modestia que nos impresiona, incluso, desde estas tierras lejanas. Bueno, hay que terminar esta nota. Y lo hacemos con un texto de otro amigo nuestro, Jorge Riechmann, un magnífico poeta y comunista rojiverde, en línea con la cita secreta a la que te invitamos a participar: 18-05-2012 Pequeño esbozo táctico Kantianos a la manera del indio Gerónimo Jorge Riechmann Tratar de comprender, tratar de ayudar Para Salvador López Arnal «Es evidente que estamos aquí sólo para luchar, no para vencer. Cuándo venceremos es algo que no se sabe.» Pier Paolo Pasolini (El caos, 1968).
Regla táctica número 1: la reacción adecuada ante una debacle moral -una más- no es cagarse en la ética y en la puta que la parió: el descreimiento cínico es una posición de comodidad que no deberíamos permitirnos. No renunciemos a nuestra posibilidad mejor. Regla táctica número 2: siempre deberíamos dejar, dejarnos a todo el mundo un camino de salida fuera de nuestra propia vileza. Regla táctica número 3: parafraseando cierta célebre recomendación, no te preguntes «qué puede hacer el movimiento social por mí». Pregúntate más bien qué puedes hacer tú por el movimiento social. Regla táctica número 4: no voy a ser tu salvador, ni el salvador de él o ella, ni mi propio salvador. Ninguno de nosotros puede ser el salvador de nadie. No podemos salvar -podemos, si acaso, ayudar un poco… Regla táctica número 5: seamos kantianos en una forma que quizá hubiera sorprendido a Kant -o más probablemente no-, a la manera del comunista Pasolini o del guerrero apache Jerónimo: en las situaciones difíciles, uno sigue luchando aun cuando no tenga ya esperanza de vencer.