Nació hace 200 años y fue acusado de todo: de racista, de plagiar una idea, o de hacer que el mundo se volviera inmoral. Se dijo que su teoría condujo al nazismo y, a la vez, que influyó en el comunismo. Sin embargo, Charles Darwin se mantuvo al margen de las discusiones y se convirtió […]
Nació hace 200 años y fue acusado de todo: de racista, de plagiar una idea, o de hacer que el mundo se volviera inmoral. Se dijo que su teoría condujo al nazismo y, a la vez, que influyó en el comunismo. Sin embargo, Charles Darwin se mantuvo al margen de las discusiones y se convirtió en un grande de la historia de la humanidad. Este año, la mayoría de las universidades y academias científicas del mundo harán exposiciones, simposios y charlas para recordar su nacimiento, que fue el 12 de febrero de 1809.
A pesar de las críticas infundadas que recibió, el naturalista inglés siempre estuvo en lo cierto: demostró que todos los seres vivos descienden de otros antepasados, hasta llegar a bacterias que fueron las primeras habitantes del planeta. Descubrió que el principio de la selección natural es uno de los mecanismos que hace que algunas características de los seres vivos los vuelvan exitosos en ciertos ambientes y otros fracasen. Su teoría (a pesar de que hay posturas religiosas en contra) nunca estuvo en crisis dentro del campo científico. Para recordarlo, la revista Nature publicó 15 de las evidencias más convincentes y modernas que confirman a Darwin, quien formuló la teoría al igual que lo hizo Alfred Wallace (otro inglés, que fue menos conocido). En museos y laboratorios del mundo hay fósiles, resultados genéticos y estructuras que se comparan y revalidan la teoría. Una de las muchas pruebas son fósiles con diez millones de años de antigüedad, como Pakicetus, que exhiben características parecidas a las ballenas de hoy, pero también tienen miembros similares a los de organismos que andaban en los suelos. Fueron formas en transición: los ancestros cercanos de las ballenas que nadan por los mares de hoy.
O al revés: se han encontrado formas de transición que demuestran el paso de ciertas especies desde el mar al continente, como lo es Tiktaalik, un pez con costillas y cuello móvil de tetrápodo, que habitó el planeta hace 375 millones de años (sus restos fósiles fueron hallados en Canadá en 2004). Y el hallazgo de dinosaurios también aportó mucho: hay dinos bizarros como Epidexipteryx, un animal pequeño con plumas que se dio a conocer el año pasado en la China y que señala que la evolución (que no tiene dirección fijada) se ha derivado en formas variadísimas.
Otras evidencias, recopiladas por la revista Nature, incluyen las investigaciones genéticas (que en la época de Darwin todavía no se había desarrollado como disciplina). En la Universidad de Helsinki, en Finlandia, dieron con un patrón de expresión genética que gobierna el desarrollo de los dientes en roedores. Demuestra que ese patrón puede ser modificado para producir cambios adaptativos al ambiente.
También los mismos pájaros pinzones que Darwin observó en las islas Galápagos (Ver infografía) han seguido siendo estudiados. En 2006, se sumaron detalles a las variaciones entre los picos de los pinzones, al explicar un mecanismo molecular involucrado en las diferencias.
Estas 15 evidencias halladas permiten interpretar que la vida cambió a través del tiempo -explicó a Clarín la bióloga de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Adriana Schenck-, no hay otra explicación para la secuencia y variedad de formas de vida preservadas como fósiles. Cuando le preguntaron cómo podría refutarse la evolución de la vida, el notable genetista de poblaciones J. B. S Haldane gruñó y dijo que eso sólo sería posible si se hallaran conejos fosilizados en el Precámbrico.
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