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De B(árcenas) a J(ordi) P(ujol) ¿Y por qué no un «JP-MF»?

Fuentes: Rebelión

¿No han visto «B.»? Pues se la recomiendo. El actor que hace de Bárcenas lo borda; también el juez. Creo que uno de ellos fue premiado con un Goya (Entre nosotros también, la intervención de Enrique Santiago, la del actor, que nos hace imaginar fácilmente la real, la del abogado de causas nobles, y los […]

¿No han visto «B.»? Pues se la recomiendo. El actor que hace de Bárcenas lo borda; también el juez. Creo que uno de ellos fue premiado con un Goya (Entre nosotros también, la intervención de Enrique Santiago, la del actor, que nos hace imaginar fácilmente la real, la del abogado de causas nobles, y los nervios de «don Luis» antes las informadas y críticas preguntas de su interlocutor están entre lo mejor de la película).

El personaje, Bárcenas en este caso, debe ser así, como se nos presenta en el film, cuanto menos una de sus caras que deben ser muchas: masculino-masculino, acostumbrado a mandar, con bilis acumulada, muy seguro de sí mismo, con memoria de elegante memorioso, cuidando las formas cuando lo cree conveniente, tratando al tribunal de tú a tú como si estuviera en casa, construyendo telarañas de falsedades cuando le conviene (posverdades en la jerga actual), dándonos una visión aproximada, entonces le convenía, de la corrupción inconmensurable en las filas del PP, etc. etc.

Por supuesto: conviene aproximarse más, política y artísticamente, a otro de los «personajes» centrales de la corrupción-funcionamiento usual del sistema del Capital, las corporaciones anexas (Mercadona incluida) y las instituciones del gobierno. El cine ayuda, claro que sí. Brecht no tendría ninguna pega ante esta posibilidad de divulgación ciudadana.

Dicho queda. Pasemos al tema.

La cuestión, la duda si pensamos en otras coordenadas de corrupción en las que conviene pensar también: ¿y cómo es que en Cataluña o en el resto de España nadie hasta el momento -sin que olvide la antigua y magnifica obra de teatro dels Juglars- ha pensado hacer algo semejante con la figura del molt ex honorable y su entnrono?

Motivos los hay. A patadas, sobran incluso. Si al hablar de Bárcenas pensamos en la corrupción generalizada del PP y las empresas afines, en el caso del clan JP-MF y sus descendientes -todo un clan familiar, una organización criminal se les ha llegado a considerar- hablamos de una corrupción generalizada en las filas de CDC, de una corrupción ilimitada nada menos que en la presidencia de la Generalitat (nuestro Dalai Lama según reflexión de don Oriol Pujol, el de la pintada en 1992 de «Catalonia is not Spain»), de sus prolongaciones en la sociedad incivil próxima y amiga, de las actitudes de numerosos consellers y amigos implicados, de -por supuesto- la gran Madre Superiora de la Congregación y de todos sus descendientes, uno de los cuales -conviene no olvidarlo- llegó a ser secretario general de CDC y, recordemos, futuro aspirante a la Generalitat de Catalunya. Era la operación «MF». ¡Hay materia, hay tema, da para quince guiones!

¿Cómo explicar esta ausencia? ¿Seguimos callados? ¿Tememos que si agitamos mucho el árbol, como el ex molt honorable dijo en el Parlamento, salpique a muchos otros? ¿A que no puede ser? ¿Y si pensamos -¿no conviene hacerlo?- en un «JP-MF Pujol, un país y sus grandes estafadores» como serie televisiva? Éxito garantizado con público in crescendo [1].

¿Dónde está el núcleo del asunto? ¿Y si la clave estuviera en las palabras de una carta de Josep Benet, nada menos que Josep Benet, un ex candidato del PSUC que aconsejó votar a CiU en las elecciones de 2010 o 2012 si no recuerdo mal, dirigida al mismísimo Jordi Pujol, en 1973? Es esta: «¿Es que no has llegado ya a confundir el país con tus negocios, como le ocurrió un día a un hombre llamado Francesc Cambó?… Soy pobre, pero he hecho mucho por el país y no he destruido nada. Lamento que tú no puedas decir lo mismo» [2].

¡Confundir negocios y país! ¡Lamento que tú no puedas decir lo mismo! ¡Y en 1973! ¿Qué hubiera tenido que escribir Benet en 2014, por ejemplo, si no hubiese fallecido?

¿No será que muchos ciudadanos, ciudadanas no tanto, siguen convencidos de que sí, que hizo JP «mucho por el país» al que tanto decía amar, de que, como dicen también, una cosa es «su obra de gobierno» y otra cosa son sus pequeños o grandes asuntillos privados, donde sí, cometió algún error, no fue muy ejemplar, pero, añaden, disculpando, fue contra la Hacienda… de España (sin que sea verdad, fue también contra la hacienda catalana)? Luego entonces, concluyen, no han sido tan graves sus errores. Se ha sacrificado mucho por el país, añaden.

Me olvidaba. Don Jordi y doña Marta,y todos sus hijos e hijas sin excepción, están por el referéndum del 1-O. Dicen que és molt democràtic, que això és la democràcia. Su democracia, tal como ellos la entienden. Nuestro concepto es distinto.

Notas

1) Los negocios familiares alcanzan cifras de escándalo. Oriol Güell, «Jordi Pujol Ferrusola era el socio que ganó en secreto 5,5 millones en Vacamorta». El País, 7 de julio de 2017, p. 19.

2) Tomado de Carles Geli, Quader n.º 1.688, El País, 6 de julio de 2017, p. 2.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.