La noticia de que IU y PCE no pagan los créditos obtenidos en la recién intervenida Caja Sur desde hace una década [1] trae a la memoria hechos que deben ser recordados. Rosa Aguilar fue alcaldesa de Córdoba en toda esa época y quién obtuvo los créditos. ¿A cambio de qué obtienen organizaciones supuestamente de […]
La noticia de que IU y PCE no pagan los créditos obtenidos en la recién intervenida Caja Sur desde hace una década [1] trae a la memoria hechos que deben ser recordados.
Rosa Aguilar fue alcaldesa de Córdoba en toda esa época y quién obtuvo los créditos. ¿A cambio de qué obtienen organizaciones supuestamente de izquierdas (PCE e IU) créditos en condiciones tan favorables de una Caja propiedad de lo más reaccionario de la Iglesia?
Más de diez años después, hay que recordar que a finales de 1999 y tras un nuevo infarto de Julio Anguita, Frutos, Víctor Rios y Alonso Puerta fueron a la UVI a pedirle la dimisión como Coordinador General. Estaba ya cocinado el Pacto preelectoral con el PSOE para las elecciones del 2000 que materializaron Frutos y Almunia.
Los créditos solicitados a Caja Sur (en condiciones muy beneficiosas como se ha visto) se justificaron porque los preclaros dirigentes de la mayoría de IU preveían una gran victoria electoral, además de los sustanciosos beneficios de un gobierno con el PSOE. El resultado es bien conocido, IU perdió la mitad de sus votos, y el PP obtuvo mayoría absoluta.
Pero una cosa eran las absurdas expectativas de IU, que se enfangaba una vez más en el mismo «Juntos podemos» del PCE de Santiago Carrillo en 1982, y que sigue repitiendo obsesivamente a pesar de los cada vez más demoledores fracasos (de 21 a 1 diputado), y otra es saber por qué la derecha de la derecha de la iglesia católica financiaba a «los comunistas».
Misterio misterioso. O no tanto. Quizás la explicación haya que buscarla en la brutal especulación urbanística de Córdoba, auspiciada por el Ayuntamiento de la mano del «pocero» cordobés, Rafael Gómez, apodado Sandokan.
Con el referido Sandokan, Rosa Aguilar -como alcaldesa de Córdoba- participó en procesiones paseando en andas a santos patrones, cada uno a un lado de la imagen. No quedaba ya ni rastro de la dignidad con que Julio Anguita, alcalde de Córdoba, le recordaba a la autoridad eclesiástica ante un conflicto de competencias sobre la Mezquita: «yo soy su alcalde, pero usted no es mi obispo». Otros rastros sí que van quedando a pesar de que quien los deja tras de sí, y tras destaparse el caso Malaya y la implicación directa de su amigo, el sandokán cordobés, haya buscado más tranquilizadores refugios de la mano del PSOE, en la Junta de Andalucía, ¡como Consejera de Obras Públicas!.
En el año 2000 comenzó el principio del fin de una IU que no deja de caminar hacia su liquidación como referente de la izquierda. Pero algo nuevo, también entonces, comenzaba a surgir.
Hace 10 años, en mayo del año 2000, y tras el pacto electoral Frutos-Almunia que liquidaba cualquier vestigio de las bases fundamentales de la política originaria de IU, se publicó el «Documento de los 13 puntos» que identificaba a la organización estatal, entonces corriente interna de IU, que daría lugar a Corriente Roja. El citado documento empezaba afirmando la razón de ser de IU no podía ser otra que la construcción de la alternativa al sistema, tomando al socialismo como referentre de emancipación social y democracia plena.
Nota:
http://www.corrienteroja.net/
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