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De la incompetencia política

Fuentes: Rebelión

Todo parece que la situación política e institucional en la que estamos inmersos, puede perjudicar gravemente la salud de la economía y según actores expertos, nos lleva a ser el hazme reír de Europa, porque «no es serio», que tras nueve meses, no hayan sido capaces de formar un gobierno. Para unos, la incertidumbre amenaza […]

Todo parece que la situación política e institucional en la que estamos inmersos, puede perjudicar gravemente la salud de la economía y según actores expertos, nos lleva a ser el hazme reír de Europa, porque «no es serio», que tras nueve meses, no hayan sido capaces de formar un gobierno. Para unos, la incertidumbre amenaza a la economía española por la ausencia de un nuevo Gobierno, mientras otros consideran que el bloqueo político no es perjudicial. Ante esta situación yo apuesto por que se convoquen Cortes Constituyentes, se elabore una nueva constitución que prevea estos vacíos legales y recoja los postulados de una República democrática, social y de progreso.

En diciembre pasado hubo un acuerdo por la derecha, entre Ciudadanos y el PSOE, que no llevó a ningún sitio, pero fue suficiente como para dar argumentos al PSOE para culpar a Unidos Podemos, por permitir gobernar a Rajoy y al PP. Pero con la derecha no se puede pactar ni entonces ni nunca. Ahora se ha llegado a un Pacto anticorrupción, también por la derecha entre el PP y Ciudadanos, que cubre todo el espectro: desde el centro derecha a la derecha extrema. Un acuerdo que no va a llegar tampoco a ningún sitio, salvo a dar cuartelillo a Rivera, que se presenta como el único que adquiere responsabilidad por tener «sentido de Estado», jaleado por Felipe González, al calificar, la decisión de Rivera como «el primer acto de responsabilidad política desde el 26-J«.

La firma del acuerdo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera para la investidura tras el 20D, por mucho que Pedro dijera que el pacto era de izquierdas y de progreso, no lo era. El acuerdo no derogaba la reforma laboral, negaba la sanidad universal a los inmigrantes sin papeles, no subía el IRPF a las rentas más altas, aprobaba un complemento salarial fomentando salarios más bajos y abarataba el coste del despido. Todo ello mostraba que el acuerdo, podría ser reformista, pero en ningún caso progresista y de izquierdas. El PSOE aceptaba todas las propuestas en materia laboral y económico, por lo que es un pacto de centro-derecha, de tinte neoliberal. Ahora conocemos como Rivera ocultó que su acuerdo con Sánchez le haría vicepresidente del gobierno. Como dije en su día, fue un «pac(r)to de los montes«; y lo saben.

Ahora el Partido Popular y Ciudadanos, han escenificado un acuerdo de investidura, que el PP quiere que se convierta en un acuerdo de legislatura, lo que es un acuerdo trampa y sin recorrido. «Estamos en el principio de un gran amor«, dice Rafael Hernando, aunque los negociadores discrepan sobre cuándo entrará en vigor. La política económica y la unidad de España, son los principales puntos comunes entre PP y Ciudadanos y sobre lo que si están de acuerdo es en presionar al PSOE. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Sáenz de Santamaría, declaraba que «no fue posible» consensuar la fecha de investidura con el PSOE, porque Sánchez «no quiso ponerse al teléfono». Advirtió de que el ‘no’ de Sánchez, será el primer paso para unas terceras elecciones y el PSOE tendrá que explicárselo a los ciudadanos. Desde dentro, el exministro socialista Miguel Sebastián es partidario de que «se abra un proceso de reflexión en el PSOE» para debatir sobre la posibilidad de poner condiciones a cambio de que los socialistas se abstengan en la investidura para evitar terceras elecciones.

Permítanme que haga un repaso a algunas de las editoriales de estos días: Acuerdo para que el PSOE se retrate, titula ABC, para alabar al acuerdo suscrito por el PP y Ciudadanos. El viraje de Ciudadanos «no sólo está siendo generoso políticamente, representa un ejercicio de responsabilidad institucional del que carecen los socialistas». «Poco cabe esperar de la capacidad de cesión de Sánchez», empeñado en rentabilizar la victoria electoral del PP como una derrota de la que sacar tajada tarde y mal.

Para El Mundo, Sánchez no puede con su cerrazón forzar unas nuevas elecciones.

PP y Ciudadanos «pusieron ayer las bases de esa nueva política para gobernar de manera consensuada que reclaman los ciudadanos». «No es de recibo que el secretario general del PSOE reitere por activa y por pasiva que votará ‘no’ en la investidura de Rajoy, a la vez que reconoce que unas terceras elecciones serían un fracaso político que nuestro país no puede permitirse».

El PIB necesita un nuevo Gobierno, titula El Economista. Los expertos estiman que si la investidura convocada prospera, el PIB crecerá un 3% el año que viene. Por el contrario, si la miopía política fuerza unas nuevas elecciones, los analistas están convencidos de que no solo se desaprovechará ese potencial, sino que la creación de puestos de trabajo se arriesga a pasar de los actuales 500.000 al año a 350.000. Las exigencias de Ciudadanos, de corte regeneracionista y destinadas a combatir la corrupción, son «razonables y el jefe del Ejecutivo acierta al asumirlas». El partido de Rivera «es un socio fiable para preservar las reformas en esos ámbitos».

Cinco Días declara como «bienvenida la certidumbre política». «La certidumbre es el bien más preciado por los mercados y los agentes económicos y por esa razón debe ser especialmente bienvenido el resultado de la reunión entre Rajoy y Rivera». Ciudadanos «amplía su valor con este acuerdo como partido útil, como herramienta para contribuir a la gobernabilidad de un país con el voto fragmentado y que ponga fin a los bloqueos».

Valorar el pacto PP y Ciudadanos como el de la certidumbre, no es cierto. Rajoy se somete a la votación de investidura los días 30-31 y obtendrá los 169 votos afirmativos de su partido y de Ciudadanos, incluso también el de Coalición Canaria, pero no alcanzaría los 176 necesarios de la mayoría absoluta. En una segunda ronda de votaciones, solo es necesaria la mayoría simple, por lo que tendría que contarse con la abstención del PSOE, porque si los socialistas votan NO, no hay investidura. Cualquier abstención de otro grupo parlamentario sería clave para que el PP consiga su objetivo, pero es complicado que el PNV (5 escaños) se abstenga.

Rajoy derrotado, que es lo que se merece, podría forzar unas terceras elecciones. Ya tiene asumido que no va a ser investido y exige al PSOE que ofrezca una salida. «Si dicen que no, es evidente que la investidura no va a salir adelante«, señala tras acabar una de sus habituales caminatas e insta al PSOE a que «si no quiere colaborar, al menos deberían dejar gobernar a quien los ciudadanos dijeron que tenía que gobernar». El Rey puede volver a tener trabajo, si considera que hay una candidatura alternativa con suficientes apoyos, como podría ser la de Pedro Sánchez con los votos de Unidos Podemos, algún grupo parlamentario más o escaño. 156 escaños suman PSOE y Unidos Podemos y requeriría la abstención de Ciudadanos en la segunda ronda de votaciones.

El PSOE ha negado que haya abordado con otra formación política negociaciones para formar un gobierno alternativo al de Rajoy. En un comunicado, el PSOE salió al paso de unas declaraciones realizadas por Pablo Iglesias, en las que aseguró que había hablado con Sánchez para dialogar en el caso de que fracasara la investidura de Rajoy. Por su parte Íñigo Errejón, confía en que el 31 de agosto «se abra la puerta» a un gobierno «alternativo y decente» tras la celebración del debate de investidura.

Todos los diarios abrieron con la fecha de la investidura, anunciada por Ana Pastor, destacando que en el caso de resultar fallida, las elecciones tendrían que celebrarse el 25 de diciembre. La Razón titulaba: «Investidura el 30 de agosto o terceras elecciones en Navidad». De igual modo, El Mundo, decía que «Rajoy será presidente en septiembre o habrá elecciones el día de Navidad». La Vanguardia interpretaba que «Rajoy amenaza a Sánchez con elecciones en Navidad». Por su parte. Desde otra perspectiva, El País ponía el énfasis en que Rajoy acude al debate «sin el respaldo suficiente para ser elegido presidente». Para ABC, «Rajoy irá a la investidura el 30, pero no descarta otro intento tras el 25-S». Para el líder del PSC, Miquel Iceta, es un «falso dilema» sostener que, si Rajoy no logra la investidura, no hay más alternativa que ir a elecciones y advierte de que amenazar con que los comicios en Navidad no servirá para presionar al PSOE.

Lo cierto es que la pérdida de tiempo empleada por Rajoy, desde el 26J (53 días), hasta anunciar su presentación a la investidura el de 30 de agosto, demuestra una frivolidad política que contradice la continua llamada, que el mismo hace, para resolver los «urgentes problemas» que tiene España. Para el colectivo Foro 26j, sin haber cambiado las circunstancias, durante más de siete semanas, se ha hecho gala de un escandaloso uso de los medios, ante la necesidad que tiene el PP de ir tapando las noticias sobre su estructural corrupción, culminada con el levantamiento de una parte del sumario del caso Taula, que compromete al PP de la Comunidad Valenciana.

En un comunicado, Foro 26J, manifiesta no entender el papel contradictorio de Ciudadanos, al apoyar la candidatura de Rajoy y del PP. Si nacieron para regenerar el sistema político, como han hecho gala hasta el momento, con la firma del acuerdo, vienen a apuntalarlo. Ninguna política anticorrupción puede pactarse con un Partido corrupto, como supuestamente viene demostrando la Justicia. «No sólo se fortalecerá la presencia en la vida política de un PP corrupto, prolongando su agonía y evitando su regeneración, sino que se reeditará la austeridad con recortes y políticas antisociales que llevarán más sacrificios y sufrimientos a la mayoría de la ciudadanía». Ciudadanos no es un partido centrista ni representa la derecha moderna, pacta con un partido como el PP, que ya estaría disuelto, ilegalizado y con muchos de sus dirigentes encarcelados y embargados sus bienes, en línea con la «cultura política europea».

Foro 26J, entiende que, ante el momento de emergencia política y social que vivimos es necesaria una «agenda o Plan de Choque» (con las 20 medidas urgentes de UGT y CCOO) que venga a dar respuestas a los graves problemas de desempleo, precariedad, pobreza y desigualdad, revirtiendo las políticas antisociales del PP con políticas de progreso y de regeneración económica y política. Esta «agenda alternativa» a la del PP y Ciudadanos debería ser consensuada entre el PSOE y los partidos que apuestan por políticas regeneracionistas y de progreso, recabando el mayor apoyo y consenso social.

Tras el fracaso de quienes secuestran la democracia y el progreso, es preciso recuperar la confianza de la ciudadanía en la política y dar un nuevo impulso de esperanza. Es necesaria una alternativa programática y de Gobierno al que pretenden la derecha, expulsando a los actores que han mostrado irresponsabilidad e incompetencia política.

@caval100

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