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Sobre el manifiesto:”Por la unidad del pueblo trabajador. Decimos ¡No a la independencia! de Cataluña”

¿De que unidad del pueblo trabajador hablan?

Fuentes: Rebelión

Una trescientas personas, entre sindicalistas, intelectuales y profesionales de la izquierda catalana, han firmado un manifiesto «contra la independencia» llamando «a la ciudadanía» a «luchar unida por una Cataluña y una España diferentes». El manifiesto está encabezado, entre otros, por una persona conocida, el ex secretario general del PCE, Francisco Frutos. Lo suscriben también afiliados […]

Una trescientas personas, entre sindicalistas, intelectuales y profesionales de la izquierda catalana, han firmado un manifiesto «contra la independencia» llamando «a la ciudadanía» a «luchar unida por una Cataluña y una España diferentes». El manifiesto está encabezado, entre otros, por una persona conocida, el ex secretario general del PCE, Francisco Frutos. Lo suscriben también afiliados de CCOO, UGT, CGT y USOC, PSC, PSUC, ICV, Podemos… Los firmantes se pronuncian expresamente contra la independencia en nombre de las «convicciones progresistas y de izquierdas de millones de demócratas, librepensadores, catalanistas, republicanos, socialistas, comunistas o anarquistas».

Su fundamentación se basa en que «no es cierto que los recortes que sufrimos en Cataluña sean porque `Madrid nos roba´, sino que vienen impuestos por los mandatos de Washington y Berlín a través de la Troika». Artur Mas y Rajoy son «dos caras de la misma moneda», la de «los banqueros y las grandes fortunas» y «los catalanes, junto al resto de los españoles, sufrimos los mismos ataques y recortes, en Cataluña, como en Canarias o Extremadura». Y concluyen con un llamamiento a «la unidad del pueblo y a decir no a la independencia de Cataluña»

Preguntados sobre su opinión acerca de la consulta del 9N, ya que el tema ni se menciona en el manifiesto, la respuesta es que «hay opiniones diferentes».

Así pues, el manifiesto se pronuncia rotundamente contra la independencia pero de la consulta ¡ni palabra! Dicen que las mentiras, para que tengan credibilidad social, deben ir acompañadas de algunas verdades. Rajoy y Mas son las dos caras de dos proyectos burgueses, son los representantes de los banqueros, los corruptos y los ricos, ¡verdad! Son los responsables de los recortes sociales y sirvientes de la Troika ¡verdad! Para Mas las reivindicaciones nacionalistas son un arma de presión para sus negocios, ¡verdad! Todo verdades… al servicio de una gran estafa, tapar el problema central ¿tiene o no Catalunya derecho a decidir su futuro nacional? Enarbolar la bandera del antiindependentismo y callar sobre la negación del derecho a la autodeterminación y. más aún, justo en el momento en el que se niega al pueblo de Cataluña su derecho a decidir, es una posición reaccionaria, que suma fuerzas a los que niegan ese derecho democrático al pueblo catalán. Colocar en estas circunstancias como línea divisora central la «unidad» contra la independencia, tiene mucho de nacionalismo… ¡español! y nada de democrático.

Los firmantes del manifiesto están muy preocupados por «la unidad del pueblo!, pero ¿de qué unidad del pueblo hablan, cuando a una parte del pueblo, el catalán, se le niega el derecho a decidir su futuro?

Es común escuchar a algunos dirigentes de la izquierda, a «demócratas» de toda la vida y hasta a no pocos ultraizquierdistas, defender apasionadamente el derecho de autodeterminación de los pueblos, la unidad de los trabajadores y los pueblos y sus firmes convicciones internacionalistas contra los nacionalismos. Pero cuando los pueblos resuelven autodeterminarse empiezan los problemas. Su lógica «progresista» se muestra tan democrática como la de cualquier demócrata burgués: reconocen el derecho pero no el ejercicio del derecho mismo. Todos tenemos derecho al trabajo, a la vivienda, a una vida digna ¿Qué constitución democrática no reconoce esos derechos? Pero cuando un parado/a, un desahuciado de la vivienda o un pobre reclama ¿dónde están sus derechos? el Gobierno de turno, la patronal y los «demócratas» se encargan de hacerle entender en qué consiste la democracia bajo este sistema capitalista y este régimen monárquico: una cosa es el derecho y otra el ejercicio del derecho mismo. El único derecho real es el de la propiedad privada de los medios de producción y, en cambio, los demás son formales. Lo mismo les ocurre a esta izquierda con el derecho a la autodeterminación: está muy bien…hasta que un pueblo exige ejercerlo.

Los defensores de la «unidad» y el «internacionalismo» hablan del nacionalismo en general, procurando no hacer distinción. El problema es que no se puede explicar el nacionalismo catalán, vasco o gallego sin hacer mención al nacionalismo más grande, a ese que llama nacionalistas a los demás pero oculta el suyo propio, el nacionalismo español. Ese nacionalismo que es el reflejo de la España reaccionaria, la que mantuvo y mantiene su unidad a la fuerza, la España de la Iglesia, los oligarcas y banqueros, los latifundistas y los generales, sumisa con los «grandes», con la Troika y los imperialismo mayores, pero despótica y arrogante con los «pequeños». El otro nacionalismo, el catalán, cuando es profesado por los sectores populares, es la envoltura de la indignación social y reflejo de la reivindicación de un derecho negado por siglos y aplastado por la fuerza cuando se hizo necesario.

No distinguir entre estos dos nacionalismos es la postura típica de los nacionalistas españoles, se arropen con la bandera rojigualda o con la republicana.

A todos ellos les preocupan por encima de todo las fronteras nacionales y poco o nada las fronteras de clase y democráticas. Acaban así siendo los defensores de la unidad forzada de España y trabajando en las filas del movimiento obrero para poner a los trabajadores y al pueblo al servicio del nacionalismo grande y opresor. De esta manera son, en nombre de la «unidad», los mayores defensores de la división. Son los que en nombre de acabar con Mas y Rajoy arrojan en brazos de uno y otro a los trabajadores y el pueblo.

Quien crea de verdad en la unidad de los trabajadores/as y de los pueblos para acabar juntos con la Troika, los banqueros y los corruptos, para darle la vuelta de calcetín a este régimen monárquico y a este sistema capitalista, solo puede situarse en un lado: en el de la defensa del derecho de Catalunya a decidir. Y si la voluntad de la mayoría del pueblo catalán es la independencia, debe defender con todas sus fuerzas esa decisión contra todos los que quieran impedirla.

Solo así, desde una posición que tiene mucho de democrática y poco de nacionalista, se puede forjar una unión libre entre pueblos libres.

Por eso nuestra preocupación no ha de ser si Catalunya decide independizarse. Nuestra gran preocupación debe ser que ese derecho lo pueda ejercer y nadie se lo impida, como está pasando ahora. Cuanto más se niegue al pueblo catalán su derecho a decidir, más claro se le estará dejando que la independencia es el único camino para decidir, porque en España no se puede.

Los internacionalistas, los defensores de la unidad de la clase obrera y de los pueblos no podemos en forma alguna estar del lado del nacionalismo español. Si Catalunya se independiza, seguiremos a su lado, defendiendo su decisión. Y desde el respeto absoluto a esa decisión seguiremos batallando por la libre unión con el resto de pueblos del Estado español , por una Federación de Repúblicas Ibéricas, donde la Republica catalana brille en pie de igualdad con todas las demás, luchando todos juntos contra la UE del capital y por una Europa de los trabajadores y los pueblos.

Sólo si respetamos de verdad el derecho a la autodeterminación construiremos las mejores condiciones para luchar juntos/as por el derecho al trabajo, a un salario digno, a la vivienda, a la salud y a la educación pública para todos/as, contra la Troika, la Monarquía y los Rajoy y Artur Mas de este mundo.

Puedes apoyar este manifiesto en: charge.org y por correo se puede subscribir en
derechoadecidir2014@gmail.com

Madrid Octubre de 2014

Primeros firmantes:

Ángel Luis Parras, miembro, de la dirección de Cobas Madrid

Miguel Ángel Cihuelo, miembro de la Intersindical de Aragón y del Comité de Empresa de Bsh-Balay, Zaragoza

Rosa Torres Sastre, Presidenta del Comité de Empresa de UPS-Vallecas

David Ubico, miembro de la Intersindical de Aragón

Enrique Pirobe Cañas, Presidente del Comité de Empresa de OHL-Ascan Lote 4 jardinería

Jesús Santos Gimeno, Presidente del Comité de Empresa de Esmasa

Pilar León Oliva, miembro del Comité de Empresa de Rivamadrid

Alfonso Araque, miembro de Corriente Sindical-Cobas de la EMT

Juan Fernández, miembro de la Junta de Personal del Ayuntamiento de Torrejón de Ardóz

José Martínez Ramírez, miembro del Comité de Empresa de Indra Sistemas S.A

Juan Carlos Pérez, miembro del Comité de Empresa de ALTAIR

Olga Sainz de Aja Iges, abogada de Cobas Madrid

Teresa Barros, Presidenta del Comité de Empresa de Soldene, UCM Lote 2

Merche Díaz Sanz, miembro de la Sección Sindical de Cobas de Soldene

Alessi Pérez García, miembro del Comité de la Empresa Municipal de Pinto, Aserpinto

David González Sanz, representante de la Sección Sindical de Cobas del Metro de Madrid

José Manuel Romojaro Martínez: Secretario general de la sección Ayuntamiento de Madrid y organismos autónomos de la Coordinadora Sindical de Madrid (CSM)

David Amorin Rodríguez, miembro del Comité de Empresa de Clece U.C.M.

Enrique Navas Castillejos, miembro de la Sección Sindical-Cobas de Metro de Madrid

Antonio Rodríguez, miembro del Comité de Empresa de UPS-Vallecas

Rubén Vargas del Rey, miembro del Comité de Empresa de ALTAIR

Antonio Molina Navarro, miembro de Corriente Sindical-Cobas de la EMT

Miguel Gómez de la Torre, miembro del Comité de Empresa de Indra Sistemas S.A

Miguel Ángel González Albarrán, delegado de Cobas en el Cte. de Empresa de OHL-Ascan

José Lucas Martínez Arévalo miembro de Corriente Sindical-Cobas de la EMT

Leticia Rojas Miranda, activista del movimiento LTGB-Q

Miguel Álvarez, miembro de Corriente Sindical-Cobas de la EMT

Arturo Sánchez Sánchez, miembro Sección Sindical-Cobas de UPS- Vallecas