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De San Isidro al Parque Trillo

Fuentes: Rebelión

“Con todos y para el bien de todos” – sigue siendo la consigna oportunista del fin fukuyamista de la historia.

La deshonestidad intelectual para no reconocer en el pensamiento político de J. Martí su honesta identificación con el ideario republicano burgués, ha servido para la reafirmación antisocialista de las corrientes de pensamiento político autoidentificado como revolucionario en Cuba. Ha devenido costumbre de salón entonces echar mano a desprendimientos del pensamiento de Martí, hecho consignas, para la contaminación ideológica del ideario socialista al que apela la Revolución. El fin de las ideologías. Este es un debate apagado en Cuba.

La república, si humanista, no podrá ser con el bando de los que odian, es lo que advierte J. Martí en todo su pensamiento humanista, anticolonialista e independentista.

La república, si socialista, no podrá ser con todos, pero indudablemente, sí para el bien de todos. Imaginar tras la ideología de la convergencia, que los intereses de clases antagónicas pueden confluir hacia la unidad de un todo, no pasa del subjetivismo idealista en la comprensión de la realidad histórica de las formaciones socioeconómicas. Sí, formaciones socioeconómicas, ¡justo como la que se conforma en Cuba!

Ahí tenemos los opositores al proyecto de república socialista que adelanta la Revolución. Una manifestación actual: la comparsa de san isidro (CSI) y el motín de “artistas e intelectuales” tras la huella de la misma. La comparsa en sí no es la evidencia. Sus ejecutores no pasan de ser un grupo de desclasados, el material social ideal para la agitación de las contrarrevoluciones. Se le ha identificado en el materialismo histórico como lumpen-proletariado. Tras esa huella se amotina una representación de clase con conciencia en sí y para sí. En términos de la sociología vulgar burguesa un estrato social con sentido de pertenencia a una “clase media”. Las exigencias de diálogo para su gremio: sus derechos a la libre expresión y a la siempre asexuada libertad. Un gremio con intereses de clase desde la superestructura cultural de la formación socioeconómica en la que se insertan. Desde la superestructura política no se atina a entender: un diálogo sobre intereses de clase alienados que no conectan con la lucha por la transformación socialista de las relaciones socioeconómicas en la sociedad, en última instancia las que resignifican los conceptos y la práctica de democracia y libertad. Es lo que la nueva Constitución deja en el tintero (1).

El diálogo no es por intereses de clase gremiales. El diálogo social es por sacar el proyecto socialista del interregno entre lo que no muere y lo que no acaba de nacer. No acaba de morir el modo de producción material y reproducción social burgués y no acaba de nacer su negación, el modo socialista. Las arenas movedizas de dicho interregno son el caldo de cultivo para que germinen las contrarrevoluciones. Al bando de los que aman y construyen les toca la palabra por la salida del interregno pantanoso: el desencadenamiento de la revolución socialista. Es todo contra lo que apuesta la oligarquía imperialista yanqui que bloquea a Cuba. Cerrándole el camino a Cuba hacia el socialismo, se logra que el Norte revuelto y brutal consolide el dominio y el expolio del capital imperialista sobre las economías, los pueblos y los estados de toda América Latina.

Los que odian y destruyen serán siempre enemigos de la revolución socialista. El desboque de la jauría que provocó la penetración de Edmundo García (La Tarde Se Mueve) en la manifestación que se monta en Miami para apoyar el alzamiento del grupo de “artistas e intelecuales” -no por casualidad ya reivindicado por toda la jauría mediática capitalista- no deja dudas sobre la naturaleza ideológica de la rabiosa sociedad clasista a la que aspiran para Cuba. Todos tendrán libertad de pensamiento y tribunas para expresarlo. Habrá libertad para la clase poseedora, los dueños y representantes del capital. La clase trabajadora tendrá que pedir permiso para vivir.

La alternativa emancipatoria es justamente la revolución socialista. Todo diálogo que así no lo concibe es un diálogo reaccionario. No hay revolución socialista que valga con todos. La Revolución en su primer acto de emancipación de la sociedad y soberanía de la nación, expropió y nacionalizó todo el capital expoliador que alimentaba la república burguesa. Los representantes de la clase burguesa y oligarca huyen a la Florida (en esencia) para desde allí ejercer la oposición de clase que no podían desde la Isla. Ni el Escambray ni Girón le dieron la vuelta a la revolución popular. La idea de socialismo asumía la edificación de una sociedad sin clases. Es la piedra angular de la idea de democracia que asume el socialismo. En la raíz de ello puede estar solamente un sistema de relaciones socioeconómicas por antonomasia democrático. Es la transformación ante la que está Cuba. Ese sistema es incluyente bajo el principio de igualdad social ante el capital y el trabajo. Es la expresión materialista de la democracia. Se excluyen los que optan por el lado reaccionario de la antinomia “Democracia o Capitalismo”. Se excluyen y se suman al bando de los que odian el mejoramiento humano.

El alzamiento de “artistas e intelectuales” tras la huella de la CSI -dan fe inequívoca de ello, ellos mismos en su comunicado leído la noche de glorioso levantamiento frente al Ministerio de Cultura en la Habana- apoyado por ese bando desclasado que puja desde adentro, pero en esencia desde la oposición derechista anticubana al servicio del capital norteamericano, es una manifestación, una más en Cuba, de los intereses de clase en pugna. La Tángana del Parque Trillo que protagoniza el bando de los que aman, exponiendo un pensamiento juvenil político de definitorio calado ideo-político, quedó signada por la voluntad revolucionaria: “Diálogo para todo lo que sea por el Socialismo y la Revolución“. La palabra está tomada.

No hay posibilidad de democracia y libertad fuera de los principios materialistas fundacionales del socialismo. Esa es la demanda que lleva a la raíz. La carga que hace falta para acabar con los bribones y salir del interregno gramsciano, esas arenas movedizas del neocapitalismo de estado en que se encuentra el proyecto de país, es el desendecadenamiento de la revolución socialista. La democracia es el camino…

Nota:

(1) RCA, “Un SÍ contra la Revolución Socialista” https://robertocobasavivar.wordpress.com/2019/02/26/cuba-un-si-contra-de-la-revolucion-socialista/

Blog del autor: http://www.robertocobasavivar.wordpress.com