Recomiendo:
0

¿Debe un católico votar a Podemos?

Fuentes: Rebelión

¨No es parte de tus bienes lo que das al pobre; lo que le das le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos¨San Ambrosio Un católico no se arrodilla ante nadie […]


¨No es parte de tus bienes lo que das al pobre; lo que le das le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos¨
San Ambrosio

Un católico no se arrodilla ante nadie salvo ante Dios, pero arrodillarse ante Dios significa que se respeta al hombre, su dignidad y que se vive para el bien común y no para uno mismo. Para un bien común, que abarca no sólo a nuestra familia y amigos, sino a nuestros vecinos, a nuestros conciudadanos y en fin a la totalidad de la humanidad y de la tierra. Como cristianos nos interesa el bien común y el desarrollo de nuestros pueblos y comunidades, desarrollo que no sólo debe ser económico sino que ha de ser un desarrollo integral del hombre. Cada uno de los seres humanos tiene el derecho de desarrollar sus capacidades físicas e intelectuales que le ayuden a emprender y vivir su vocación, sea esta cual sea. Para ello, es necesario que nuestras sociedades postmodernas sigan manteniendo un sistema bueno de educación y sanidad universales, que promuevan el trabajo digno y la vivienda digna para todo ciudadano y ciudadana. Ninguno de estos derechos han estado garantizados por los gobiernos del PP ni del PSOE, estos, nunca se han preocupado del bien común, de la sociedad civil, sino que la han utilizado para y en exclusivo beneficio de sus sociedades privadas, a las que rinden pleitesía en tal grado, que no sólo se han corrompido así mismos, nutriéndose de las arcas del Estado, sino a la democracia en su conjunto.

Podría parecer que la siguiente frase es de Pablo Iglesias, pero no, es de otro Pablo, Pablo VI ¨El bien común exige algunas veces, la expropiación si por el hecho de su extensión, de su explotación deficiente o nula, de la miseria que de ello resulta a la población, del daño producido a los intereses del país, algunas posesiones sirven de obstáculo a la propiedad colectiva¨ -y sigue, Pablo VI, pareciéndose mucho a Pablo Iglesias- ¨que la renta disponible no es cosa que quede abandonada al libre capricho de los hombres y las especulaciones egoístas deben ser eliminadas¨1.

Y ¿Cuáles son esas especulaciones egoístas? Son los ERE, la trama Gürtel, el caso Urdangarín, el Caso Bárcenas, etc., es rescatar a los bancos y no a los hombres, es la evasión fiscal, de la que nos recuerda Pablo, otra vez VI, ¨desde luego no se podría admitir que ciudadanos provistos de rentas abundantes provenientes de los recursos y la actividad nacional la transfieran en parte considerable al extranjero por puro provecho personal , sin preocuparle el daño evidente, que con ello infligiría a la propia patria¨2

Por seguir con otro Santo Padre, Pio XI, el que nos recuerda que el liberalismo sin freno conduce a la tiranía, y en esas estamos; estamos padeciendo la dictadura de la corrupción enmascarada de un liberalismo democrático que no es ni siquiera liberalismo sino un imperialismo del dinero, no es tampoco democrático, pues democracia no es sino la convención de hombres y mujeres al servicio del bien común.

Y desde que supuestamente tenemos democracia en España -desde que yo nací- hemos venido sufriendo esta injusticia enmascarada que poco a poco se ha ido desenmascarando, haciendo más cruel y más patente. Ha ido absorbiendo y destruyendo los derechos inalienables de nuestro pueblo: el trabajo digno, la sanidad y la educación universal y la vivienda digna. Tanto PP, PSOE, como el nuevo Ciudadanos, son claros en sus propuestas, y han sido contundentes durante sus gobiernos a la hora de legislar sobre estas materias: quieren acabar con ellas. Están a punto de destruir la sanidad y la educación, el sistema de pensiones, y en definitiva, la dignidad de las personas de este país. Están a punto de vender el país al mejor postor en los inasibles, inaccesibles y opacos foros de decisión europeos. Un ejemplo de ello es el TTIP que pone en peligro la soberanía no sólo de España sino de todos los pueblos de Europa.

Volviendo a Pablo VI -que no a Pablo Iglesias- la insurrección revolucionaria no es aceptable salvo en el caso de tiranía evidente y prolongada que atente contra los derechos fundamentales. Llevamos una tiranía patente y prolongada, que ha dañado los cimientos del bien común, de nuestra democracia. Estos partidos y sus secuaces han atentado contra los derechos fundamentales de las personas y seguirán haciéndolo si no se lo impedimos, y no mediante una insurrección revolucionaria, sino con nuestro voto y bajo nuestra responsabilidad.

Así pues, es nuestro deber, no sólo como ciudadanos, sino como católicos, creyentes, sabios y sabias, como gente de bien, como intelectuales, como gente común, como gente de buena voluntad que quiere el bien común, no sólo de unos pocos, sino de todos y todas, votar por una de las únicas propuestas, la de Podemos, que propone que en este país se recupere no sólo el bien común sino el sentido común, desde el que poder recuperar con nuestra energía, nuestro trabajo, nuestra sabiduría y con la unidad de toda la gente de buena voluntad, de todos los españoles y españolas, una sociedad justa en la que se pueda vivir dignamente.

Se trata nos dice Pablo VI, ¨de construir un mundo- empezando por nuestra ciudad, por nuestro pueblo– sin excepción de raza, religión o nacionalidad, donde se pueda vivir una vida plenamente humana, emancipado de las servidumbres que le vienen impuestas de parte de los hombres y de una naturaleza insuficientemente dominada. Un mundo donde la libertad no sea una palabra y donde el pobre Lázaro pueda sentarse en la misma mesa que el rico ( Cf. Lc 16, 19 -313

He elegido al Papa Pablo VI para mostrar a quién debe votar un cristiano en estas elecciones, mostrando con quién comulgamos en ideas y en deberes para con los demás, para con la humanidad, pero podía haber elegido cualquier otro Papa para mostrarlo, podría haber elegido a León XIII, a Pio XI, a Pio XII a Juan XXIII, al Papa Francisco. Todos ellos criticaban en sus encíclicas y en sus discursos el abuso de los ricos contra los pobres, los desvíos de los gobiernos hacia las injusticas, los abusos del liberalismo y del capitalismo al apoderarse de los parlamentos y de los gobiernos, pues ya no gobiernan para la gente y el bien común sino sólo para el beneficio económico de los más ricos. Nos recordaban todos ellos, que el deber del Estado y de los gobernantes ante la tiranía del poder económico, era y es, la de proteger y rescatar a los ciudadanos del abuso de fuerza del poder económico. Y ese rescate del poder tiránico, ese deber de protección y promoción de la dignidad humana frente al poder económico, frente a la corrupción, es el que aparece en los programas de Podemos: rescate fiscal, rescate contra el sobrendeudamiento, rescate a autónomos y a Pymes, emergencia ciudadana, rescate sanitario, educativo, rescate de servicios y fondos públicos, rescate a personas dependientes, etc. Cuando es necesario tanto rescate es que estamos en una situación de emergencia y el primer paso para salir de esta situación en la que nos hallamos empieza por no votar a los que nos han metido en ella o los que quieren exagerarla todavía más (C´S). No hay que estar absolutamente de acuerdo con todo el programa de Podemos, basta con una cuestión de mínimos, mínimos que en realidad son pilares de nuestra sociedad; basta con estar de acuerdo en los principios del sentido común, es decir del derecho. Algunos de estos mínimos de sentido común, nos ha de situar a los cristianos y a toda gente de bien a preguntarnos tal como nos anima Pablo VI ¨a cada uno toca examinar su conciencia que tiene nueva voz para nuestra época. ¿Está dispuesto a sostener con su dinero obras y empresas orgánicas a favor de los más pobres? ¿a pagar más impuestos para que los poderes públicos intensifiquen su esfuerzo para el desarrollo? ¿a comprar más caros los productos importados a fin de remunerar más justamente al productor?4 En definitiva, ¿estamos dispuestos a vivir por y para el bien común?

Decía Pablo, esta vez Iglesias, que el Papa Francisco y él estaban en el mismo barco. Y aunque donde manda capitán no gobierna marinero, juntos quizás Podemos, y venceremos.

Notas:

1 Pablo VI, encíclica Populurum Progressio, 26 de Marzo de 1967.

2 Ibidem nota 1

3 Ibidem nota 1

4 Ibidem nota 1

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.