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Decálogo-profecía en favor de un nuevo viejo teatro

Fuentes: Rebelión

Decálogo-manifiesto-profecía de Alfonso Sastre para acompañar a su drama «Ulalume» en la puesta en escena de Juan Carlos Pérez de la Fuente. La obra, inspirada en los últimos días de Edgar Allan Poe, fue estrenada el pasado 27 de enero en San Sebastián de los Reyes.

1. Tengo que confesar desvergonzadamente que ¿Dónde estás, Ulalume, dónde estás? es un drama que ha tratado de situar en la mejor tradición del teatro europeo y americano.

2.- Mi profecía es que volverá a haber en el mundo «occidental» un Drama digno de aquella tradición literaria que fue desde Sófocles a Bertolt Brecht pasando por Shakespeare, Ibsen, O´Neill Y Pirandello.

3.- Creo que volverá a haber grandes autores dramáticos; que su historia tampoco ha terminado.

4.- Habrá un Drama que volverá a intervenir en la vida social y en la historia del pensamiento.

5.- Un Drama que volverá a ser un juego peligroso, o sea, una actividad poética.

6.- Un drama que volverá a ser una actividad política, naturalmente crítica de la política profesional y sus corrupciones; o sea, un teatro crítico.

7.- Un Drama que volverá a ser una seria y divertida investigación (exploración) de la realidad.

8.- Un Drama que exaltará la vida humana como una praxis negadora de toda agonía entendida como un absoluto (un Drama contra el ilustre legado de Samuel Beckett, digámoslo así), y también y al mismo tiempo y con el mismo objetivo de persecución de la complejidad, como una agonía negadora de cualquier activismo a ultranza (contra el falso legado de los discípulos de Bertolt Brecht).

9.- La historia del Drama, pues, no ha terminado; y ello por la misma razón por la que la postmodernidad empieza a ser hoy una antigualla. Esta historia del Drama continuará seguramente en pequeñas salas, desde las que se proyectará una luz siempre renovada sobre la vida social.

10.- Nosotros acompañamos hoy casi apologéticamente a nuestro héroe irrisorio, Edgar Allan Poe, en su muerte histórica y en su continua resurrección, también histórica. Esta es la lucecita que ahora encendemos en este escenario que nosotros situamos, con nuestra agonía y nuestra praxis, o sea, con nuestra praxis y nuestra agonía, a la altura de nuestro tiempo.