La reforma de la ley del aborto minimiza el control que tenemos sobre nuestros cuerpos y establece las condiciones objetivas para la pérdida de confianza en nosotras mismas. Crea unas circunstancias materiales que repercuten subjetivamente en la percepción que tenemos las mujeres en cuanto a nuestra capacidad de toma de decisiones sobre nuestro cuerpo pero […]
La reforma de la ley del aborto minimiza el control que tenemos sobre nuestros cuerpos y establece las condiciones objetivas para la pérdida de confianza en nosotras mismas. Crea unas circunstancias materiales que repercuten subjetivamente en la percepción que tenemos las mujeres en cuanto a nuestra capacidad de toma de decisiones sobre nuestro cuerpo pero tambien sobre nuestras vidas en general. Si yo no tengo la capacidad siquiera de decidir lo que puedo hacer o no hacer con mi propio cuerpo, ¿sobre qué la tengo?
Esta ley incita cada vez más a la disminución de la confianza en nosotras mismas por la cada vez menor capacidad de decidir, pero además fomenta que la sociedad nos conciba de esa forma y nos trate como tal.
Pero no sólo son las leyes las que fomentan la creación de esta imagen. Estamos siendo constantemente bombardeadas con cómo tenemos que ser. Es tanto que ya muchas de esas cosas pasan desapercibidas pero, a día de hoy, nos vienen dadas unas pautas de cómo debemos ser para que seamos «socialmente aceptadas». Con la llegada del verano, la operación bikini y los nuevos métodos de depilación, es muy fácil de ver. Empieza desde que eres niña y perdura toda la vida, mostrando que en realidad, aunque maduremos, lo cual se supone que lleva conjuntamente una mayor capacidad de decisión, no es así.
Las mujeres, independientemente de cual sea nuestra edad, somos tratadas como si fuésemos incapaces de decidir cómo nos parece a nosotras que deberían ser nuestros cuerpos. Pero, ¿acaso nos lo han preguntado? Fomentar esta idea de lo que debemos ser las mujeres y cuales son nuestros derechos a su vez contribuye al asentimiento de las condiciones objetivas por parte de la sociedad.
Es imprescindible mantener en primer plano estas cuestiones. Dejar claro que no nos callaremos mientras nos arrebatan nuestros derechos, porque somos mujeres, y somos nosotras quienes decidimos.
Ella Robson es militante de En lucha / En lluita
Fuente: http://enlucha.org/diari/