La excusa de un ni vinculante ni obligado compromiso político de los miembros de la OTAN en la cumbre de Gales de 2014 de alcanzar el 2% del PIB en gasto militar en el año 2024, es utilizada ahora por la Ministra de Defensa María Dolores de Cospedal para anunciar un nuevo ciclo inversor en […]
La excusa de un ni vinculante ni obligado compromiso político de los miembros de la OTAN en la cumbre de Gales de 2014 de alcanzar el 2% del PIB en gasto militar en el año 2024, es utilizada ahora por la Ministra de Defensa María Dolores de Cospedal para anunciar un nuevo ciclo inversor en armas, concretado en siete programas especiales de armamentos (PEA) con un coste inicial de 10.805 millones. Estas nuevas armas, algunas de ellas ya anunciadas, son los blindados 8×8 Piraña, la fragata F-110, 4 drones Reaper, helicópteros NH-90 y Chinook. A los que hora se añaden: aviones de entrenamiento, aviones de reabastecimiento en el aire y la modernización de sistemas de mando y control aéreo. Unos nuevos sistemas de armas que vienen a engrosar los ya de por si costosos PEA, algunos de ellos aún en construcción y que han representado un coste para el erario público español de 34.240 millones de euros, y de los cuales aún se adeuda según el Secretario de Defensa la cifra de 21.351 millones.
Alcanzar el 2% del PIB en gasto militar representaría para España, considerando solo el gasto del Ministerio de Defensa de 2017 (8.776,5 M€, un 0,75% del PIB), y no el resto de gastos militares repartidos por otros Ministerios, destinar 23.403 millones al Ministerio de Defensa. Eso sin contar el crecimiento anual del PIB que en 2024 podría situar el gasto militar en no menos de 25.000 millones.
Es realmente sorprendente que el gobierno español se lance a tan increíble aumento del gasto público para la compra de armamento, cuando por el contrario se ha recortado el gasto en sanidad, educación, infraestructuras, cultura; se afirma que no hay recursos para aumentar las pensiones, no hay un plan para las viviendas sociales o se mantiene un paro estructural del 16%.
Si el Gobierno de Mariano Rajoy decide aumentar el gasto militar en cerca de 17.000 millones de euros los próximos años es por decisión propia, los Estados de la OTAN son libres para decidir su gasto militar y el nivel de su participación en la Alianza Atlántica. El anuncio de Cospedal prioriza una vez más los beneficios económicos de unos pocos fabricantes de armas y supone un claro perjuicio del interés general.