La defensa del patrimonio de Nafarroa frente a las apropiaciones de la Iglesia católica es el objetivo de la plataforma creada en Tafalla por una amplia representación de ciudadanos, incluidos juristas e historiadores. El proceso de privatización de iglesias, ermitas, cementerios y otros bienes patrimoniales por parte de la Iglesia navarra, sin ningún tipo de […]
La defensa del patrimonio de Nafarroa frente a las apropiaciones de la Iglesia católica es el objetivo de la plataforma creada en Tafalla por una amplia representación de ciudadanos, incluidos juristas e historiadores.
El proceso de privatización de iglesias, ermitas, cementerios y otros bienes patrimoniales por parte de la Iglesia navarra, sin ningún tipo de debate ni información, está generando una amplia respuesta ciudadana. El llamamiento realizado por Altaffayalla Kultur Taldea a las personas y colectivos sensibilizados por el patrimonio navarro se ha concretado ya en la creación de una plataforma ciudadana integrada por historiadores, juristas y personas referenciales de colectivos, asociaciones y pueblos de Nafarroa.
La cita era a las 19.30 del viernes en la Casa de Cultura de Tafalla, y nada más comenzar la reunión la sala se quedó pequeña para acoger a los numerosos asistentes, procedentes de localidades tan distantes como Abaurregaiña o Tutera, pasando por Iruñea, Gares, Lizarra, Dehierri, Larraga, Uxue, Falces, Murillo El Fruto, Noain, Anue, Sakana o Egues, además de Tafalla. En total, unas 80 personas, incluidos representantes de colectivos como Nabarralde, Orreaga o Kontuz! (asociación contra la corrupción), además de organizaciones políticas como IUN, Nafarroa Bai, ANV o Batasuna.
En nombre de Altaffaylla Kultur Taldea, José Mari Esparza hizo un amplio repaso de los hechos, recordando cómo, por casualidad, han descubierto que desde hace cinco o seis años la Iglesia católica está inscribiendo a su nombre multitud de iglesias, ermitas y otros templos de Nafarroa, y todo ello «a la chita callando». Esparza expuso numerosos datos históricos para demostrar que en la inmensa mayoría de los casos ese patrimonio no era propiedad de la Iglesia, sino de los ayuntamientos y concejos, que corrían con los gastos tanto de los templos como de su contenido.
Ratificación histórica
Sus argumentos fueron ratificados y ampliados por el historiador Mikel Sorauren, quien además abordó el aspecto jurídico. «Según el Derecho Canónico, ni los obispos ni los curas eran propietarios de ningún edificio religioso. La Iglesia nunca fue propietaria de esos bienes, sino que eran de los cabildos civiles, es decir, de los ayuntamientos y de los vecinos. Todos estos monumentos fueron construidos por el Estado navarro, y la Iglesia era usufructuaria», afirmó de forma rotunda. Como ejemplo, apuntó que la Catedral de Iruñea es Santa María «La Real», y añadió que «las antiguas iglesias son torres defensivas que tenían un uso civil siempre que hacía falta».
Xabier Vélez, que está investigando a fondo la historia de Gares, añadió que el cabildo municipal era quien adelantaba el dinero para pagar al organista de la iglesia de su pueblo, y recordó el «inmenso valor» de los bienes que albergan las iglesias.
Mikel Burgi, de Uxue, ratificó que la iglesia-fortaleza de su pueblo fue construida por el Estado navarro. «Cuando desapareció el Reino de Navarra, sus usufructuarios se fueron haciendo los dueños, pero sus legítimos propietarios -agregó- son los sucesores del Estado navarro, es decir, el Gobierno».
Después de otras muchas intervenciones, se acordó crear la Plataforma de Defensa del Patrimonio de Navarra, con un comité ejecutivo integrado por una decena de personas, entre ellas juristas e historiadores. Su primera labor será elaborar un amplio informe sobre el tema y pedir al Parlamento que pregunte al Gobierno sobre las inscripciones realizadas por la Iglesia.