Las Marchas de la Dignidad vuelven a convocar a la movilización con unas jornadas de lucha del 24 al 29 de noviembre. Tras el millón de personas que estuvimos en Madrid en las históricas marchas del 22 de Marzo con el lema «Pan, trabajo, techo y dignidad», la plataforma Marchas de la Dignidad decidió dar […]
Las Marchas de la Dignidad vuelven a convocar a la movilización con unas jornadas de lucha del 24 al 29 de noviembre. Tras el millón de personas que estuvimos en Madrid en las históricas marchas del 22 de Marzo con el lema «Pan, trabajo, techo y dignidad», la plataforma Marchas de la Dignidad decidió dar continuidad a la lucha con convocatorias como rodear los parlamentos en junio, ocupaciones de oficinas del INEM y la reciente movilización en los premios Príncipe de Asturias.
Ahora vuelve a la calle con esta jornada de lucha por el empleo digno, por la renta básica, por los servicios públicos y de calidad, por las libertades democráticas, contra el pago de la deuda, el paro, la precariedad, los recortes, el TTIP, la corrupción, el régimen del 78 y la represión, haciendo especial hincapié en movilizarse el 25 de noviembre contra la violencia hacia las mujeres y el 29 en las manifestaciones que se convocarán en todas la capitales de provincia del Estado. Es una nueva oportunidad de salir a la calle con reivindicaciones tan justas como necesarias e intentar tener un impacto mediático que sensibilice a la población llevándola a la movilización y a una actitud crítica contra quienes no paran de atacar a los derechos y libertades de todos/as.
Pero, a su vez, debemos trabajar para que el «espíritu del 22M» vaya más allá de estas movilizaciones mediáticas que, si bien sirven para sensibilizar a la población y desprestigiar a quienes recortan y atacan al pueblo, pueden llevar a la monotonía y hacer que este movimiento se difumine, ya que la gente cuando lucha necesita victorias que le den motivación para seguir. Estas victorias son posibles y son numerosos los ejemplos tanto históricos como actuales de victorias laborales y sociales; la retirada de la reforma de la ley del aborto y la dimisión de Gallardón son algunas de las más recientes.
Es el momento para aprovechar que en esta plataforma participan las distintas mareas, sindicatos alternativos, asociaciones de vecinos, organizaciones políticas, etc. para ir pensando en una huelga general que haga daño donde más les duele, que aúne las luchas de las mareas, contra los desahucios, por el derecho a decidir, que sirva para que las bases críticas de los sindicatos desborden a las burocracias en los centros de trabajo, dejándolas en evidencia, para hacer una demostración de fuerza y de que no tenemos miedo a luchar y paralizar la economía de la que la mayoría, los/as trabajadores/as, somos creadores ante una minoría que se lleva los grandes beneficios. Hay que aprovechar la ilusión y la fuerza que el 22M generó en tanta gente para trabajar en un calendario de huelgas con luchas concretas de sectores combativos y en una huelga indefinida que ponga en jaque al gobierno hasta que se vayan para siempre y sentar las bases de una sociedad más libre e igualitaria, sin gobiernos que recortan y colaboran con las políticas de la Troika.
Y un partido político como Podemos, y todos y todas quienes lo formamos porque queremos hacer política de una forma diferente, una política de la gente para la gente, no podemos quedarnos atrás en esto. Para estas fechas habrá terminado el proceso organizativo de la Asamblea Ciudadana «Sí se puede» y debemos comenzar a poner los pies en la calle para demostrar día a día, no sólo con palabras, qué es lo que defendemos y de parte de quién estamos. Porque, aun con las mejores intenciones, la victoria en las urnas sin el respaldo de la calle y el poder popular no puede llevarnos a esa realidad verdaderamente diferente que muchos y muchas de nosotras queremos.