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El filósofo Carlos París hace recuento en 'Memorias sobre medio siglo'

Del pensamiento al compromiso

Fuentes: El Mundo

 Quienes, como el profesor Carlos París, eran niños en el 36, llegaron a los años de formación en un ambiente en el que ya no quedaba nada de la herencia de Ortega. El detalle, sobre el que llamó la atención Antonio García Santesmases en la presentación del libro autobiográfico de París Memorias sobre medio siglo […]

 Quienes, como el profesor Carlos París, eran niños en el 36, llegaron a los años de formación en un ambiente en el que ya no quedaba nada de la herencia de Ortega. El detalle, sobre el que llamó la atención Antonio García Santesmases en la presentación del libro autobiográfico de París Memorias sobre medio siglo (Península), es elocuente.

Fue una generación huérfana de maestros, cuya evolución intelectual era una travesía del desierto en la que fueron desprendiéndose de una tradición familiar nacionalcatólica, cuando no de adherencias falangistas.

¿Cómo, con ese punto de partida, se llega a tener unas ideas distintas? He ahí, señaló García Santesmases, un aspecto esencial del libro de París, toda vez que su generación es la Rafael Sánchez Mazas, Emilio Lledó, Gustavo Bueno, José María Valverde o Manuel Sacristán. La ventaja es que la intemperie intelectual le curte a uno y la larga búsqueda le procura amigos.

Lo último quedó claro en la presentación, en la que acompañaron a Carlos París José Saramago, Pedro Martínez Montávez y el citado Santesmases, y, entre el público, Francisco Frutos, Gaspar Llamazares, Tomás Pollán y el modelo real y homónimo del abogado José Luis Núñez que aparece en la serie Cuéntame. Saramago elogió el buen estilo narrativo («claro, transparente, lejos de la oscuridad de algunos filósofos») de un libro que a él le ha procurado mucha información sobre unos años que conoce poco. Definió a Carlos París como «filósofo en acción» en unos tiempos en que, si no había libertad, sí se podía combinar la reflexión y la acción. Hoy, añadió el escritor portugués, falta reflexión y corremos el riesgo de llegar a una situación de Tecnología, 100; Pensamiento, 0.

Martínez Montávez elogió la sinceridad, la honestidad, la coherencia y lo que de desvelo y desvelamiento hay en el libro, así como la excelente memoria y el sentido del humor del autor y su búsqueda de la objetividad. Destacó también la riquísima experiencia universitaria de París, al que considera un adalid y un ejemplo como defensor de una universidad renovadora, crítica (y autocrítica), racionalizada desde el impulso de la pasión, participativa y abierta, y equilibrada en lo que se refiere a docencia e investigación.

El propio París afirma en el libro que la universidad ha sido el eje perenne de su vida. «Soy un animal eminentemente teórico», dijo en la presentación, «pero comprendo que el pensamiento limpio lleva inevitablemente al compromiso».

Distingue tres etapas en esas memorias: el mundo de su adolescencia, que es todavía el de la Contrarreforma, el de la represión (de todo, también de las mentalidades) franquista; el despertar de los 60, cuando surge la contestación universitaria y él se acerca al Partido Comunista, y la Transición, con la que se muestra muy crítico. En la Transición, Carlos París estuvo en una tercera vía, la de quienes vivieron un sueño distinto para España, un sueño de izquierdas que fue derrotado entonces.