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Las 'Claves del proceso de paz' en Euskadi

Democracia versus represión

Fuentes: Diagonal

a solución de fondo al llamado conflicto vasco supone también y pasa por la recuperación de las mínimas normas propias de la democracia formal en el Estado español. En ese sentido debemos entender las últimas polémicas mediáticas relativas a la legalización de Batasuna. No puede ser una legalización de tapadillo, la legalización debe hacerse con […]

a solución de fondo al llamado conflicto vasco supone también y pasa por la recuperación de las mínimas normas propias de la democracia formal en el Estado español. En ese sentido debemos entender las últimas polémicas mediáticas relativas a la legalización de Batasuna.

No puede ser una legalización de tapadillo, la legalización debe hacerse con todas las de la ley, es decir con cambios en la legislación: derogación de la Ley de Partidos, desaparición de la Audiencia Nacional… en suma la desaparición del entramado legal que ha posibilitado la discriminación política de todo un sector social en nuestro país. Esto no es ni más ni menos que democratizar el Reino de España para que nunca más se persiga a las personas por sus ideas políticas. Hay que recordar que cientos de militantes de Batasuna y otras organizaciones sociales están encausados en base a leyes antidemocráticas. ¿En esas condiciones es posible iniciar un proceso de paz? Obviamente, no.

Las próximas elecciones municipales, y forales en Navarra, serán claves porque Batasuna ha sido desde siempre un partido con señas de identidad municipalistas y Nafarroa un territorio en litigio. Si no se permite desde el Estado la presencia de la izquierda abertzale (o de su sector mayoritario) en esas elecciones se estará perdiendo un tiempo precioso para la normalización política del país.

El Gobierno del PP dejó un campo sembrado de minas como escenario del proceso de paz, urge desactivarlas para que el proceso avance. Sumarios como el 18/98 u otros similares deberían ser aparcados de una forma u otra y cumplir la legislación penitenciaria, concediendo los beneficios que en ella aparecen, no parece tan complicado; de hecho, se hace en otros casos de todos conocidos. La legalización de Batasuna (que debe hacerse con todas las garantías) será además un factor de clarificación electoral, se verá el respaldo de cada uno en las urnas, algo fundamental para afrontar la o las futuras mesas de partidos.

En Euskal Herria, la inmensa mayoría de la población tiene claro que sin Batasuna no hay proceso de paz que valga. Extirpar el brazo izquierdo al cuerpo político vasco supone la constitución de un país manco. Nuestro país, como España, necesita de la izquierda (o de las izquierdas si se quiere) hoy más que nunca, cuando la ofensiva neoliberal se torna autoritaria en todo el mundo.

Considero que, en la actual situación, apostar por la democratización en el País Vasco es también tarea de todos los españoles progresistas; porque a todos afectan las leyes y políticas autoritarias que con la excusa del terrorismo se imponen a los ciudadanos.

* Juan Ibarrondo Portilla es escritor y periodista.