Tras la fallida investidura de Sánchez, los posteriores movimientos de quienes sin dudar son los míos, hacen que se me venga una y otra vez a la mente una estrofa de la canción de Aute «Sin tu latido».En concreto la que dice: «Pero no me hagas caso/ Lo que me pasa es que este mundo […]
Tras la fallida investidura de Sánchez, los posteriores movimientos de quienes sin dudar son los míos, hacen que se me venga una y otra vez a la mente una estrofa de la canción de Aute «Sin tu latido».En concreto la que dice: «Pero no me hagas caso/ Lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo». Y ello pese a haber hablado con grandes amigos de IU y Podemos esperando que me sirvieran de oráculos. La pitonisa, aprovechando que es julio, debe estar de vacaciones.
Como dejé escrito al final de un artículo previo a las votaciones, en mi caso soy culpable de descreimiento.No acierto, ni acertaré nunca a creerme la transformación (cual crisálida) de ese PSOE mezquino y ramplón -cuyos sueños húmedos siempre han pasado por aniquilar todo lo que se mueva a su Izquierda- en un partido generoso, abierto y dispuesto a gobernar en igualdad de condiciones con otras organizaciones progresistas. Como bien sabemos en los pueblos la persona miserable en lo pequeño nunca es generosa en lo grande.
A Pablo Iglesias la culpa que le echo en el vodevil (los miembros del Colectivo que hemos acertado como terminaría el paripé, ni somos adivinos ni usamos varita mágica.Solo hemos recordado la Historia reciente) es la de perder el olfato y caer en el ensoñamiento de que el PSOE es un partido de Izquierdas y fiable [«La culpa es siempre…»]
.De esos cuya mano/palabra garantiza el acuerdo. Pablo ha querido pasar por alto que su interlocutor es el pilar central del Borbonismo desde la Transición y con un tres en uno -como la RAE- legitima, justifica y apuntala a un Sistema que sin su concurso tendría serias dificultades para haber impuesto tantos sacrificios a todo el pueblo español para satifacer el interés de unos pocos. A los sanchistas el papel de «poli bueno» les viene como anillo al dedo.
Con estos antecedentes seguramente hubiera sido mejor para Unidas Podemos no embarcarse en negociaciones con quien no tenía gana alguna de negociar, máxime cuando el truco de «frenar a la Derecha» le había vuelto a funcionar en parte, recogiendo otra vez beneficios en forma de voto (in)útil. La Historia ficción no existe y el caso es que los compañeros y las compañeras de la Izquierda Alternativa -no dudo que con la mejor intención del mundo- vieron como única salida negociar con el PSOE un gobierno de tú a tú, cuando Sánchez y su cuadrilla estaban más por el «tururú» No utilizo el término» banda» porque éste define mejor al jefe de Ciudadanos que lleva mi mismo apellido, pues el individuo en cuestión no tiene escrúpulos políticos. Con tal de llamar la atención es capaz de hacer «twirling» con el bastón metálico vestido de «majorette» o de desfilar golpeando el bombo de los discursos vacíos con un furor que es la envidia de cualquier «barra brava». Nuestro gran problema es que no escarmentamos pues estamos predispuestos a tropezar las veces que haga falta en la misma piedra. Al PSOE le había bastado hasta el pasado jueves 25 de julio con tirar de muestrario:»Mirad este modelo andaluz valderiense, 4% de presupuesto, una vicepresidencia vacía, Turismo y Obras Públicas con el nivel de competencias que ya conocéis… ¡Os sienta tan bien!» y una leve carantoña para que los dirigentes entonasen a coro el «Juntos como hermanos».
Siempre que se respetase la «jerarquía» y relación subordinada y se tuviera claro que mientras guiñan a la Derecha pidiendo apoyo y comprensiónlos nietos de Besteiro pueden administrar en exclusiva el patrimonio electoral (casi 4 millones) del pariente bobo al que desprecia y debiera estar inhabilitado, Da igual que según la década se llame PCE,IU o Unidas Podemos; para ellos es el «tonto útil».
Creo que las líneas anteriores pueden explicar el desconcierto que me causan algunas iniciativas puestas sobre la mesa por Izquierda Unida y Anticapitalistas.No llegan en el momento más inoportuno ni a cosa hecha. Espero que a estas alturas no salga ningún troll acusándome de estar contra Alberto Garzón e IU. Es de las primeras veces en la que no comparto su visión y cuando ha habido que dar la cara por él y su proyecto se ha hecho [«Solo ante el peligro»].
Pero en estos momentos de la pugna no entiendo las jaculatorias tipo: Se demuestra que gente del entorno de mi paisana la vicepresidenta Calvo ha manipulado y filtrado de forma sesgada la información sobre las negociaciones ¡Qué barbaridad. Qué falta de Ética! Pero hay que apoyar a Sánchez y frenar a la Derecha.
Sabemos que -como decía el gran Javier Krahe- «los hombres blancos del PSOE, llámense González o Sánchez nos hablan a los Cuervos Ingenuos con lengua de serpiente» y cualquier tratado/ programa es para ellos papel mojado por muchas firmas y sellos que tenga. Nunca es el momento de derogar la reforma laboral, pensionazo, ley mordaza… aunque los números cuadren ¡Indignante! Pero hay que apoyarlos, pues viene la Derecha.
«En el Poder olvidan cualquier veleidad izquierdista y sus números en política económica y social siempre favorecen a las élites». Ya, ya lo sabemos. Pero hay que votarlos o viene la Derecha…
Y así podemos seguir desgranando en voz alta el rosario de los quince o veinte misterios que por arte de magia y ciencia infusa («infusus: Se dice de las gracias y dones que Dios infunde en el alma») consigue que en España la ubicación de un partido en el tablero político no la da su actuación sino lo que él dice que es.Aunque los hechos nieguen las palabras y su comportamiento en el Poder sea totalmente opuesto a la teoría.
Me tiene perplejo que en pleno combate frente a un partido cuyo objetivo es exterminarte o reducirte a la categoría de ilota (o su rima) los compañeros de lucha abran las filas para que pueda pasar el puñal del contrincante hasta el costado. No era el momento. En el paisaje de después de la batalla sí caben los reproches de las estrategias fallidas para evitar repetirlas. Ahora es tiempo de cerrar filas. Cuando los hoplitas luchaban era fundamental sentir que el hoplón o aspis del compañero, el escudo circular, protegía tus flancos débiles.
Y sobre la amenaza de nuevas elecciones: El PSOE intenta imponer un relato que le ha fallado en parte pues pensaba que -como casi siempre-, saldría de rositas echándole la culpa a la Izquierda intransigente. A diferencia de otras ocasiones, esta vez no ha sido capaz de vender el cuento a un sector importante que se ha percatado de sus burdas maniobras y excusas. Lo que no significa que no lo vaya a intentar de aquí a septiembre por todos los medios y manipulando lo que haga falta.
Ante el chantaje la mejor respuesta es un «¿Y qué?». ¿El mundo de Unidas Podemos es un proyecto de transformación o solo de representación? Si es de transformación, tejamos entramado social y organizativo sin la premura de buscar resultados electorales. Si primamos la representación, toca currar y dar el callo.
En el peor de los casos, ¿qué nos puede pasar? ¿Una travesía del desierto si llega? Ya lo hemos cruzado antes a pie y sin oasis. Pero si decidimos afrontar el riesgo hay que tener claro, muy claro, lo que nos puede esperar. Porque si no viviremos políticamente instalados en el miedo y nos podrán chantajear.
¿Han desaparecido las causas -precariedad, represión, pérdida de derechos, corrupción…- que posibilitaron la eclosión del 15M o hemos ido dilapidando las ilusiones hasta provocar el hartazgo de los nuestros?
No debemos temer a la soledad del corredor de fondo si conocemos el proyecto y llevamos el recorrido planificado («Programa, programa, programa»). Nuestro ideario no se juega en una carrera de 100 metros lisos sino en una maratón -el arte de la política agraria de cultivar y ayudar a crecer que tanto predica Julio- y puede que en esa carrera el Filípides, Fidípides o Tersipo al que le toque dar la buena nueva de la victoria de la Izquierda, sucumba extenuado al llegar a la meta.
Para terminar, no olvidemos dos cosas:
La primera: Cuando alguien desempolva la idea de pacto a la danesa o portuguesa y automáticamente consigue el aplauso entusiasta del PSOE es porque éste piensa que con ese formalismo se ahorra la vergüenza de pedirle el beneplácito a la Derecha. Luego, una vez instalado en el BOE volverá a los pactos de estado con PP y Ciudadanos con la excusa de Europa, Cataluña o «bien patrio».
La segunda: Sánchez es un pícaro buscavidas, un superviviente nato con infinita capacidad de adaptación. Pero en ningún momento un buen albañil que ayude a construir la casa de la Izquierda.
Suicidarnos a estas altura de la película, aunque sea sin querer, no es la solución. No le demos esa alegría al Sistema porque, a poco que desbrocemos los enfoques interesados, veremos que hay partido.
¿Cocinar encuestas? Un clásico
Juan Rivera. Colectivo Prometeo
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