Un gurú ha hablado: uno de los llamados intelectuales españoles de mayor prestigio nacional e internacional (dice el oficialismo liberal conservador), afirma que cinco millones de votantes al partido político Podemos son tontos [1], precisamente por votarlo. Este profesor representativo de un amplio sector de la intelectualidad conservadora, es también claro representante de que la […]
Un gurú ha hablado: uno de los llamados intelectuales españoles de mayor prestigio nacional e internacional (dice el oficialismo liberal conservador), afirma que cinco millones de votantes al partido político Podemos son tontos [1], precisamente por votarlo.
Este profesor representativo de un amplio sector de la intelectualidad conservadora, es también claro representante de que la enseñanza no es neutra [2], y tiene un claro interés para las clases dirigentes.
Ejercer de profesor de filosofía (escribe sobre ética), ciertamente, no vacuna de la tontedad. Adscribirse ideológicamente a líneas de pensamiento que conducen a afinidades con representantes de partidos corruptos, o no denunciar la tortura estatal, no dejan de ser acciones de ética cuestionable, aunque sí puede reportar apoyos para medrar, por lo que la critica/invalidación ¡no solo de partidos políticos con aura de menos conservadores!, sino de la gente que les vota -por tanto, al propio voto que no le gusta-, presenta rasgos de soberbia elitista, así como miedo a que su realidad impuesta, pueda modificarse.
Es curioso que Savater, perore de ética, lo cual no deja de ser una contradicción continua, porque actuar éticamente es ejercer la libertad de hacer, y como ejemplo, desde su libro Ética para Amador, intenta hacer creer que la libertad existe, pero que esta libertad no incluye elegir lo que nos pasa, ya que solo se elige dentro de lo posible, lo que permite nuestras capacidades y las circunstancia exteriores, o sea, de lo que se nos impone. No le parece contradictorio que la libertad no sea tal, sino limitada, aunque dice por otra parte que, esta realidad no impide que siempre se puede elegir la actitud y hechos, aunque sea difícil o imposible, sin entender que, si nos lo hacen imposible, la libertad no existe como tal, solo porciones de la misma, por lo que, alguien/algunos, en la medida que la hacen imposible interesadamente, son responsables y beneficiarios, incluyendo a quienes justifican magisterialmente esa falta de libertad. Es desde esta visión limitada de la libertad, desde la que deplora la acción de votar a lo que no le gusta.
La prepotencia elitista, y el odio a quienes no siguen los mandamientos, es recurrente en quienes desean mantener lo que hay, la exigencia de ajustarse a su creada realidad y su libertad administrada/limitada.
A filósofos de este cariz se les llena siempre la boca de la palabra democracia, pero como tienen tendencias contra la libertad social e individual, no les gusta -se ofenden y criminalizan, además de considerarlos inferiores- que las gentes -algunas- se salten los límites que impone su casta, y voten a perroflautas: de ahí, lo de tontos.
Filósofos de este orden, desde su equidistancia celestial, articulan sobre la libertad del antinacionalistas (léase nacionalismo vasco, gallego, catalán, etc), pero, el nacionalismo patrio (centralista, estatal) le sale abruptamente por todos sus poros, Parece que los años, a algunos, no los hacen más sabio, solo más dominador/represor, siempre egoísta,
Con perdón (o sin él) del egregio/mediático filosofo: ¡que tonto es elegir con tu voto a quien te empobrece, roba y maltrata!
Cuando la estética es tan miserable, la ética es inexistente.
Notas:
[1] Referido a quien posee una inteligencia escasa; alguien torpe o con una conducta poco pertinente.
[2] El capitalismo en su fase actual de desarrollo, educa/fomenta la persona unidimensional, acrítica con los poderes, pero transmisora de la verdad de estar viviendo en la mejor de las sociedades, persona implicada en difundir la idea de que es inútil intentar otro sistema [ https://carlosgosto.files.
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