Las protestas del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), el antiguo SOC, para reclamar más ayudas económicas para los jornaleros se saldaron ayer con la detención de doce personas después de que intentarán cortar la ronda de circunvalación SE-30 y las vías del AVE, además de ocupar durante dos horas la sede de la Radio Televisión […]
Las protestas del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), el antiguo SOC, para reclamar más ayudas económicas para los jornaleros se saldaron ayer con la detención de doce personas después de que intentarán cortar la ronda de circunvalación SE-30 y las vías del AVE, además de ocupar durante dos horas la sede de la Radio Televisión de Andalucía (RTVA).
Ante el silencio que la televisión de Canal Sur de Andalucía está llevando acerca de la campaña de movilizaciones, el SAT, convocó una concentración ante las instalaciones de este medio de comunicación.
Posteriormente se dirigieron al Puente del V centenario y, por último, a las instalaciones del AVE en donde la policía cargó contra los concentrados y deteniendo a doce de ellos, entre los que se encuentra Diego Cañamero.
Ante la gravedad y lo desproporcionado de la respuesta policial, los participantes en la movilización se concentraron ante la Comisaría de Sevilla en la que se encuentran los detenidos, dispuestos a no retirarse hasta que sus compañeros sean puestos en libertad.
Pocos comentarios ante las soluciones que el Gobierno Socialista, estatal y regional, da a los problemas acuciantes de los trabajadores andaluces en general y a los del campo andaluz en particular.
La palabra y las leyes están sólo en poder del Parlamento y del Gobierno pero, en manos de los cuidamos y de los trabajadores, sólo quedan las protestas y las movilizaciones -legales y recogidas en la Constitución- pero sólo para cuando convenga y no para cuando sean denuncia.
Los cargos que todos los poderes -político, legislativo, económico y judicial- pudieran presentar contra estos trabajadores sin trabajo y, contra estas movilizaciones, tendrían que ser suficientes para encarcelar de por vida, precisamente, a quien los presentaran.
Pero, en cambio, sí se ha convertido en delito reivindicar derechos constitucionales, empezando por el derecho al trabajo ¿Qué les queda, constitucionalmente hablando, a los sin trabajo? Resignación cristiana o la cárcel. Esta es la elección que les da la democracia, claro que pueden elegir, la marginación en silencio o la cárcel.