Recomiendo:
0

Entrevista con Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX)

Detrás del Barrio Rojo y delante de Cuba

Fuentes: Cubadebate

Un programa de cinco días llevó a la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) a Holanda, para realizar una serie de encuentros y conferencias sobre la educación sexual y estrategias para el activismo por los derechos sexuales de personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT). La sexóloga cubana fue invitada por el grupo […]

Un programa de cinco días llevó a la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) a Holanda, para realizar una serie de encuentros y conferencias sobre la educación sexual y estrategias para el activismo por los derechos sexuales de personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT).

La sexóloga cubana fue invitada por el grupo de solidaridad con Cuba Plataforma Cuba-Nederland, el Centro de Investigaciones de Género y Sexualidad de Ámsterdam, el Centro Latinoamericano de Investigación y Documentación de la Universidad de Ámsterdam y la Embajada de Cuba en ese país.

Castro Espín recorrió el Centro Médico de la Universidad Libre de Ámsterdam y sus instalaciones dedicadas a la atención a personas transexuales. Además, participó en la conferencia internacional de Rutgers-WPF, organización encargada de amplios temas de educación sexual en ese país; sostuvo un encuentro con Katinka Lansing, representante del grupo Dance4Life, una experiencia de educación en diversas materias de sexualidad y prevención de las ITS y el VIH/sida mediante la cultura e impartió la conferencia Educación sexual y VIH/sida en la estrategia cubana de desarrollo humano, en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya, en la que se presentó la experiencia cubana de educación sexual a estudiantes y profesores de ese centro, acompañada de la Embajadora de Holanda para el VIH/sida, Marike Wijnroks.

En la agenda de Castro Espín destaca, por la cobertura mediática, la visita, coordinada con Radio Nederland, al Barrio Rojo de Ámsterdam, un sitio cuya publicidad no muestra lo que verdaderamente sucede detrás de sus vidrieras en las que se exhiben mujeres de carne y hueso para vender un único «producto» : su cuerpo.

En Holanda, no está penalizado el cliente. Las trabajadoras sexuales, término con el que muchas de estas mujeres se han reivindicado ante el mundo, están sindicalizadas.

Detrás de la publicidad del Barrio Rojo: Habla Mariela

El Barrio Rojo ha sido históricamente conocido desde una perspectiva turística. Pero es triste que se exponga a la mujer como mercancía sexual porque son ellas las que permanecen detrás de las vitrinas con luces rojas y ropa interior: hay un área de jóvenes, muy bonitas, que son inmigrantes de Europa del Este, una de latinas y otra de holandesas.

Detrás de esta imagen, edulcorada por la publicidad, se esconde también el tráfico de personas y muchos otros problemas como la violencia de género y el tráfico de drogas.

Me conmovió imaginar la vida de estas personas en situación de explotación, no solo por ser trabajadoras sexuales, como se les reconoce, sino también por ser mujeres y en muchos casos inmigrantes.

La mayoría de los países que integran la Unión Europea carecen de políticas estatales para incidir sobre las condiciones socio-económicas e ideológicas que generan la prostitución. La trata de personas asociada al servicio sexual es uno de los negocios de más rápido crecimiento después de la venta de armas y de drogas.

Por eso me gustó conocer sobre el trabajo que realizan algunas redes en la Unión Europea -como la Red Europea para la Prevención del VIH/ITS y la Promoción de Salud entre Trabajadoras Sexuales Inmigrantes, que me contactó durante esta visita- y otras iniciativas para dignificar a las trabajadoras sexuales. Si al menos no las pueden ayudar a mejorar sus condiciones socio-económicas, por lo menos tratan de dignificar sus imágenes como seres humanos, además, abogan por sus derechos y particularmente por sus derechos laborales y de salud.

Hay otros grupos que enfrentan el tráfico de personas, que constituye un problema muy grave en toda la Unión Europea y no todos los países se han puesto de acuerdo sobre el enfoque y las estrategias de enfrentamiento que favorezcan el respeto a los Derechos Humanos de estas mujeres.

Conocí a Mariska Majoor, del Centro de Información para la Prostitución, del Barrio Rojo. Ella ha hecho un trabajo muy importante para dignificar a las mujeres prostitutas en el Barrio Rojo. Incluso, erigió un monumento, La Belle, que elogié porque intenta modificar la imagen negativa y lastimosa que existe sobre ellas.

¿Una experiencia exportable a Cuba?

Esa pregunta me la hizo Radio Nederland en tres ocasiones y argumenté ampliamente por qué no es posible. Como ellos abogan por la libertad de prensa y de expresión, supongo que en algún momento publiquen todo lo que les comenté respecto a exportar la experiencia del Barrio Rojo a Cuba.

La periodista me preguntó, además, sobre una supuesta similitud entre el Malecón habanero y el Barrio Rojo; no tienen nada que ver. El Malecón es el lugar a donde va toda la población habanera y sus visitantes. Bajas por esas calles principales, que casi todas conducen al mar para disfrutar de su belleza y su agradable brisa ¿Qué allí suceden otras cosas? Pues sí, donde hay humanidad hay de todo.

La prostitución femenina y la Revolución cubana

En 1959, existían más de 100.000 prostitutas en Cuba, sobre todo en la capital del país y en Caimanera1 , una zona que servía a los militares norteamericanos de la Base Naval de Guantánamo.

Al triunfo de la Revolución se establecieron políticas por los derechos de todas las mujeres, facilitando su integración a la sociedad, e incluso, se implementaron iniciativas de atención específicas para cambiar las condiciones que generaban la prostitución. Se penalizó la explotación de personas que incluye la condena al proxeneta, no a la prostituta.

Esta labor, liderada por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), apuntó a la dignificación, no solo del pueblo cubano, que fue el propósito principal de la Revolución, sino de las mujeres y sobre todo de las que estaban sometidas a la explotación sexual.

Ellas pudieron alfabetizarse, encontrar empleo, recibir asistencia médica especializada y asumir responsabilidades públicas. Este fenómeno reemerge como problemática social durante la crisis económica iniciada en 1990, pero con otras características, porque se trata de una población instruida, en un contexto socio-histórico muy diferente al de 1959. Los estudios socio-psicológicos y epidemiológicos realizados en esa etapa llamaron la atención sobre la práctica del sexo transaccional2 en hombres y de mujeres, y su vinculación a la epidemia del VIH-sida .

El sexo transaccional y Radio Nederland

En la nota de Radio Nederland aparece un fragmento de mi conversación en privado con Mariska Majoor, del Centro de Información para la Prostitución del Barrio Rojo.

Yo le contaba la experiencia de una mujer cubana que vino a pedir ayuda para reparar el daño de haber practicado el sexo transaccional con el fin de arreglar el baño de su casa.

Es una de las historias que utilizo para explicar estas complejas realidades; pero hay muchos más en todo el mundo, incluso sin distinción de clases sociales, porque en las clases pudientes también hay sexo transaccional, una práctica que tampoco hace distinciones de género ni de orientación sexual.

En Cuba existe una política explícita de atención no solo a la prostitución sino también al sexo transaccional, que es invisibilizado y su práctica es la punta del iceberg de problemáticas personales, familiares y sociales más complejas que requieren atención. Esta población está incluida en los públicos metas de nuestras campañas de prevención del VIH-sida y de la violencia de género.

El CENESEX y las personas transgénero

Durante mi visita, pude intercambiar con activistas por los derechos de lesbianas, gay, bisexuales, transgéneros e intersexuales (LGBT) de Europa y El Caribe, en el Instituto Internacional de Investigación y Educación de Ámsterdam3.
En el debate se resaltó el modelo cubano de atención a personas transgénero por considerar que aborda en profundidad el reconocimiento y respeto de sus derechos humanos. También por desarrollar estrategias educativas que promueven cambios en la conciencia social, no solamente en las leyes, aunque también son necesarias y nosotros abogamos por ellas.

¿Una política de saneamiento?: el debate a la cubana

No promovemos una política de saneamiento social. Es mucho más profunda. Se trata de trabajar por el respeto a la dignidad plena y a los derechos humanos de estas personas. Estas realidades hay que estudiarlas para poderlas abordar con todo rigor académico y asesorar en la toma de decisiones políticas.

La Conferencia del PCC

La Conferencia del Partido Comunista de Cuba (PCC) es ya un escenario para facilitar el debate político mediante un proceso de participación popular. Es una buena oportunidad para avanzar en el análisis y modificación de las revisar las políticas actuales sobre el tema.

El caso sueco

Suecia tiene un trabajo admirable. Incluso el Cenesex, la FMC y otras organizaciones estamos estudiando la experiencia sueca que educa y penaliza al cliente, además de atender y hacer acompañamiento psicológico a las trabajadoras sexuales.
Considerar la prostitución como el oficio más antiguo del mundo es un eufemismo para perpetuarlo como negocio. Existe gracias al poder económico de unas personas sobre otras a quienes se les niegan mejores oportunidades. La demanda del servicio sexual en el mercado la mantiene el cliente, sobre la base de antiguas relaciones desbalanceadas de poder que generan explotación entre los seres humanos.

¿Desaparición del Barrio Rojo?: la polémica

Allí pude conocer directamente las contradicciones que genera este debate. Hay personas que abogan por el cierre del Barrio Rojo para evitar que prospere el tráfico de personas y la explotación sexual. Sin embargo, otras defienden su permanencia por considerar que el gobierno no tiene capacidad para generar empleos en el actual momento de fuerte crisis económica en la que hay millones de personas sin trabajo.

En Holanda, la prostitución es legal, no se penaliza al cliente. Las trabajadoras sexuales están sindicalizadas y pagan impuestos. Hay grupos que viven del comercio sexual y tienen muchos recursos e influencias para defender su permanencia; mientras que otros abogan por el derecho a ejercer el trabajo sexual.

Estas son las contradicciones que aprecié. Me pareció interesante escuchar todos estos puntos de vista.


Notas:

1. Poblado limítrofe con la Base Naval de Guantánamo, un territorio cubano ocupado por Estados Unidos.
2. El sexo transaccional, conocido también como sexo de subsistencia o trabajo sexual informal, es un intercambio de sexo por bienes de consumo.

3. Una mesa redonda con 25 activistas de diferentes organizaciones LGBT de Holanda se reunieron bajo el tema Estrategias de activismo LGBT y derechos de las personas transgénero.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2011/11/09/entrevista-con-mariela-castro-detras-del-barrio-rojo-y-delante-de-cuba-video/