En el «reino de los chorizos» todo puede pasar. El intolerable escandalo de la familia Pujol a puesto nuevamente en el centro de la infamia a la clase política . La casta aterrada apresura el paso y monta un cambio constitucional cosmético para blindar, de una vez por todas, la segunda transición borbónica. Sin embargo […]
En el «reino de los chorizos» todo puede pasar. El intolerable escandalo de la familia Pujol a puesto nuevamente en el centro de la infamia a la clase política . La casta aterrada apresura el paso y monta un cambio constitucional cosmético para blindar, de una vez por todas, la segunda transición borbónica.
Sin embargo en la calle, el nauseabundo hedor que exuda la corrupción de los políticos tradicionales esta acabando por producir otra gran consenso entre los ciudadanos; ha llegado la hora que se vayan o habrá que echarlos a las patadas.
A pesar que este ambiente es fácil de percibir, todavía hay ciertos políticos que resuelven escribir un manifiesto con la siguiente frase «la democracia no es compatible con aventuras populistas que niegan las fuerzas políticas actuales».
¿Quienes son los autores de esta verdadera perla de conservadurismo político, de quien es esta pequeña oda al régimen de la partidocracia? ¿Habrá sido escrita por Felipe González, Esperanza Aguirre, Jordi Puyol? o ¿será producto de la pluma de algún tertuliano defensor a sueldo de las élites?
Pues No. Sorpresa, sorpresa… Quienes escribieron la mentada «frasecita» son los promotores del Manifiesto «Izquierda Unida, un proyecto de largo recorrido» que usted puede encontrar fácilmente en este enlace.
http://somosiu.blogspot.com.
Se trata de antiguos dirigente de la federación madrileña, que envueltos en la bandera partidaria, (Somos IU) han declarado la guerra contra los sectores del partido que según ellos estarían por: «avanzar hacia la convergencia con Podemos, renunciando si fuera necesario a las siglas IU».
Sus misiles han apuntado directamente contra el joven economista Alberto Garzón por haber expresado en una entrevista que; «las ideas son más importantes que las siglas».
http://www.eldiario.es/
Encabeza este movimiento Ángel Pérez y Gregorio Gordo. Ambos son dirigentes de una vida dedicada a la organización. Ángel Pérez ha sido Coordinador de la Federación de Madrid desde 1993 hasta 2003 y diputado autonómico desde el 2004; Gregorio Gordo, ha sido secretario estatal de Hacienda en CC.OO hasta 1991, diputado autonómico desde 2007 y miembro de la Presidencia Federal.
Hasta aquí nada que reprochar, dirán ustedes. Sin embargo nuevamente. Sorpresa, sorpresa… Ángel Pérez y Gregorio Gordo, obtuvieron reciente notoriedad porque salieron presurosos en la defensa de Moral Santin, personaje que fuera la mano derecha de Miguel Blesa, por más de 12 años, desde la Vicepresidencia de Caja Madrid.
http://www.elmundo.es/elmundo/
Os parece bochornoso ¿No? Bueno, ahí está la incontestable realidad. Habrá que recordar que José Antonio Moral Santin, antiguo militante de IU, fue nombrado en el cargo de la Caja, gracias a un pacto entre tres grandes partidos PP, PSOE e IU.
Podría argumentarse que eran otros tiempos. Sin embargo con la tremenda corrupción existente este dato no puede pasarse por alto.
Al revés, es hora que votantes y militantes de IU se hagan más de una pregunta.
¿Qué esta pasando en el interior de la organización?
¿Qué fuerza impulsa a dos importantes dirigentes de IU a salir en la defensa de un personaje que ha sido expulsado (por corrupto) de la organización como Moral Santin?
¿Hay compromisos con el «establishment» que han contagiado a ciertos dirigentes de IU? ¿No es acaso contradictoria esta defensa, de los partidos tradicionales, con los acuerdos de IU para impulsar un proceso constituyente? ¿Qué pruebas necesitan estos dirigentes para asumir que el actual sistema político esta corrupto y apesta por los cuatro costados?
Aclaremos. El manifiesto de Somos IU y quienes lo promueven no son peccata minuta, tampoco son un sector insignificante de la organización.
Retórica aparte, el manifiesto es la expresión del vivo temor que circula por las filas de Izquierda Unida porque algunas encuestas apuntan a que perdería cerca del 40 por ciento de sus votantes en beneficio de Podemos. Doloroso encaje para quienes han estado por años en cargos públicos. Y esta vez pueden no ir de candidatos.
Al parecer «Somos IU» no ha aprendido nada de las elecciones europeas. Como se sabe Podemos ofreció generar listas conjuntas siempre y cuando los candidatos fueran elegidos en primarias por los movimientos sociales. y los partidos que estén contra el régimen.
Para las próximas elecciones Podemos seguramente persistirá en su estrategia ya que se propone «no presentarse en solitario a las municipales sino que sumarse a candidaturas más amplias como Guanyem Barcelona o Ganemos Madrid».
Sin embargo el factor más grave es que sí se hace una lectura cuidada del documento de «Somos IU» lo que realmente se formula es saltarse a la torera la línea política de ruptura democrática, aprobada por las instancias máximas de la federación.
La verdad de la milanesa es que en IU hay un importante sector que cree que hay soluciones a la crisis dentro del régimen. Son los «posibilistas», los representantes de la izquierda institucionalizada, aquellos que su modelo es gobernar con el PSOE, cómo lo hacen en Andalucía o abrirle paso al gobierno del PP como lo hacen en Extremadura.
Por tanto, el manifiesto no es más que la expresión publica de un soterrado enfrentamiento que vive la organización, se trata de un conflicto cerrado en falso en las últimas reuniones de la dirección federal,
Para entender la encrucijada que vive la cúpula, es bueno echar mano a la hemeroteca. Los dirigentes que, desde Somos IU, presionan a Cayo Lara, están convencidos que el Coordinador Federal mantiene una posición ambigua frente al proceso de convergencia de las fuerzas que están por un cambio de régimen.
No por casualidad en sus círculos se recuerda que Cayo Lara fue quien se atrevió en el Congreso del PCE a formular , la proposición estáis dispuesto a gobernar. El insólito llamamiento » a gobernar» no tenía nada de ingenuo. Resumía, en pocas líneas, el programa político de determinados sectores de IU.
A saber: vamos a gobernar con el PSOE en la próxima legislatura porque las encuestas (en este momento) nos pronostican un 14 o 15 por ciento de los votos y esta es una cifra suficiente para negociar.
Las europeas siguen trayendo cola en IU
La operación de los sectores de Izquierda Unida, que se preparaban para gobernar con el PSOE, se vino al suelo con los resultados electorales de las europeas. La imprevista irrupción de Podemos, puso en jaque a la vieja guardia que aún dirige la federación de izquierda.
Los años no pasan en vano. La generación que controla el poder del partido se ha acostumbrado, quizás sin quererlo, a ser parte del régimen que ayudo a fundar el inefable Don Santiago.
Los porfiados hechos demuestran que la dirección no ha querido o ha sido incapaz de implementar la política de la rebelión democrática, enrocándose en el poder en una suerte de travestismo político.
Después de las elecciones y ante la criticas internas, los dirigentes máximos se vieron obligados a nombrar al joven economista Alberto Garzón como responsable de la Secretaria del «Proceso Constituyente y la Convergencia»; aparentando de esta manera una supuesta renovación.
En la medida que pasan los días, el nombramiento parece cada vez más un regalo envenenado. Sino como se explica que desde las propias filas de la cúpula se orqueste el chovinismo partidario para impedir en la práctica la labor de convergencia encargada a Alberto Garzón.
Y no es una estratagema mal pensada. El colectivo «Somos IU» trata de articular bajo una sola consigna otras sensibilidades de IU; aquellas que no van más allá de su credo socialdemócrata, los nostálgicos que ven a IU como el ultimo baluarte de lucha y el aparato burocrático, siempre atento para quedarse con el poder interno.
Mientras tanto, los militantes de base siguen siendo fieles a sus ideales, a una tradición de lucha que los honra. Viejos y jóvenes se avergüenzan de la campante corrupción de los políticos profesionales y esperan el momento para volver a tomarse las calles.
La gran mayoría de los militantes de Izquierda Unida entienden que la convergencia, incluyendo la electoral, es vital para impedir que se termine de instalar la segunda restauración borbónica.
Los militantes de base tampoco olvidan que IU fue fundada como un movimiento político social y que ahora es el momento de converger con los nuevos movimientos sociales. También tienen claro que -por primera vez en años- es posible poner en cuestión la continuidad del régimen con un proceso constituyente desde abajo.
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