Parece que hoy, 11 de octubre del 2008, quedará en la memoria de «Ella» como uno de sus peores días. Posiblemente más terrible que todos los que pasó en cautiverio. Es que el super ego de «Ella» recibió un tremendo golpe: no le dieron el Premio Nobel de la Paz. Porque cuarenta y ocho horas […]
Parece que hoy, 11 de octubre del 2008, quedará en la memoria de «Ella» como uno de sus peores días. Posiblemente más terrible que todos los que pasó en cautiverio.
Es que el super ego de «Ella» recibió un tremendo golpe: no le dieron el Premio Nobel de la Paz.
Porque cuarenta y ocho horas antes de que en Oslo se anunciara el nombre de la persona galardonada, «Ella» lo hacía suyo.
Desde el miércoles 8, el servicio de prensa de «Ella» hizo llegar un comunicado a los jefes de redacción. Los más importantes jefes de medios recibieron llamadas.
El jueves, dicen Liberation, Le Figaro, Le Parisien y la agencia AFP, les llegó otro comunicado donde se pedía prever la «buena nueva».
Hoy, esa misma prensa francesa que hizo de «Ella» un ser casi único, la menciona con sarcasmo.
«Premio Nóbel de la Paz: [«ella»] lo creía«, titula el diario Liberation en su página web. «Presintiendo la distinción, la ex rehén de las FARC previó una conferencia de prensa -en caso de «victoria»- para este viernes a las 13 horas, en uno de los palacios parisinos de la calle Rivoli, Le Meurice.»
Parece que los pedestales en que la han subido la están llevando a perder totalmente la cabeza. Dice Liberation que «fuentes próximas» estimaron que «Ella» podría ser premiada con el Nobel «para evitar molestias con los chinos y rusos». O sea, «Ella», en vez de algún «disidente» chino o ruso.
Le Parisien dice tajantemente: «No estaba como favorita». Es por eso que se muestra sorprendido con la anunciada conferencia: «¡Una precipitación de ese tipo es inédita!».
El popular diario retoma un sorprendente aparte escrito en uno de los comunicados: «Agradecemos calurosamente a los diputados, senadores y universitarios franceses que apoyaron la candidatura, sin lo cual [«Ella»] no hubiera obtenido jamás este título.»
¡Increíble!
Mientras en Colombia, según un cable de la AFP, la posibilidad de que «Ella» obtuviera el Nobel «apenas generaba un tibio entusiasmo».
Decía la Agencia que en un sondeo realizado por la radio La W, sólo 11% de los consultados dijo sentir entusiasmo por la posibilidad del Nobel.
Durante una visita a Colombia, en julio, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, Nóbel de Paz (1980), ya había desestimado las posibilidades de «Ella». «Ha sido prisionera de una situación desgraciada, pero no me parece que ha hecho trabajos o méritos ni por la paz de Colombia, ni mundial».
Hernando Calvo Ospina es periodista y escritor colombiano. Autor, entre otros: «Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado». Akal-Foca, Madrid 2008.