«Colorear el mundo siempre es siempre una manera de negarlo. Privado de toda sustancia, arrojado al color, desencarnado por el lujo de las imágenes, el oriente queda preparado para la operación de escamoteo » [1] En este trabajo analizaremos a la corporación Disney, entendiéndola como parte integral de un sistema social de dominación, el imperialismo […]
«Colorear el mundo siempre es siempre una manera de negarlo.
Privado de toda sustancia, arrojado al color,
desencarnado por el lujo de las imágenes,
el oriente queda preparado para la operación de escamoteo » [1]
En este trabajo analizaremos a la corporación Disney, entendiéndola como parte integral de un sistema social de dominación, el imperialismo estadounidense. Estudiaremos a dicha empresa en función de su relación con el Islam, designado por los ideólogos imperiales como el enemigo intrínseco de la civilización occidental.
El Imperialismo es una totalidad, donde lo militar y lo cultural están interrelacionados entre sí. Una exitosa penetración cultural puede relegar a la opción militar, la cual se vuelve necesaria cuando las culturas otras resisten al «American way of life» (el tipo de vida americano, es decir estadounidense) basado en las grandes empresas estadounidenses que sean extendido por todo el orbe, junto a sus productos comerciales, alrededor de los cuales se establece el ritual consumista (el cual es una suerte de eucaristía de las sociedades de consumo, que se puede ver en las principales ciudades) debemos comer en McDonald´s, bebiendo Coca-Cola, vistiendo jeans. Nuestra felicidad será completa si dentro de la «cajita feliz» encontráramos algún muñeco de Disney. Si estudiamos donde y cuando se establecen están empresas y el contenido semiótico de sus productos veremos que esto no responde a una casualidad, sino a una estrategia más compleja. Son trincheras de una cultura que avanza.
El caso de Disney es paradigmático a la hora de ver esta interrelación, dentro de sus parques de atracciones, podemos no solo beber Coca-Cola y comer una hamburguesa del famoso payaso, sino también contemplar la presencia de los superhéroes, algunos de los cuales son propiedad de Disney, ya que en Agosto del 2009 dicha empresa compró a los superhéroes de Marcel, entre los cuales se encuentran el Hombre Araña, el Capitán América, Iron Man, los Cuatro Fantásticos, el Increíble Hulk y los X-Men. La mitología moderna estadounidense se corporiza en los parques temáticos de Disney.
EEUU se piensa a sí mismo como el centro del mundo, su autoproclamado rol de gendarme mundial justifica que sea aquél que represente en imágenes al resto del orbe. Su principal arma de propaganda es Hollywood y es desde donde se generan éstas imágenes, necesariamente falsas. Dentro de esa usina generadora de ilusiones encontramos a Disney, que cubre su rol propagandístico bajo una supuesta despolitización ya que está destinado a la infancia [1] . Disneyworld es presentada como una tierra de fantasías donde los sueños se hacen realidad, desde allí se intenta «americanizar» (en el sentido estadounidense) u occidentalizar las tradiciones de otras culturas para dejarlas sin sustento. En éstas apropiaciones se da una construcción utópica en la cual las zonas periféricas (Latinoamérica, Asia y África) son exotizadas y presentadas como lugares fantásticos, donde se desarrollan aventuras (Aladino, el Rey León) y son gobernadas por tiranías, es decir la vieja teoría del despotismo oriental, por suerte para los orientales siempre habrá algún personaje que simbolizará a Occidente (Aladino o Simba), plagado de buenas intenciones (al igual que el camino al infierno), que luchará hasta vencer contra el déspota oriental de turno.
Veamos algunos números, cifras y fechas que nos permitan entender porqué Mickey Mouse comenzó a mirar hacia las tierras del Islam. En 1989 cae el Muro de Berlín; 1990-1991 primera guerra del Golfo y disolución de la URSS. En 1988 , Howard Ashman sugirió a Disney hacer una adaptación musical animada de La historia de Aladino y la lámpara maravillosa , contenida en el recopilatorio de cuentos árabes Las mil y una noches . Junto con su compañero, el compositor Alan Menken , Ashman escribió un texto preliminar sobre la historia y seis canciones para la película. Tras acabar su trabajo con La sirenita , los directores y productores John Musker y Ron Clements se dispusieron a completar el guión, pero en la primavera de 1991 , Jeffrey Katzenberg, jefe de estudio de Disney, les hizo empezar de nuevo, sumando a los guionistas Ted Elliott y Terry Rossio al proyecto. En Noviembre de 1992 Disney estrena Aladino.
Luego del fin de la Guerra fría y de la disolución de la URSS, Estados Unidos necesitaba construir un nuevo enemigo, para auto justificarse (somos aquello que no somos) y continuar con su keynesianismo militar. La elección del Islam para este papel no es arbitraria, sino que tenía antecedentes históricos en la mitología de Occidente, la cual supone que la Historia de la civilización surge en Oriente y se realiza en Occidente. Según esta construcción mítica Oriente representa al pasado, Occidente al presente y al futuro. Recordemos que lo único que unió momentáneamente a al menos una parte de la cristiandad occidental era el odio acérrimo contra los musulmanes, a la hora de realizar las cruzadas, así que estaríamos frente a un viejo conocido. Otro elemento que favoreció al Islam en este «casting de la maldad», es que un gran número de sus seguidores viven en las principales naciones productoras de petróleo. Hemos escuchado y leído mucho sobre la sharia y las mujeres islámicas en Irak, en Irán o en Arabia Saudita, pero difícilmente leeremos algo sobre la vida otras comunidades musulmanas como las de Java o Chad.
Han pasado muchas cosas desde el estreno de Aladino. Han caído torres y bombas, la sangre ha llegado al río. Cuando se estreno algunos visionarios entendieron que pretendía construir un estereotipo de los árabes en particular y de los musulmanes en general. Amparados por el paso del tiempo, veremos como este producto de Disney acompaña la idea de demonizar al Islam, a la vez debemos considerar la parte comercial de esta empresa, entendiendo su estrategia de expansión en Medio Oriente y en el Sudeste Asiático, sostenida también por la presencia de los marines.
En este trabajo se presentará una compilación de breves artículos sobre la máquina cultural Disney y su relación con la religión de la media luna. Luego cerraré con un análisis de los contenidos de las canciones del film Aladino y un cotejo entre la obra de Disney con la original de Las Mil y una noches.
I- Escritos sobre el Orientalismo de Disney
En esta compilación de trabajos veremos primero la importancia de entender el significado político de las películas de Disney a partir del texto de Henry A. Giroux (que al igual que el de T. Blanco y J. Winn se presentarán solo extractos. El artículo de Torres será presentado integro), luego veremos como fue recibido Aladino en el Sudeste Asiático (la región donde habita la mayor comunidad musulmana), también se presentará la polémica planteada en la exposición del Milenio en Disneylandia, alrededor de la designación en dicha muestra de Jerusalén como capital de Israel (algo que esta en disputa y es rechazado por gran parte de la comunidad internacional) y finalizaremos presentando a Farfur, el ratón islámico y anti imperialista.
Estimulando a la juventud:
La Disneysación de la Cultura Infantil [2]
Por Henry A. Giroux.
La cultura infantil como objeto de análisis crítico abre un espacio donde los niños se convierten en parte importante de la teoría social. Mientras la cultura de los jóvenes, especialmente la adolescencia, ha sido un componente fuerte de los estudios culturales, la cultura infantil ha sido casi totalmente ignorada, especialmente el mundo de las películas animadas.
Existe un imperio poderoso económico y político que en 1996 hizo $ 667.7 millones de dólares en películas, $330 millones de dólares en productos, y $ 525.6 millones de sus parques temáticos y resorts. Pero Disney es más que un gigante corporativo, es también una institución cultural que lucha fieramente para mantener su mítico estatus de proveedor de inocencia y moralidad de América.
Quiero ingresar en el contradictorio mundo de Disney a través del análisis de sus más recientes películas animadas. Estas, producidas desde 1989, son importantes porque recibieron enormes alabanzas de parte de la prensa dominante y han alcanzado estatus populares en las tiendas de alquiler de videos. Para muchos niños representan su primera introducción en el mundo de Disney.
Aladino acumuló $1 billón de ingresos por entradas, ventas de video y chucherías tales como vestidos de la Princesa Jazmín y galletitas del Genio. Producido como video juego interactivo ha vendido más de 3 millones de copias en 1993.
En el film el poder está centrado principalmente en el rol del joven tramposo callejero, Aladino. Jazmín, la princesa se enamora con el simple objeto de su deseo inmediato convirtiéndose en un paso social. Su vida está casi completamente definida por los hombres, y, al fin, su felicidad es asegurada por Aladino, que al fin recibe el permiso para desposarla.
Actualmente, el ejemplo de estereotipo racial más controversial de la máquina publicitaria de Disney ocurrió con el lanzamiento de Aladino en 1992, que representa un ejemplo particularmente importante porque fue una lanzamiento de alto perfil, ganó dos premios de la Academia, y se convirtió en uno de los sucesos más grandes de la historia de Disney. Tocada para audiencias masivas de niños la canción de apertura de la película, «Arabian Nights»
(«Noches Árabes»), comienza con una descripción de la cultura árabe con un tono decididamente racista. La letra de la ofensiva canción dice: «Oh I come from a land-From a faraway place-Where the caravan camels roam. Where they cut off your ear-If they don’t like your face. It’s barbaric, but hey, it’s home.» «Oh Vengo de una tierra- de un muy lejano lugar – Donde las caravanas de camellos vagan. Donde te cortan la oreja – Si no les gusta tu cara – Es bárbaro, pero oye, es mi hogar». En esta caracterización, se magnifican los estereotipos populares de identidad y espacio asociados con la cultura árabe, continuando con el retrato de los medios a partir de la Guerra del Golfo. Tales representaciones racistas son reproducidas por personajes grotescos, violentos y crueles. Yousef Salem, vocero oficial de la South Bay Islamic Association, definió la película de la siguiente manera:
Todos los chicos malos tienen barbas, narices grandes y bulbosas, ojos siniestros y acentos pesados, y constantemente portan espadas. Aladino no tiene nariz, grande. No usa barba o turbante. No tiene acento. Lo simpático en él es que le han dado su carácter americano…Tengo una hija que dijo sentirse con vergüenza de ser Árabe, y esto es por cosas como estas.
Jack Shaheen, un profesor de periodismo de la Southern Illinois University of Edwardsville, junto con la personalidad radial, Casey Kasem, se movilizaron en una campaña de relaciones públicas protestando por los temas anti-árabes de Aladino. Al principio los ejecutivos de Disney ignoraron la protesta, pero ante la creciente indignación de la opinión pública aceptaron cambiar una línea en la película en su versión para video y para su difusión mundial; sin embargo no cambiaron las letras en su CD popular de Aladino. Parece que los ejecutivos de Disney no estaban sin aviso de las implicaciones racistas de las letras cuando fueron propuestas por primera vez. Howard Ashman, quien escribió la principal canción envió una alternativa para la letra cuando entregó los versos originales. La letra alternativa, «Where it’s flat and immense- -And the heat is intense» «Que es plana e inmensa- Y el calor es intenso» remplazaron eventualmente los versos «Donde te cortan la oreja – Si no les gusta tu cara». Cuando se lanzaron los videos y las nuevas letras aparecieron, muchos grupos Árabes se molestaron porque no fue alterado el verso: «Es bárbaro, pero oye, es mi hogar». Más importante es que la mala pronunciación de los nombres árabes, el acento, y el uso de garabatos sin sentido como en lugar del lenguaje árabe escrito no fue quitado.
El racismo en las películas animadas de Disney no sólo aparece en imágenes negativas, sino también a través del lenguaje y los acentos. Por ejemplo, se muestra a los malos con acentos extranjeros pronunciados, mientras Jazmín y Aladino hablan el Inglés americano standard. Una muestra del racismo que describo es provista por Peter Schneider, presidente de animación de Disney, que señala que para Aladino se siguió el modelo de Tom Cruise.
Lo asombroso en estas películas es que producen una serie de representaciones y códigos donde se les enseña a los niños que las diferencias culturales si no soportan la impronta de la etnicidad de media clase blanca son desviadas, inferiores, no inteligentes, y un reto a vencer. Las interpretaciones de la historia, el progreso y cultura Occidental portan un legado colonial que parece capturado perfectamente por la noción de Edward Said de orientalismo y su dependencia de imágenes nuevas de centralidad y narraciones sancionadas. Las diferencias culturales en las recientes películas de Disney son expresadas a través de una jerarquía racial «naturalizada», que es antiética en una sociedad democrática. No hay nada inocente que puedan aprender los niños en el «mágico mundo» de Disney.
Es particularmente importante para los trabajadores culturales entender cómo trabajan las películas de Disney en el interior de una red más amplia de producción y distribución como máquina de enseñanza en el interior y a través de diferentes culturas públicas y formaciones sociales. En el interior de este tipo de discurso, los mensajes, formas de inversión emocional, e ideologías producidas por Disney pueden ser rastreados a través los varios circuitos de poder que tanto legitiman e insertan «la cultura del Reino Mágico» en las múltiples esferas públicas. Más aún, tales películas necesitan ser analizadas no sólo por lo que dicen, sino también por cómo son usadas u tomadas por las audiencias adultas y grupos de niños en el interior de los diversos contextos nacionales e internacionales.
Islam, animación y Dinero: La recepción del film de Disney Aladino en el Sudeste de Asia [3]
Por Timothy R. White and J. E. Winn
Mucho se ha dicho sobre como recibieron a la película Aladino los grupos árabe-americanos en los Estados Unidos. Sin embargo, poco se ha escrito acerca de la recepción de la película en otras partes del mundo, especialmente en aquellas naciones con poblaciones musulmanas significativas. Aunque una investigación sobre la recepción de la película en las naciones islámicas del Medio Oriente parece obvia y adecuada, hay otras partes del mundo con una importante población musulmana que merecen nuestra atención. Este es un estudio de la controversia en torno a la distribución y exhibición de Aladino en las naciones del Sudeste de Asia con grandes poblaciones musulmanas. Estas naciones son Indonesia (con la mayor población musulmana del mundo), Brunei y Malasia, todos los cuales son de mayoría musulmana, y Singapur, en el que los musulmanes constituyen una minoría significativa. [4]
Aladino es un exitoso intento por parte de Disney de occidentalizar, e incluso americanizar, un producto artístico de otra cultura. Como vimos en la Guerra del Golfo, otras culturas tienden a ser valorados en Occidente en relación con su utilidad para el occidental. Así el cuento árabe Aladino se convirtió en materia prima para la máquina de Disney, que no buscaba producir una auténtica representación de la cultura oriental, sino un dibujo animado estadounidense que representara al mundo árabe como exótico y humorístico. El genio emancipado, con su sombrero de Goofy y demás parafernalia de Disney World, no es sólo un anuncio para Walt Disney Incorporated, sino que también sirve como un símbolo de la intencionada disneysación del mundo y sus diversas culturas.
Así como las culturas del mundo están siendo consumidas por Disney, la cultura occidental se está vendiendo al mundo. Un número reciente de Singapur The Straits Times informó de que WDI «está preparando el terreno para un asalto en gran escala en los corazones, las mentes y los bolsillos de los consumidores en el sudeste de Asia» [5] . En cuanto al establecimiento de The Walt Disney Company (Singapur), Brandt Handley, el director gerente de la nueva empresa, dijo:
«Al igual que el hombre que va a la selva con el machete, abrimos un camino para que las demás divisiones de Disney se establezcan. Todos los negocios de Disney (la comercialización y el parque temático de la televisión, el cine y la distribución de vídeo) entrarán en la región. Esa es la estrategia que empleamos en todo el mundo» [6] . La compañía parece haber encontrado una víctima voluntaria. En 1993, Singapur solo gastó 10 dólares per cápita en los productos de Disney. Además de Singapur, Yakarta (en Indonesia) y Kuala Lumpur (en Malasia) ahora tienen oficinas WDI, uniéndose a las ya establecidas oficinas en las Filipinas y Tailandia.
A mediados de abril de 1993, Aladino ha recaudó más de $ 200 millones en América del Norte, una gran parte no vino de los niños, sino de los adultos y adolescentes [7] . Walt Disney Incorporated espera ganar 250 millones de dólares provenientes del mercado internacional [8] , y una gran parte se esperaba de Asia, quien no defraudó a Disney.
La película se estrenó en Singapur a principios de mayo de 1993 en diecisiete salas, la primera vez que una película de animación había sido presentada a tan gran escala en Singapur [9] . Al igual que en otros países del sudeste asiático, es estreno de la película estaba previsto para que coincidiera con las vacaciones escolares para aprovechar la audiencia joven.
Aladino tuvo pocos problemas en Singapur, la gran población china de la isla no se sintió agravada, y si la población musulmana del país fue ofendida, no desató una oposición declarada a la película. En Malasia todo fue diferente, allí se desató una fuerte polémica sobre la película y su representación del mundo Islámico.
Aladino se estrenó en Malasia el 28 de mayo de 1993, como en Singapur, la película coincidió con las vacaciones escolares. El mismo día, el Movimiento de Jóvenes Musulmanes de Malasia (Angkatan Belia Islam Malasia o ABIM) instó al gobierno de Malasia a prohibir la película, así como la banda sonora [10] . El grupo incluía a la banda sonora en su ataque, al igual que grupos de árabe-estadounidenses en América del Norte, a causa del racismo de la letra de la canción de apertura de la película, Arabian Nights [11] . Según el secretario general de ABIM, Anuar Tahir «Aladino es racista y ridiculiza a los árabes, así como a los musulmanes en general. Malasia, como país que defiende los valores morales, debe impedir la difusión de esos mensajes en nuestra sociedad. La película no es adecuada para el público de Malasia» [12] .
Ciertamente, ABIM no actúa en solitario en sus sentimientos hacia la película, en una nación Islámica como es Malasia, debe haber habido muchos otros que también fueron ofendidos por la imagen que presenta Aladino de los musulmanes. Sin embargo, hubo muy poca publicidad en la prensa de Malasia en relación con el llamamiento de ABIM y otros para prohibir la película. De hecho, sólo uno de los principales periódicos de Malasia se refirió a la historia, y era un periódico en idioma Inglés, ninguno de los principales periódicos en idioma malayo informó de la llamada de ABIM. La única crítica de la película que apareció en un importante periódico de Malasia no menciona la controversia, y no sólo el crítico no se queja del racismo, sino que es totalmente entusiasta de la película [13] .
Debemos darnos cuenta de que aunque los malayos son musulmanes, no son árabes. No pretendo dar a entender que los malayos son insensibles a los insultos a sus hermanos y hermanas árabes, pero la reacción en Malasia habría sido más negativa si los personajes estereotipados ofensivamente en la película habrían sido caracterizados más como musulmanes, y no tan como específicamente árabes.
Otro factor que debemos tener en cuenta es la percepción pública de la animación, que es rara vez considerada como algo a tomarse tan en serio como, por ejemplo, la religión o la política.
Sin embargo, hay otros factores que van más allá de estas razones obvias. Sean o no conscientes de los posibles problemas con los espectadores musulmanes, Warner Bros., la película de los distribuidores en Malasia como en Singapur, tomó medidas para compensar esta publicidad negativa. Por ejemplo, la película tuvo su estreno de Malasia en Kuala Lumpur en una función a beneficio de huérfanos, cuando Warner mostró la película de forma gratuita a 146 huérfanos de edades comprendidas entre los seis y doce, todos de Kuala Lumpur y sus alrededores en Selangor, de acuerdo con periódico de las cuentas del evento, ninguno de estos huérfanos expresó indignación moral [14] . Cuando la película se estrenó en Kuching, la capital de la región oriental del estado malasio de Sarawak, fue establecido un precio promocional de 7 dólares para una familia de cinco y se les los dio dulces libres a todos los niños que asistieron a la película [15] . Aunque pueda parecer extraño para los occidentales que una película considerada como ofensiva para árabes y musulmanes, Aladino es exactamente lo que los malayos gustan de ver en una película animada. Es melodramático, narra una historia de amor entre dos atractivos personajes, contiene muchas canciones románticas e incluso tiene algunos pasajes de violencia leve. En otras palabras, se trata de una versión animada de la típica película malaya. La representación de la ley islámica en la película – por ejemplo la amenaza de castigo de la amputación de la mano de Jazmín por robar una manzana inadvertidamente, o la decapitación de Aladino por robar una barra de pan (o por cortejar a la princesa Jazmín, nunca está muy claro) – es bastante sosa en comparación con los castigos dados en muchas películas épicas de Malasia, en la que los personajes sufren amputaciones de varias partes del cuerpo, son decapitados o quemados vivos. Cualquier persona familiarizada con el cine de Malasia no debería tener problema en comprender por qué el público, en general, optó por hacer caso omiso de las llamadas a prohibir o boicotear la película.
Asimismo, el hecho de que los devotos musulmanes malayos puedan ver y disfrutar de una película considerada como ofensiva para los musulmanes puede parecer inusual, pero no es raro que los malayos acepten ideas que parecen contradecir o ser incompatibles con el Islam. Por ejemplo, muchos devotos musulmanes de Malasia aceptan el animismo, creen en la magia, y algunos incluso sospechan de que hay mujeres hermosas que son en realidad vampiras [16] (esta observación no es un insulto a los musulmanes o los malayos, podemos señalar que hay muchos cristianos, por ejemplo, que habitualmente siguen sus horóscopos en el periódico o participar en otras actividades no estrictamente cristianas). Por lo tanto, no debería ser tan sorprendente que los malayos, quienes a menudo son capaces de aceptar creencias que los occidentales encuentran incompatibles, puedan disfrutar plenamente de Aladino, y, en algunos casos, ni siquiera entender por qué la película debe ser considerado como ofensiva.
Una posible causa de la falta de publicidad dada a las peticiones de prohibición de la película es el hecho de que los periódicos de Malasia se basan en gran medida de los ingresos por publicidad de los teatros de cine (podríamos añadir que muchos, quizá la mayoría de teatros en Malasia son propiedad de chinos malasios [17] ). Aunque no estamos sugiriendo que los propietarios de teatro, o los distribuidores de la película, presionaran a la prensa para minimizar la reacción de los grupos musulmanes, es muy posible que los ejecutivos de periódicos y editores hallan tomado ellos mismos esa decisión. Después de todo, no obtenían nada de dar a conocer las críticas de ABIM a Aladino (a menos que, por supuesto, el público halla reaccionado con indignación contra los medios de comunicación por la falta de interés, lo que no sucedió), pero sí tenían mucho que perder si los propietarios de teatro hubieran decidido retirar sus anuncios de los periódicos, o si la publicidad se detuviera debido a la prohibición de la película o a la disminución de taquilla, debido a la propaganda negativa. En otras palabras, no estaba en los intereses de los grandes periódicos promover la prohibición de una película que les traería importantes ingresos a través de la publicidad.
ABIM tradicionalmente ha hecho hincapié en el Islam y su deseo de hacer de Malasia un verdadero estado islámico con un sistema jurídico y económico basado en la ley islámica, en contraposición a una nación en la que el Islam es la religión oficialla. UMNO (Organización Nacional de Malayos Unidos, partido gobernante) promueve activamente el nacionalismo en lugar del Islam como basamento del Estado. ABIM, un grupo con poder e influencia en los 70´, fue significativamente más débil y menos radical los 80´, e hizo más estrecha con UNMO cuando Anwar Ibrahim, presidente de ABIM de 1974 a 1982, se unió a UMNO y con el tiempo llegó a convertirse en vicepresidente del partido en el poder y Ministro de Educación, mientras mantiene sus lazos con ABIM [18] . Después de hacer su primera protesta, quizás para mostrar su solidaridad y la unidad con los grupos de jóvenes musulmanes (muchos de ellos en las naciones árabes) con los que está aliado internacionalmente, ABIM silenciosamente abandonado su exigencia de la prohibición de la película Aladino.
La película tuvo un paso más pacífico en el resto del sudeste de Asia. Aladino se inauguró en Yakarta el 10 de junio de 1993 [19] y cerró con éxito su proyección en la capital de Indonesia el 14 de julio [20] . Al igual que en Malasia, la película fue acompañada por la publicidad y la promoción, incluyendo en el centro comercial apariciones de actores vestidos como el Genio, la princesa Jazmín y Jafar, desfiles de moda con ropa inspirada en la película, y concursos para niños, con entradas gratis para la película como premios [21] .
Como en Malasia, la controversia generada por la película fue ignorada por la prensa. El único gran periódico que cubrió la historia fue en idioma Inglés. Jakarta Post informó del llamamiento que hizo en Bahrein el ex senador estadounidense James Abourezk, presidente del Comité Árabe-americano de Lucha contra la Discriminación, para que Disney modificara la letra de la canción con la cual comienza Aladino [22] . Ninguno de los principales periódicos indonesios informó de la solicitud del ABIM malayo para prohibir la película, o cualquier llamamiento similar formulado por las organizaciones musulmanas de Indonesia [23] .
Las reseñas del film eran positivas, en su gran mayoría. Además, muchos alabaron los valores y la moral transmitida por la película, descrita por la crítica como divulgadora de honestidad, equidad, libertad, optimismo, perseverancia y fidelidad en el amor [24] .
Indonesia, al igual que Malasia, es una nación predominantemente musulmana, sin embargo, hay importantes diferencias entre las dos naciones del sudeste asiático. Por un lado, sus actitudes hacia Occidente son muy diferentes. Con la excepción de la insurgencia comunista de 1948-54, Malasia tuvo un camino relativamente fácil y pacífico a la independencia de los británicos, quienes querían evitar un calvario, como el que los franceses experimentaron en Vietnam [25] . Por lo tanto, salvo ocasionales excepciones, la influencia de la cultura occidental (generalmente en forma de conciertos de Madonna o MTV) y las llamadas para limitar el uso del idioma Inglés en la publicidad, los malayos, tanto el pueblo como el gobierno, parecieran no tener una actitud combativa hacia Occidente. Aunque esto parece estar cambiando últimamente, las críticas malayas a Occidente se limitan a temas locales, siendo destinadas a influir exclusivamente en la población nativa [26] .
Indonesia obtuvo la independencia mediante una revolución violenta contra los holandeses y tiene una actitud más hostil hacia Occidente. Indonesia tiene una industria cinematográfica más desarrollada que la de Malasia, y en la historia reciente ha tenido una gran cantidad de conflictos con la industria cinematográfica de Hollywood, a la cual percibe como una amenaza a combatir. Por lo tanto, el gobierno indonesio tiene poca simpatía por la industria cinematográfica americana y sus películas, sean dibujos animados o de otro tipo [27] .
Hubo incluso menos reacción oficial a la película en la pequeña nación de Brunei, que no vería Aladino sino hasta el 12 de agosto de 1993, cuando se estrenó en una de las dos salas con que cuenta dicho país, donde se proyectó durante dos semanas [28] . La controversia en los EE.UU. sobre el racismo en Aladino fue tratada más exhaustivamente en Brunei que en cualquier otra nación del sudeste asiático. Y, a diferencia de la prensa de Indonesia, el principal periódico en Brunei publicó la llamada de ABIM a prohibir la película en Malasia [29] . A pesar de que todo esto tuvo lugar antes del estreno de la película en Brunei, no se menciona en la prensa de Brunei cualquier controversia con respecto a la película en sí misma. La única crítica aparecida en la prensa Brunei fue positiva, y no hizo mención alguna al debate en torno a la película [30] . Quizás por que al momento del estreno en Brunei, la controversia no era nada nuevo.
Como c onclusión vemos que los factores que afectan a la distribución y exhibición de Aladino en las naciones del sudeste asiático, y en particular en Malasia, forman una intrincada e interesante red. Los grupos que trataron de prohibir la película buscaron llegar a los periódicos que dependen, en gran parte, de la publicidad de las salas de cine. Distribuidores y exhibidores, sentados sobre una posible mina de oro con una muy publicitada película mientras maximizaban sus beneficios, tuvieron que tener en cuenta la profunda fe religiosa y la identidad étnica de sus clientes. El fiel musulmán se ve pensionado entre su religión (por lo que debe ser solidario con sus hermanos y hermanas árabes) por un lado y por el otro por sus hábitos de consumo cinematográficos en general (y por las películas de Disney, en particular). Por último, los gobiernos de estos países se debaten entre las demandas de los grupos ofendidos, los cuales piden la prohibición de Aladino y las exigencias de aquellos que consumen los productos de Disney.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos en nuestras hipótesis y conclusiones sobre las culturas del sudeste de Asia. Como hemos visto, es erróneo suponer que el Sudeste Asiático es monolítico a nivel cultural y la social. Por ejemplo a Indonesia y Malasia las iguala su adhesión al Islam, no obstante poseen culturas muy diferentes entre sí. Incluso dentro de Malasia hay grandes diferencias. Kelantan es una provincia islámica que ha resistido al control de UNMO, donde se han prohibido prácticas culturales que contrarias al Islam. Por ejemplo, las películas con actrices musulmanes que no respetan el código de vestimenta islámico [31] . Como esto seguramente incluye a la Princesa Jazmín, la película puede ser prohibida en Malasia después de todo, aunque sólo en la provincia de Kelantan.
Está por verse si la versión de Disney que americaniza las culturas del mundo superará la resistencia de al menos una parte del mundo islámico; la aparente dificultades financieras, y tal vez inminente fracaso, de EuroDisney puede proporcionar algo de esperanza para aquellos que temen la arremetida del siempre sonriente Mickey Mouse. Con la penetración de la cultura occidental veremos inquietantes preguntas y situaciones, como los valores y las tradiciones de Occidente en conflicto con los del Sudeste de Asia, con su propia diversidad de religiones y culturas, sistemas políticos y tradiciones, junto a una población que adhiere al Islam y también a Disney.
El show israelí de Disney [32]
Por Juan Torres
Disney, el creador de Mickey Mouse, cuya industria de fantasía ha influido en muchas generaciones de niños durante el siglo XX, se ha visto envuelta recientemente en una tormenta política de gran calado, que ha colocado a la multinacional en una situación delicada.
Todo comenzó por la designación de Jerusalén como la capital de Israel en la exposición Milenio que Disney abrió el pasado 1 de Octubre en el centro Epcot de Orlando, Florida. Desde ese mismo momento se sucedieron las llamadas al boicot contra Disney, procedentes del mundo árabe y musulmán, y en primer lugar de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
La exposición Disney incluye un gran pabellón israelí, por el que el Gobierno judío pagó 1,8 millones de dólares a la empresa. En dicho pabellón se presenta llamativamente a Jerusalén como la capital de Israel. Esta visión se manifiesta en la exposición propiamente dicha así como en algunas películas documentales y «shows» que tienen lugar allí. La exposición, que ha sido calificada como «la mayor celebración del nuevo milenio en EE.UU.», durará 15 meses. Más de 35 naciones están representadas en ella, entre las que cabe citar a Arabia Saudí, Egipto y Marruecos.
Las llamadas al boicot vinieron de organizaciones tales como la Organización de la Conferencia Islámica, la Liga Árabe, la Liga Islámica Mundial y una coalición de organizaciones islámicas norteamericanas denominada Musulmanes Americanos por Jerusalén. Todas estas organizaciones llamaron a Disney a introducir cambios para que la exposición no creara una falsa impresión sobre el estatus de Jerusalén, que no ha sido reconocida como capital de Israel ni por la ONU ni por la comunidad internacional.
Existen varias resoluciones específicas de la ONU que dejan clara la posición de Jerusalén. La Resolución 242 llama a la retirada israelí de los territorios ocupados en la Guerra de 1.967, incluyendo a Cisjordania y Jerusalén Oriental; la Resolución 237 rechaza la anexión de Jerusalén y su declaración como capital de Israel; y la Resolución 405, aprobada en 1.988, señala claramente que la Jerusalén Oriental es un territorio palestino ocupado.
La parte israelí criticó agriamente las demandas de los árabes y los musulmanes contra Disney. El propio Primer Ministro israelí Yehud Barak atacó la campaña contra la exposición y mostró su esperanza de que la compañía Disney no accediera a las demandas de los árabes. «Los intentos de socavar el estatus de Jerusalén como la capital unida de Israel han fracasado en el pasado y lo harán también en el futuro», declaró Barak. El líder del Partido Likud, el ultraderechista Ariel Sharon, afirmó, por su parte, que un boicot contra la compañía Disney sería «intolerable». También expresó su opinión contraria a un boicot, aunque por supuesto por razones muy diferentes, el Príncipe saudí Walid ibn Talal, uno de los mayores accionistas de la compañía Euro Disney, propietaria de Disneyland Paris. Ibn Talal afirmó que: «Si boicoteamos a Disney, Israel ganará porque ello tendrá un impacto negativo para nuestra imagen en EE.UU.». Él afirmó asimismo, en una patética declaración realizada el 20 de Septiembre, que algunas concesiones importantes habían sido obtenidas de la compañía. El propio Gobierno saudí adoptó desde el principio una postura pasiva en el asunto pues, en lugar de utilizar su influencia económica (Cabe señalar por ejemplo que el Canal de la TV por satélite de Disney utiliza la infraestructura de la compañía saudí Orbit), dejó en todo momento su representación en manos de la Liga Árabe, organismo que es conocido por sus manifestaciones puramente verbales en todos los problemas que afectan al mundo árabe.
Sin embargo, a pesar de las dudas existentes acerca de la viabilidad a largo plazo de un boicot global contra la compañía Disney, ésta no podía permitirse ignorar la amenaza totalmente. Según el International Herald Tribune unos 200.000 árabes visitan Disneylandia cada año. «La cantidad de beneficios comerciales que la compañía obtiene anualmente es de unos 300 millones de dólares, y de ellos una tercera parte procede de la región del Oriente Medio». En el mundo árabe comenzaron de hecho a darse algunas muestras de la posibilidad de un boicot. Así, el concesionario de Walt Disney en Qatar, Abdur Rahman Meftah, afirmó en declaraciones hechas a la Agencia France Presse que él estaba dispuesto a cerrar su negocio de distribución de los productos Disney. El Mufti de Egipto, Nasr Farid Wasil, señaló también la necesidad de proceder al boicot de la compañía Disney y de cesar la publicidad de sus productos en los medios de comunicación de los países árabes e islámicos.
Tras un cúmulo de reuniones y de mutuos contactos, promovidos por el Ministro de Información y Cultura de los EAU, Sheij Abdullah bin Zayed Al-Nahayan, quien pidió personalmente el boicot a la compañía, los Ministros de Relaciones Exteriores Árabes decidieron en una reunión celebrada el pasado 24 de Septiembre en Nueva York, en el intervalo de una Asamblea General de la ON y tras 90 minutos de deliberaciones, aceptar las garantías escritas de la compañía Disney de que la exposición no identificaría a Jerusalén como la capital de Israel, lo cual eliminó de raíz cualquier posibilidad efectiva de un boicot. En este sentido se expresó también el Secretario General de la Liga Árabe Ismat Abdel Meguid. «Hemos considerado la respuesta de Walt Disney sobre la eliminación de cualquier referencia a Jerusalén como capital de Israel como un paso importante dado por la compañía», declaró Meguid.
Según afirma, Sin embargo, la Asociación Musulmanes Americanos por Jerusalén, cualesquiera modificaciones que hayan sido realizadas por la compañía y aceptadas por Israel «dejarán todavía a los visitantes de la exposición con la falsa impresión de que Israel no está violando las múltiples resoluciones de la ONU y las leyes internacionales al afirmar que Jerusalén es su capital».
En realidad, la amenaza del boicot contra Disney parece haber sido una fuente de incomodidad para algunos políticos árabes, lo cual influyó aparentemente en la decisión colectiva árabe de aceptar las garantías de Disney y no llevar el asunto más allá.
Según señaló Arab News el pasado 29 de Septiembre, «el Ministro de Información y Cultura de los EAU, Sheij Abdullah ibn Zayed Al-Nahayan, acusó a algunas personalidades árabes, a las que no identificó, de haber dado seguridades a la compañía Disney en el sentido de que el boicot contra sus productos no tendría lugar incluso aunque ella no respondiera favorablemente a la demanda para rechazar el pabellón israelí». Al principio de una declaración efectuada a la TV de Abu Dhabi, Sheij Abdullah manifestó que él no había recibido la respuesta que esperaba de algunos Ministros árabes durante los intensos contactos que había celebrado con ellos.
Jalid Turaani, Director Ejecutivo de la coalición Musulmanes Americanos por Jerusalén, que reúne a 14 organizaciones, afirmó que la coalición, que había puesto ya en marcha una campaña en EE.UU. referente a este tema, recibió con desilusión y sorpresa la decisión de los Ministros de Relaciones Exteriores árabes. Después de haber procedido a una revisión de la forma final en la que quedaría el pabellón israelí el pasado 30 de Septiembre, Turaani reiteró su condena contra Israel por tratar de politizar burdamente la exposición.
El periódico londinense Jewish Chronicle (24 de Septiembre de 1999) pareció haber dado la última voz en todo este asunto al publicar las declaraciones de un responsable israelí, que prefirió quedar en el anonimato, quien afirmó que: «Si tu vas y ves la exposición no habrá ninguna duda en tu mente de que Jerusalén es la capital de Israel».
La misma fuente anónima israelí afirmó que «desde el viernes (día 24 de Septiembre) hemos oído decir a varias personas ligadas a la empresa Disney que había habido una decisión a favor de Israel. Así pues resulta claro que la victoria es nuestra». Idéntica posición expresó el Ministro de Relaciones Exteriores israelí David Levy quien afirmó, en una declaración publicada el pasado 26 de Septiembre, que la exposición incluía signos evidentes de que Jerusalén era la capital de Israel. También se manifestó en este sentido el Embajador israelí en Washington, Zalman Shoval, quien declaró a la radio militar israelí que «Israel ha ganado porque no habrá modificaciones en la exposición israelí».
Lo grave de todo este asunto es que la compañía Disney posee una notoria influencia en la formación y el diseño de la opinión pública no sólo en EE.UU. sino en todo el mundo. Al fracasar en la toma de medidas firmes contra la compañía y dejar que ésta permitiese al pabellón israelí proseguir con su falsa versión de la realidad de Jerusalén, los árabes y los musulmanes han contribuido involuntariamente al proceso de creación del mito de Jerusalén como capital israelí. Hubiera sido muy fácil sentar un valioso precedente que hubiera servido para crear una base firme para acciones futuras destinadas a dar a conocer en el mundo la verdadera realidad de Jerusalén palestina y árabe, tal y como viene recogida por la ley internacional.
Farfur, el Mickey islámico
Los Pioneros del Mañana es un programa de televisión infantil del canal palestino Al-Aqsa TV , perteneciente al partido gobernante Hamas , donde entre Mayo y Julio del 2007 apareció un personaje similar al Mickey Mouse de Disney, pero muy diferente en los valores que defendía. La simpática criatura explicaba a los niños la importancia de rezar regularmente en las mezquitas, lo saludable de beber leche y presentaba la doctrina del Islam. Además defendía la causa palestina y la resistencia armada, era musulmán y llevaba por nombre Farfur. El programa era y es conducido por Saraa Barhoum, una niña vestida a la usanza palestina. En uno de los diálogos entre la animadora y el ratón islámico, éste arengaba rimando: «¡Venceremos a Bush! ¡Venceremos a Condoleezza! ¡Venceremos a Sharon! … ah, Sharon ya esta muerto. Liberaremos Al-Aqsa y con la ayuda de Allah, liberaremos Irak y con la ayuda de Allah, liberaremos a todos los países musulmanes invadidos por los asesinos».
Mickey Mouse, aquél sonriente estandarte del imperialismo, fue apropiado por la resistencia palestina, causando el horror de los aliados a EEUU. Su presencia desató la polémica e Israel exhortó a Walt Disney Incorporated para que estudie si el movimiento islámico Hamas violaba las leyes de propiedad intelectual al emplear un ratón parecido a Mickey Mouse. El diario «Yediot Ahronot» informó que el consulado israelí en Los Ángeles se dirigió a la factoría Disney para advertir sobre la cuestión. El viceministro de Asuntos Exteriores de Israel, Majali Wahaba, reveló que su Ministerio y el consulado israelí en Los Ángeles habían iniciado una campaña «contra el uso obsceno del personaje de Mickey Mouse por el canal de televisión de Hamas». Y agregó que la hija de uno de los propietarios de la compañía indicó que Disney tomará medidas punitivas contra el movimiento islámico.
En otra de sus apariciones Farfur recibía las tierras de su abuelo, quien en su lecho de muerte le dijo: «Te dejo estas tierras Farfur, cuídalas. Una vez terminada la ocupación volverán a crecer las aceitunas [33] » Antes de morir con su último suspiro exclamó: «Defiende las tierras Farfur».
Hamas no desaprovechó la oportunidad generada y decidió darle un abrupto y espectacular final a esta historia. En su última aparición Farfur fue confrontado por un agente de seguridad israelí, quien le exigía la entrega de las escrituras de dichas propiedades situadas en Tel al-Rabi (que los israelíes llaman Tel Aviv). El Mickey palestino defendió los títulos heredados con orgullosa vehemencia, acusando de terrorista a su victimario, quien lo atacó a golpes de puño. A continuación aparece un cartel que dice «Farfur muere mártir en prisión». El simpático y valiente ratón había defendido la causa palestina hasta el final.
La irrupción de Farfur fue analizada por el sionista Carlos Escudé en un artículo titulado «Vida y martirio del ratón farfur» publicado en el periódico La Nación, en Agosto de 2007. La nota es ilustrada por un dibujo de Martin Kovensky, en el cual se ve a Farfur saliendo de la pantalla y entregando un fusil a un niño palestino (el cual al parecer ya portaba uno de juguete en su espalda), mientras le dice «ahí va la bala» (con lo cual el dibujante satiriza irrespetuosamente la lengua árabe, lenguaje de los palestinos), mientras vemos en los cielos un avión (¿será en alusión al atentado de las torres?), una medialuna (el símbolo del Islam), el ojo que todo lo ve (un ojo dentro de un triangulo equilátero, el cual es un símbolo masónico, asociado a veces a la cualidad divina de ver la totalidad de las cosas, la aparición de este símbolo en el dibujo es más críptica, tal vez se refiera a la visión del escritor el cual supuestamente tendría una visión amplia del caso en particular y del conflicto más general que está detrás), finalmente aparecen varios signos de dólares y varias balas dibujadas, con lo cual Kovensky nos advierte que asistimos a un teatro de violentos negocios. Llama la atención una avestruz que esconde su cabeza en la tierra, la cual a priori no podemos explicarnos, pero que el relato de Escudé se encargará de aclarar.
Escudé, quien supo ser el hacedor de la política menemista de «relaciones carnales» con Estados Unidos hoya devenido en kirchnerista (como tantos otros menemistas, incluso el padre de ese movimiento) utiliza al ratón islámico, para atacar a la religión de la medialuna, según su análisis todo musulmán es terrorista, o lo será en un futuro cercano, o es cómplice del terrorismo. Analicemos sus palabras:
«Este es apenas un extracto de uno de los capítulos de un programa emitido por la televisión palestina para adoctrinar a los niños en la jihad, el odio a los judíos y el terrorismo por vía del suicidio místico asesino. … Hasta hace pocas semanas, su principal protagonista era el heroico e infame ratón Farfur…Con ésta y otras técnicas [se refiere a la actuación de Farfur], Hamas forma a futuros terroristas en los territorios palestinos. El adoctrinamiento escolar se complementa con transmisiones de radio y televisión que emiten populares engendros, como el de Farfur.»
Hasta aquí vemos como Escudé deslegitima a Hamas, ya que lo presenta como un movimiento que adoctrina a los niños palestinos en el odio irracional, presentando como única opción lógica y racional a la actual ocupación sionista del territorio palestino. A la vez iguala errónea pero no inocentemente judaísmo con sionismo, todos los movimientos palestinos rechazan el sionismo (es decir la creencia que el Israel moderno es una nación profética, dada por Dios en exclusividad para los judíos) y una gran cantidad de judíos también rechaza el sionismo, así que debemos diferenciar esos términos, los cuales para Escudé son sinónimos.
Luego de estigmatizar a los niños palestinos como futuros terroristas, el autor va a dimensionar a todo el Islam como terrorista y va a atacar a aquellos que duden de esta sentencia, continuamos con su escrito:
«El peligro, que está lejos de limitarse al conflicto árabe-israelí, se agiganta con los años, pero los europeos no parecen dispuestos a reconocerlo en toda su dimensión. Reaccionan cual avestruces frente a los datos más alarmantes. Acosados por una indescifrable conciencia culposa, los bienpensantes condenan los prejuicios y la discriminación de los occidentales frente a los musulmanes, a la vez que pasan por alto la prédica de personajes como Farfur. Ellos sostienen que es injusto que se asocie el Islam con el terrorismo…
Pero la corrección política exige que apuntemos al creciente prejuicio occidental contra los musulmanes, en vez de dirigir nuestra atención al hecho de que los terroristas no están solos, como lo estaría un asesino serial. Gozan por lo menos de la tolerancia de grandes multitudes islámicas que no son terroristas. Con la circulación de personajes como Farfur en algunos de sus sistemas de socialización, no es extraño.
Y no es ésta la única asimetría. Las célebres caricaturas de Mahoma publicadas en diarios occidentales incitaban a los adultos a reír. En cambio, la prédica de Farfur y Nahul incita a los niños a matar y morir. Pero mientras el humor occidental desencadenó grandes desmanes por parte de musulmanes que en su mayoría no son terroristas, la vida y martirio del perverso roedor mereció apenas tres breves menciones en el New York Times , con motivo de su aparición, deceso y reemplazo por la abeja sucesora. El de Occidente es un síndrome de inmunodeficiencia cultural adquirido.»
De lo escrito se deduce que el terrorismo proviene del Islam y se mueve alrededor del mismo como pez en el agua. Aquí vemos otra simetría de palabras Islam y terrorismo, cuando no existen pruebas contundentes contra los musulmanes acusados de derribar las torres gemelas (la investigación fue abandonada y todo parece indicar que fue un auto-atentado para justificar las incursiones militares en Afganistán e Irak), en cambio sobran las pruebas del terrorismo de Estado ejercido por los Estados Unidos en los países que invadió y en la base militar de Guantánamo, que ocupa en suelo cubano. También son de público conocimiento las imágenes del bombardeo israelí sobre población civil en la Franja de Gaza, denominar terroristas a la población sometida a la ocupación sionista, legitima dicha ocupación y deslegitima toda resistencia. Escudé va más allá explicándonos la críptica avestruz de la ilustración de Kovensky, es el progresismo europeo quien se niega a ver al Islam y a los musulmanes como lo que son para este autor, una auténtica amenaza.
II- Aladino entre Oriente y Occidente.
Intentemos ver más allá de lo evidente, profundicemos en los significados semióticos de las canciones del film Aladino y en el rol que cumplen los personajes caracterizados dentro del espejismo animado sobre Medio Oriente. Veamos que elementos cambia Disney de la milenaria historia, para adaptarla a la presente guerra ideológica y militar contra el Islam [34] .
La primera escena nos introduce lentamente en un desierto, y a continuación divisamos un beduino en un camello. Esta imagen viene a confirmar la que previamente teníamos, construida por el sentido común (el cual también es construido: primero exotizar, luego conquistar y saquear). En Medio Oriente solo hay arena, camellos y beduinos. Es una clara construcción ideológica que presenta un lugar inhóspito y atrasado. El beduino es árabe y así describe a su tierra [35] :
«Vengo yo del lugar donde…los nómadas beben té
y si allí les caes mal, encomiéndate a Allah
Cuando el sol baje más…Arabia ante ti surgirá
Si a Arabia tú vas, no debes olvidar
que allí hay otra ley, que debes cumplir si quieres vivir»
Ya no estamos en la China islamizada del cuento original, sino en una Arabia terrible, que surge desde las profundidades en el corazón de la noche, una tierra de nómadas salvajes, donde rige una cruenta ley (la islámica).
La presentación funciona mejor aún ya que es realizada no por un occidental que demoniza a Arabia, sino por un árabe musulmán quien dice:
«Es muy duro, lo sé y qué»
No esta dando una opinión foránea, sino que presenta una mera descripción de la realidad manifiesta de Arabia. Su identidad de musulmán se confirma con su saludo: «As salamu aleikum» es su primera frase (que abre el film) fuera de la canción, y significa «la paz sea con nosotros». Los musulmanes creen que todos somos acompañados por dos ángeles (uno a diestra y el otro a siniestra), quienes toman nota de nuestros actos, por eso saludan en plural, para incluir a los ángeles.
Aladino , el personaje principal también sufre una importante transformación, de ser un chino musulmán pasa a ser un occidental (cuya figura esta inspirada en Tom Cruise) de rostro lampiño. En la película el personaje cuestiona constantemente la sharia (ley islámica), al ser perseguido exclama su primera frase: «todo esto por un pedazo de pan», mientras se escabulle de sus barbudos defensores que portan cimitarras, quienes sádicamente entonan «vago, rata pillo. Hay que hacerlo picadillo» [36] .
En el film el mago africano y el visir son fusionados en un solo personaje, que simboliza la corrupción del poder (combatido por Aladino), como ya se menciono previamente, su clásico acento inglés (a diferencia del acento americano del resto de los personajes), es otro claro ejemplo de cómo Disney construye estereotipos.
El genio también sufre alteraciones. En la versión original, es un jinn (espíritus que provienen de creencias previas al Islam y fueron asimilados por éste) un espíritu peligroso creado del fuego (shaitán el diablo según el Islam es un jinn) y puede asociarse a alguna materia inerte, en este caso una lámpara. Cuando surge genera pavor mientras pronuncia la fórmula: «¡Aquí tienes entre tus manos a tu esclavo! ¿Qué, quieres? Habla. ¡Soy el servidor de la lámpara en el aire por donde vuelo y en la tierra por donde me arrastro!». La madre de Aladino intenta precaverlo del peligro que corrían al obrar en contra de lo recomendado por su religión: «¡Ah hijo mío! por la leche con que nutrí tu infancia te conjuro a que arrojes lejos de ti esa lámpara mágica y te deshagas de ese anillo, don de los malditos efrits (genios), pues no podré soportar por segunda vez la vista de caras tan feas y espantosas, y me moriré a consecuencia de ello sin duda. (…) además, nuestro profeta Mahomed (¡bendito sea!) nos recomendó mucho que tuviéramos cuidado con los genni y los efrits, y no buscáramos su trato nunca». Ante la perseverancia de Aladino, responde: «Haz lo que quieras, hijo mío. ¡Pero, por mi parte, declaro que no quiero tener que ver nada con los efrits, ni con el servidor del anillo, ni con el de la lámpara! ¡Y deseo que no me hables más de ellos, suceda lo que suceda!». En la película el genio es prisionero de su lámpara y ansía la libertad «eso seria mejor que toda la magia y todos los tesoros del mundo» afirma, será liberado (al igual que la princesa) por Aladino. Pero si vemos que prefiere la libertad a todos los tesoros del mundo, podemos hacer una analogía con el territorio, quien contiene gran parte de uno de los tesoros más buscados del mundo (el petróleo). Cuando salió la película, aún había soldados estadounidenses en Irak. Robin Williams, el actor que daba voz al genio y en quien se inspiró ese personaje, fue hasta allí para levantar el ánimo de la tropa (como suele hacer en cada guerra), con una remera que decía «I love New York» escrita en árabe. Sin duda el ejército estadounidense tiene «un amigo fiel» [37] en él.
Jazmín en Disney al igual que el personaje principal, crítica la sharia (dice «la ley es injusta») y espera vivir de otra forma, pero no sabe como escapar de su sociedad, por suerte para ella aparece Aladino, quien le canta:
«Yo te quiero enseñar, un fantástico mundo ven princesa, y deja a tu corazón, soñar. Yo te puedo mostrar, cosas maravillosas ven princesa, y déjate llevar a un mundo ideal. Un mundo ideal, un mundo en el que tú y yo, podamos decidir, como vivir, sin nadie que lo impida [38] »
La princesa es rápidamente convencida y se deja arrastrar hacia una posibilidad que antes no contemplaba, respondiendo:
«Un mundo ideal, que nunca pude imaginar, donde ya comprendí, que junto a ti, el mundo es un lugar para soñar»
De hecho es ella quien entona fervientemente el bis de:
«… sin nadie que lo impida»
Algunos años después el dueto se volvería trío cuando se sume otra voz diciendo:
«¿Los pueblos de medio oriente no pueden acceder a la libertad? ¿Millones de hombres, mujeres y niños están condenados en nombre de la historia y la cultura a vivir bajo el despotismo? ¿Serán los únicos que no conozcan jamás la libertad, que nunca puedan elegir? Me niego a aceptar eso» [39] .
La idea que busca representarse es que en Medio Oriente (por razones históricas y culturales, es decir por culpa del Islam) no existe la libertad, la cual al estar negada es supuestamente ansiada por los habitantes de dicha región. Debe ser llevada por las buenas o por las malas desde afuera, es decir desde Occidente.
Conclusión
Analizamos a Disney, como una productora de imágenes que se cristalizan en la mente de los jóvenes, quienes producto de su temprana edad carecen de armas críticas para contrarrestar a los estereotipos que se les presentan, construyéndose estas representaciones ficcionales de la realidad en estructurantes de sus futuros acercamientos a lo representado. Aladino será para todos aquellos que vieron en film en su infancia, el punto de comparación a futuro con cualquier habitante de Medio Oriente sobre el que tenga noticia. Mientras que la terrible, desértica y barbárica Arabia en la que habita el personaje (donde mujeres y pobres son perseguidos por barbudos que responden a un poder despótico), se mimetizara con cualquier ciudad o país de Medio Oriente o donde habiten los «irracionales» musulmanes.
La cultura es también un escenario de batalla, para que los valores culturales occidentales promovidos por Disney resulten triunfantes, es necesario derrotar a las culturales locales, disputándoles elementos de su tradición (como en el caso de Aladino, que es un producto oriental, ahora occidentalizado) o recurriendo lisa y llanamente a la fuerza.
Según Kevin Chamberlain, autor del libro «Guerra y herencia cultural», la ocupación sionista ha saqueado culturalmente a Palestina. Entre 1967 y 1992, los israelíes se llevaron una media de 200.000 restos arqueológicos por año de los territorios ocupados. A partir de ese año, el número de piezas saqueadas se redujo a 120.000 anuales, según dicho autor, quien estima que existen unos 4.000 sitios arqueológicos en los territorios ocupados. Durante los comienzos de la colonización sionista de Palestina el ejército israelí robo miles de libros de las casas palestinas saqueadas. [40]
La invasión estadounidense a Irak ha costado sangre, se cuentan por miles las bajas civiles. El país invadido ha asistido a la destrucción y saqueo de su cultura milenaria. Han sido arrasados museos y universidades, sus profesores asesinados.
Es necesario ver la relación entre Disney y el genocidio del pueblo árabe. La usina de propaganda imperial no es imparcial, construye una imagen estereotipada del enemigo a someter, para los invadidos por los marines y sus aliados sionistas, esta visión de ensueño y fantasía se corporiza en pesadilla.
Bibliografía:
v A. Dorfman y A. Mattelart. Para leer al Pato Donald. Siglo XXI, 1972.
v Barthes, Roland. «Mitologías». Siglo XXI. México, 1981.
v Said, Edward. «Orientalismo». Libertarias, Madrid, 1990.
v El Corán. Planeta, Barcelona, 1996. Traducción de Juan Vernet.
v Las Mil y una Noches. Prometeo, Valencia, 1916.
Material audiovisual consultado:
v Film Aladino (1992) de Disney.
v Al Aqsa TV.
[1] A. Dorfman y A. Mattelart. Para leer al Pato Donald. Siglo XXI, 1972.
[2] Henry A. Giroux. Animating Youth: the Disnification of Children’s Culture . Socialist Review 24:3 (1995), pp. 23-55.
[3] Escrito en 1995, para la revista online Kinema. La traducción de este artículo es mía, dejo las notas en su idioma original para facilitar su búsqueda.
[4] Indonesia, 88% musulmanes y el resto principalmente hindúes y cristianos; Brunei, el 63% musulmana y el resto principalmente budistas y cristianos, Malasia, el 53% musulmanes 29% budistas y religiones populares chinas; y Singapur, el 16% musulmanes, 56% budistas y taoístas, el resto principalmente hindúes y cristianos (Stephen Brough, ed. dir., The Economist Atlas [Londres: Hutchinson Negocios Limitada Libros, 1989], 241-44).
[5] Ann Williams, «Disney puts the Mickey in Asia,» The Straits Times (Singapore), 3 December 1993, Life sec., 11.
[6] Brandt Handley quoted in Ann Williams, «Disney puts the Mickey in Asia,» The Straits Times (Singapore), 3 December 1993, Life sec., 11.
[7] Betsy Sharkey, «I Dream of Genie,» Adweek (Southwest edition) 14, 6 (8 February 1993): 24; and Lisa Marie Petersen, «A Studio at the Top of Its Form: Inside Disney,» Brandweek 34, 14 (5 April 1993): 20-22. According to Brian Lowry, the studio counted on the humor provided by Robin Williams’s Genie to attract the adult and teenage audience (Brian Lowry, » Aladdin ,» Variety , 9 November 1992, 62).
[8] David J. Fox, » Aladdin Becomes a $200-Million Genie for Disney,» The Los Angeles Times , 21 April 1993, F1.
[9] Disney Cartoon Aladdin to Open at 17 Cinemas, The Straits Times (Singapore), 3 May 1993, 25.
[10] «Call to Ban Aladdin Because of `Racial Slurs,'» The Straits Times (Singapore), 29 May 1993, 25.
[11] Ibid. For information about the controversy in the United States, see Jack G. Shaheen, «Arab Caricatures Deface Disney’s Aladdin ,» The Los Angeles Times , 21 December 1992, F3; Scheinin, 71; Casey Kasem and Jay Goldsworthy, «No Magic in Aladdin ‘s Offensive Lyrics,» The Los Angeles Times , 17 May 1993, F3; «Does Aladdin Stereotype Arabs? Children Say Yes – And No,» The Los Angeles Times , 14 June 1993, F3; «News in Brief,» Video Business 13, 23 (18 June 1993): 8; Fox, «Disney Will Alter Song in Aladdin ,» F1; «Accused of Arab Slur, Aladdin is Edited,» The New York Times , 11 July 1993, 1:16; and «It’s Racist, But Hey, It’s Disney,» The New York Times , 14 July 1993, A18.
[12] «Call to Ban Aladdin Because of `Racial Slurs,'» 25.
[13] The English-language newspaper The New Straits Times (Kuala Lumpur) was the only Malaysian newspaper to report Abim’s call to ban Aladdin («Abim wants ban on race-biased ‘Aladdin’,» 28 May 1993, 4). The English-language newspaper The Star (Kuala Lumpur) was the only major Malaysian newspaper to cover the controversy caused by the film in the United States («Disney charged with racial slurs in `Aladdin’,» 22 May 1993, 27).
[14] «Aladdin hiburkan kanak-kanak yatim,» Berita Harian (Kuala Lumpur), 24 May 1993, 18.
[15] See advertisements in The Star (Kuala Lumpur) supplement, 4 June 1993, 1, 2; and 5 June 1993, 21.
[16] See the various essays in Wazir Jahan Karim, ed., Emotions of Culture: A Malay Perspective (Singapore: Oxford University Press, 1990). For more information on Malay folk beliefs and their relationship to Islam, see KM Endicott, An Analysis of Malay Magic (Singapore: Oxford University Press, 1991), and Mohd Taib Osman, Malay Folk Beliefs: An Integration of Disparate Elements (Kuala Lumpur: Dewan Bahasa dan Pustaka, 1989).
[17] Although Malays are the predominate ethnic group in Malaysia, constituting 60% of the population, the Chinese minority (31% of the population) tends to be much more powerful economically than the Malays, although Malays are politically more powerful (Brough, 241-42).
[18] For a discussion of ABIM and its history, see KS Jomo and Ahmad Shabery Cheek, «Malaysia’s Islamic Movements,» in Joel S. Kahn and Francis Loh Kok Wah, eds., Fragmented Vision (North Sydney: Allen & Unwin Pty. Ltd., 1992), 85-93.
[19] Advertisements in Suara Pembaruan (Jakarta), 7 June 1993, 13; 9 June 1993, 13; 10 June 1993, 13; and The Jakarta Post , 10 June 1993, 11
[20] Advertisement in Shara Pembaruan (Jakarta), 14 July 1993, 13
[21] «Aladdin in Town,» The Jakarta Post , 19 June 1993, 3; and «4 Tokoh film Aladin’ [sic] Bertumu Anak2 Indonesia,» Suara Karya (Jakarta), 19 June 1993, 3.
[22] «Arab Americans say Disney film `Aladdin’ contains racial slurs,» The Jakarta Post , 11 June 1993, 7.
[23] Although Leslie Sharman (13) states that in Indonesia Aladdin was withdrawn from distribution until the offending lyrics were excised from the film, we have found no evidence that this was the case.
[24] «Film `Aladdin’: Potret Manusia dalam Kartun,» Kompas (Jakarta), 13 June 1993, 6; «Resensi Film: Kebajikan Timur Tengah ala Barat,» Riau Pos (Pekanbaru), 4 July 1993, 2; and «`Aladdin’ Mengekor Sukses `Beauty and the Beast’,» Merdeka (Jakarta), 27 June 1993, 7.
[25] Claude A. Buss, Contemporary Southeast Asia (New York: Van Nostrand Reinhold Co., 1970), 37-38; DGE Hall, A History of South-East Asia , fourth edition (London: MacMillan, 1981), 923-28; Arthur Cotterell, East Asia: From Chinese Predominance to the Rise of the Pacific Rim (London: John Murray, 1993), 317-18; and J. Kennedy, A History of Malaya , second edition (London: Macmillan and Co. Ltd., 1970), 265-82.
[26] This phenomenon is widespread throughout Southeast Asia; Singapore provides another example, where the government seems surprised when its actions and statements critical of the West, designed primarily to affect its own citizens, are reported in the Western media and commented on, and criticized, by Western politicians and journalists. The incident involving the caning of American Michael Fay in 1994, which prompted US President Bill Clinton to comment that the Singaporean government was «making a mistake» in its actions, is a case in point.
[27] John A. Lent, The Asian Film Industry (Austin: The University of Texas Press, 1990), 207-10.
[28] Advertisements in The Borneo Bulletin (Brunei), 12 August 1993, 2; and 26 August 1993, 2.
[29] «Group wants ban on Aladdin», The Brunei Bulletin (Brunei), 29/30 May 1993, 3.
[30] Ali Gambar, «At the Movies: Aladdin,» The Borneo Bulletin (Brunei), 13 August 1993, 16.
[31] «Kelantan firm on ban on video games, billiards,» The Straits Times (Singapore), 3 January 1993, 16. Part of the reason these traditional arts are deemed unacceptable to Islamic purists is that in pre-Islamic Malaysia they were used for spiritual and religious purposes, including healing; also, some Muslims object to the use of representations of human beings in, for example, wayang kulit , or shadow puppet theater. See Tan Sooi Beng, «Counterpoints in the Performing Arts of Malaysia,» in Kahn and Loh, 287.
[32] Escrito en 1999, obtenido de Webislam http://www.webislam.com/articulos/18306-el_show_israeli_de_disney.html
[33] Las aceitunas y la leche son dos alimentos recomendados por el profeta del Islam, quien los juzgaba como saludables.
[34] El hecho de que Obama halla tenido que aclarar «le decimos a los musulmanes que no estamos en guerra contra el Islam», posibilita esta interpretación.
[35] Analizó la versión en español «si a Arabia tu vas», ya que creo que la original «Arabian Nights» ya fue bien analizada previamente.
[36] Extractos de la canción «Un salto adelante».
[37] La canción de Aladino también nominada al Oscar.
[38] Extractos de la canción «Un mundo ideal», ganadora de un Oscar a mejor canción.
[39] Declaración de George W. Bush realizada 6 de Noviembre de 2003, citada en Alain Frachon y Daniel Vernet. La América Mesiánica. Buenos Aires: Paidós, 2006.
[40] Ver el documental «el gran robo de libros de Palestina» de Benny Bruner
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