“Al grito de ‘¡el fascismo no pasará, no pasarán los verdugos de Octubre!’, comunistas, anarquistas, socialistas y republicanos, soldados y todas aquellas fuerzas fieles a la voluntad del pueblo van destrozando a los traidores insurrectos (…)”.
Son unas líneas del discurso que el 19 de julio de 1936, horas después del golpe de Estado contra la II República, la diputada comunista y del Frente Popular por Asturias, Dolores Ibárruri (Pasionaria), pronunció ante los micrófonos de Unión Radio. Quedó resumido en el lema antifascista del “¡No pasarán!” Ese día el Gobierno de la República tuvo dos presidentes: Diego Martínez Barrio y José Giral.
El volumen de 549 páginas titulado ¡No pasarán! Biografía de Dolores Ibárruri, Pasionaria, del historiador y periodista Mario Amorós, reproduce este llamamiento en forma de noticia, tal como lo publicó el 20 de julio de 1936 Mundo Obrero, periódico orgánico del PCE. Para la elaboración de la biografía, editada por Akal en septiembre, el autor ha investigado en el Archivo Histórico del Partido y el archivo privado de Dolores Ibárruri (conservado por su nieta), entre otros, además de la prensa comunista –Mundo Obrero o Nuestra Bandera- y una extensa bibliografía.
Pasionaria nació en 1895 en el municipio de Gallarta, emplazado en la cuenca minera de Bizkaia. De familia trabajadora con ideario religioso y tradicionalista, el sueño de Dolores fue formarse como maestra, aunque tuvo que aprender costura en un taller y desempeñarse como sirvienta. En la politización de la futura dirigente influyó su matrimonio, en 1916, con el minero socialista Julián Ruiz. Comenzó entonces con las lecturas de marxismo. Pasionaria fue militante comunista desde 1920 y antes, durante dos años, del PSOE. Educada en la fe católica, reforzaron su conciencia de clase la Revolución Bolchevique y la Huelga General de agosto de 1917 en España, en la que tomó parte. Fue objeto de numerosas detenciones y pasó varias veces por la prisión.
El pseudónimo de Pasionaria surgió de sus colaboraciones en la prensa obrera (la biografía de Mario Amorós incluye el artículo más antiguo de cuantos se conservan, titulado ¿Error o mala fe?, publicado a comienzos de los años 20 en el periódico La Bandera Roja).
Dolores Ibárruri participó en los mítines comunistas durante las fechas previas a las elecciones municipales de abril de 1931, cuya consecuencia fue la caída de Alfonso XIII. “Desde 1933, aquella voz denunció el ascenso de la derecha autoritaria y del fascismo, desde fines de 1935 llamó a la formación del Frente Popular y a la defensa de su posterior triunfo en las urnas; replicó de manera brillante a José María Gil Robles en las Cortes el 16 de junio de 1936 y atronó en el Velódromo de Invierno parisino el 3 de septiembre para exigir al Gobierno galo que cumpliera su compromisos con España y vendiera armas a la República”, escribe Mario Amorós.
Durante la Guerra de España Ibárruri apoyó y arengó a los soldados en el frente, abogó por los Trece Puntos del Gobierno Negrín, la resistencia frente al “derrotismo” y ponderó el valor de las Brigadas Internacionales.
La biografía de Dolores es la del compromiso con unas ideas y un Partido. Desde 1930 formó parte del Comité Central del PCE, que ese año contaba con cerca de un millar de militantes, y a partir de 1935 integró el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista. Ejerció de secretaria general del PCE desde la muerte de José Díaz, en 1942, hasta diciembre de 1959, cuando –en el VI Congreso- cedió el cargo a Santiago Carrillo. Pasó entonces a desempeñar la presidencia del Partido Comunista, que promovía la política de Reconciliación Nacional.
Su primer viaje a Moscú se produjo en diciembre de 1933. Según Mario Amorós, Pasionaria “rindió un culto casi religioso a Stalin hasta febrero de 1956, hasta las revelaciones de Jruschov en el histórico XX Congreso del PCUS” (en el libro de Akal figura una portada de Mundo Obrero -de finales de 1949- con un texto de Ibárruri por el 70 aniversario de Stalin: Gloria y largos años de vida al gran dirigente de los pueblos, camarada Stalin, era el titular); su primera discrepancia con la URSS se produjo en el contexto de la denominada Primavera de Praga, en el verano de 1968.
Precisamente en la Unión Soviética Dolores Ibárruri perdió a uno de sus hijos –Rubén, oficial del Ejército Rojo-, durante la Batalla de Stalingrado entre el ejército soviético y la Whermacht nazi (1942-1943); y también en la URSS la dirigente del PCE pasó la mayor parte de sus casi cuatro décadas de exilio: salió de España al final de la guerra, en marzo de 1939, desde el aeródromo de Monóvar (Alicante) rumbo a Orán.
La obra del periodista e historiador menciona, asimismo, algunas de las organizaciones de mujeres en las que Dolores se implicó; a partir de 1932 en la organización de la Comisión Femenina del PCE; en 1934, en el Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo (transformada en la Asociación de Mujeres Antifascistas durante la guerra); y en la Federación Democrática Internacional de Mujeres a partir de 1945.
Mario Amorós Quiles ha publicado biografías sobre Pablo Neruda, Salvador Allende y el dictador chileno Augusto Pinochet. Es autor, en Akal, de Argentina contra Franco. El gran desafío a la impunidad de la dictadura (2014). Uno de los aspectos a los que hace referencia la obra sobre Pasionaria es la vinculación de ésta con Radio España Independiente (La Pirenaica), promovida por el PCE, de la que fue primera directora.
La emisora comenzó a retransmitir información y propaganda antifranquista en julio de 1941, desde Moscú, y a partir de 1955 desde Bucarest. Por ejemplo en la radio y en Mundo Obrero Dolores Ibárruri defendió, en 1962, la lucha de los mineros de la huelgona de Asturias; a Cuba frente al imperialismo yanqui, con motivo de la denominada crisis de los misiles; y denunció un año después el asesinato del militante comunista Julián Grimau, ejecutado por la dictadura tras un Consejo de Guerra.
Décadas atrás, en 1946, alertó desde el exilio de que en pueblos de la provincia de Toledo, Jaén, Lugo y Pontevedra “varios campesinos han sido asesinados en plena calle por los franquistas. Las prisiones de Gijón, Madrid y Barcelona son teatro de escenas horribles, la policía fascista continúa aplicando las más bárbaras torturas”. Entre octubre de 1946 y enero de 1947, subraya Mario Amorós, más de 2.000 militantes comunistas fueron detenidos –en el estado español- por las infiltraciones policiales.
La proyección internacional de la figura de Dolores puede apreciarse a través de las cartas, mensajes y fotografías de archivo que Mario Amorós reproduce en ¡No pasarán! Por ejemplo, con “niños de la guerra” -de la zona republicana- en la Unión Soviética, en 1937; en cartas al general De Gaulle (1944) y a Salvador Allende (1970); saludando en los años 50 al dirigente soviético Nikita Jruschov; con Mao Tse-Tung, en 1956, durante una visita a China; y en la década de los 60 en imágenes junto al líder vietnamita Ho Chi Minh, Fidel Castro o el Che Guevara.
Dolores Ibárruri regresó del exilio a España en mayo de 1977, finalizada la dictadura. Fue elegida diputada del PCE por Asturias en las elecciones a las Cortes Generales de junio de 1977, las primeras de la democracia (el poeta comunista Rafael Alberti fue otro de los diputados electos, por Cádiz; pocos meses después renunció a su escaño). La líder roja tenía 82 años y continuaba inmersa en la actividad política. Una de las amistades durante el final de su vida fue la del Padre Llanos, cura obrero, militante comunista y de Comisiones Obreras contra la dictadura, recuerda el biógrafo.
En 1985 Dolores Ibárruri publicó sus memorias. Falleció el 12 de noviembre de 1989 a causa de una neumonía. “Cerca de 200.000 personas asistieron al entierro en Madrid (…); la dirigente que encarnó universalmente la militancia comunista en el siglo XX y la fe revolucionaria, descansa en el Cementerio Civil de Madrid, al lado de su compañero Pablo Iglesias”, remata el investigador alicantino.