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Don Wert, el senyor López Tena, TV3, Azaña y «los españoles»

Fuentes: Rebelión

Es probable que el Ministro de Educación del gobierno del PP -un político institucional que, según sus propias declaraciones, nunca improvisa- leyera de joven a Louis Althusser y sus reflexiones sobre los aparatos ideológicos del Estado. Se quedaría probablemente en la parte descriptiva, no vería -o no lo quiere recordar ahora en su madurez- el […]


Es probable que el Ministro de Educación del gobierno del PP -un político institucional que, según sus propias declaraciones, nunca improvisa- leyera de joven a Louis Althusser y sus reflexiones sobre los aparatos ideológicos del Estado. Se quedaría probablemente en la parte descriptiva, no vería -o no lo quiere recordar ahora en su madurez- el lado crítico de la exposición. Probablemente tampoco haya podido seguir la literatura generada por el clásico del gran y no olvidado filósofo francés. La escuela es, pues, un aparato para ideologizar y en eso estamos y en eso debemos estar. No perdamos más el tiempo con exquisiteces.

Se trata, pues, esa es la última tesis enunciada por el ministro de las reválidas y la vuelta al pasado, de españolizar (por ahora) a los alumnos catalanes. No es imposible, desde luego, que el ministro, con la inestimable ayuda de don Mariano Rajoy, haya querido intervenir a su modo en las elecciones gallegas y vascas, o incluso en la precampaña catalana, abonando e impulsando el corrimiento de un sector de la ciudadanía de estas naciones hacia el españolismo más rancio. Don Wert pretende de este modo contribuir a ubicar al PP en el vértice central del espacio español y españolista, en absoluto autodeterminista, de las políticas vasca, gallega y catalana (De hecho, están allí desde bastante tiempo, desde siempre más bien).

Que todo un ministro de Educación no hable en términos de formación, de instrucción, de generar posibilidades que permitan la irrupción de una ciudadanía crítica e intervenga en cambio, y en sede parlamentaria, en términos de ideologizar, de españolizar o expresiones afines, dice mucho de él y de su cosmovisión no improvisado. Si aparte de conseguir centrar los focos «informativos» en su voluminosa figura, ha pretendido lanzar leña a un fuego ardiendo, lo ha conseguido. Si lo que pretende es conseguir que CiU (una organización densamente poblada en su día de alcaldes ex franquistas) sea el rovell de l’ou de la resistencia catalana al uniformismo españolista, lo está consiguiendo con rapidez lumínica. Un diez, pues, para el señor ministro. Después de oírle incluso una política institucional de la catadura poliética de doña Irene Rigau parece razonable.

La televisión pública catalana, TV3 (¡para qué hablar de 8TV, la televisión de los Godó!), dio cuenta (sesgada) del debate. El nombre del PSC-PSOE -el diputado que interpeló al ministro en el Congreso es un militante de la organización- no estuvo en el foco de su atención. En el informativo de la noche del miércoles 10 de octubre, dedicaron unos 12 minutos o más a informar de lo sucedido, entrevistas y declaraciones incluidas. El mundo-mundial fue aquella noche las declaraciones del señor ministro y la barbarie cultural que le era consustancial. Apenas nada más. El guión se repitió al pie de la letra en el informativo del día siguiente (Por lo demás, y aprovechando el momento, la presencia de Mas en la televisión catalana roza la vergüenza ajena en su máxima expresión y la manipulación más obscena que uno pueda imaginarse. El cambio en la dirección general empieza a dar resultados).

Pero, eso sí, hay más mundos que también se ubican en el nuestro y apenas quedan registrados.

Alfons López Tena, un diputado independentista que asegura con voz tronante y firme que los catalanes -no algunos, o él mismo, sino todos los catalanes- no son españoles, sostenía [1] en un artículo que se puede seguir leyendo en la página de su formación política [2], Solidaritat Catalana (¡el nombre es una broma de muy mal gusto!) y que fue publicado anteriormente en Público, que «Juan Carlos de Borbón empezó su infausta carrera, después de matar a su hermano de un certero disparo, poniéndose a disposición del dictador fascista y asesino que a la sazón aherrojaba España, colonias incluidas, con la pretensión de que le designara sucesor». Ninguna bajeza le fue ajena, continuaba el senyor diputat, «incluida la felonía de ser proclamado rey por las Cortes fascistas mientras su padre, Juan III, vivía y no había abdicado, lo que le arrancó al cabo de los años. Mantuvo intacto el aparato de la dictadura y sus responsables, hasta que la presión popular e internacional le hizo imposible mantener la monarquía del 18 de julio. Juró los Principios Fundamentales del Movimiento, jamás ha jurado la Constitución».

Tras una visión absolutamente idílica y desinformada de algunas monarquías europeas donde el punto de vista crítica queda anulado, señala López Tena que «no es casual que los brasileños entronizaran un emperador de la Casa real portuguesa, que docenas de Estados independientes mantengan como Jefe de Estado a la Reina de Inglaterra, pero que ningún Estado independizado de España haya mantenido a su rey». Es el sino de España y de sus reyes: «incapaces de admitir la voluntad democrática de independencia y sólo conocedores de la amenaza, el insulto, y la represión, como métodos para mantener lo que ellos llaman España unida». España, prosigue ALT, tiene mucho a ganar con un Estado catalán: «perdería un miembro descontento y problemático pero ganaría un buen vecino y amigo», y, además, podría superar los bloqueos que sufren las libertades y la democracia por causa, en su opinión poco trabajada, «de una estructura institucional concebida y practicada para asegurar el dominio de una mayoría nacional española sobre las minorías nacionales». El diputado, todo un diputado, no se ha enterado de otros nudos esenciales de la transición-transacción que tienen que ver no con naciones sino con clases sociales. ¡Con clases sociales!

Pero no es este el punto central de esta nota. El nudo básico del artículo del diputat viene a continuación. Es el siguiente: «Dijo Azaña que para mantener España unida había que bombardear Barcelona cada cincuenta años, método que calificaba de bárbaro pero efectivo». No hay que ser doctor en Historia para saber que no fue Azaña -¡don Manuel Azaña!- quien hizo esta afirmación (imposible pensar en una cosa así) sino en general-regente Espartero, cosa y figura muy distintas pero que muy distintas. El presidente de la II República española, como es sabido, sostuvo tesis muy alejadas. Estas por ejemplo: que la ciudadanía catalana tenía derecho a decidir su destino; que él deseaba que Catalunya formara parte de una España socialmente avanzada donde pudiera vivir en concordia y en paz con el resto de pueblos, pero que si finalmente Catalunya decidiera separarse de España, ambas naciones deberían vivir en armonía fraternal, como dos países amigos.

La otra cara, pues, del discurso de los bombardeos. ¿Un error del diputado? Tal vez. ¿Ha pedido disculpas? No se conocen. ¿TV3 ha dedicado cinco minutos a una barbaridad político-cultural de este calibre? No puedo asegurarlo, pero acaso, como máximo, dos nanosegundos. ¿Una organización democrática que lleva incorporado en su nombre la palabra «Solidaridad» debe seguir manteniendo en su web una nota ofensiva y falsaria de estas características? ¿Fue una simple irrupción del inconsciente? ¿De qué inconsciente? ¿Aquel que apunta que España, toda ella, es un desastre inconmensurable, sin excepciones ni contraejemplos? ¿Cernuda, García Lorca, Negrín, Pemán, Pedro J. Ramírez y Queipo del Llano son uno y lo mismo? ¿Que no hay dos Españas como señalara Machado, sino que toda ella es -y siempre ha sido- una, rancia, represiva, de charanga soez y pandereta pueril y ofensiva? ¿Es eso?

La conjetura no es absurda ni inverosímil ni siquiera exagerada. Hay más «reflexiones» en el artículo del diputat independentista. El fragmento final del sesudo artículo está a la altura -y es muy difícil- de la infamia anterior. Dice así: «Españoles, quedaos con vuestro rey, con su familia, y con su heredero, de quien el Marqués de Mondéjar, ex Jefe de la Real Casa, dijo en un brindis en mi presencia en Madrid en el año 2002: «Agradezcamos a la Providencia habernos dado un Príncipe que ha heredado toda la inteligencia del padre y toda la simpatía de la madre». Que os aproveche».

¿Qué concepto de «españoles» tiene el senyor diputat, siempre muy bien ubicado por cierto en la telaraña institucional, española o catalana? ¿Qué es éste que «os aproveche»? ¿A quién se dirige? ¿Qué es este «quedaos con vuestro Rey y su familia» como si la situación hubiera sido fruto de una aceptación libre de la ciudadanía? ¿No conoce el senyor diputado nada del movimiento republicano hispánico? ¿Qué pensaría el senyor diputat si alguien se dirigiera al pueblo de Catalunya y le dijera que se quedara con sus Millet, sus Mas, sus Duran i Lleida, con sus Fainés, sus Porcioles, sus Samaranch, con las gentes ilustrísimas que se mofan de los campesinos andaluces y se ríen del habla de los niños andaluces y gallegos?

¿Se sentiría ultrajado? A la inversa, ¿no rige el mismo criterio? ¡Pero qué se ha creído este pingo-pijo almidonado por muy catalán independentista que diga ser!

Notas:

[1] Debo a un artículo de Vicenç Navarro noticia del hecho.

[2] http://www.solidaritatcatalana.cat/noticies/article-dalfons-lopez-tena-al-diari-publico-el-rey-felon

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