¿Cómo reaccionar frente a la propuesta de unificar los períodos del presidente con el del Congreso, alcaldes y gobernadores en Colombia? Uno no sabe si recibir la propuesta con risa pensando que se trata de un mal chiste, con desconcierto en un país que montó un teatro con el tema de las vacunas o, sencillamente, con rabia ante la posibilidad de que tengamos que soportar al presidente Iván Duque Márquez otros dos años.
El mandatario, aunque fuera de foco salvo cuando presenta el telemagazin diario sobre el covid -19, ha favorecido los intereses económicos de quienes están detrás de la Federación Colombiana de Municipios. Se trata de la amalgama de politiqueros y un grupo reducido que maneja la economía del país, en su anhelo de seguir con un presidente de bolsillo y, de paso, mantener en sus posiciones a los alcaldes y congresistas que golpean a la clase popular mientras esgrimen discursos populistas para engañar incautos, igual que el culebrero de Vijes.
Detrás de la propuesta está un demagogo y arribista como Gilberto Toro, quien ocupa desde 1996 el cargo directivo en la Federación. A fuerza de argucias se ha convertido en el puente entre el gobierno nacional y los gobernadores y alcaldes. Concentra poder.
Este abogad fue alcalde de un modesto municipio, Jericó. Luego paso a la gobernación de Antioquia en representación del partido conservador. Y gracias al respaldo de un amplio sector político, fue elegido presidente de esa organización, en la que se encuentra atornillado. Por supuesto, la continuidad de Duque, favorece su pensamiento afín al uribismo.
Pensar en tener en el horizonte a Duque dos años más, es una pesadilla por varias razones. Primero, porque no ha sido buen presidente; segundo, porque ni siquiera como político es hábil, y tercero, porque al igual de Álvaro Uribe Vélez, ha golpeado a la clase trabajadora y ahora pretende sacar una reforma al sistema de salud, al sistema pensional y una reforma tributaria.
El argumento de la Federación Colombiana de Municipios es, por supuesto, que el país no tiene para el financiamiento de un proceso de elecciones. ¿Y qué decir de los millones que se perdieron durante la pandemia c0mo por la magia de birlibirloque? ¿Y de los medicamentos con los que se especuló o los mercados humanitarios que jamás llegaron a los beneficiarios? Al menos los órganos de control no han dicho en qué han parado las investigaciones.
La propuesta de ampliar períodos no es nueva, pero en momentos como el actual cuando el ambiente político comienza a calentarse, nada mejor para la derecha que promoverlo de nuevo con la esperanza de que el gran grueso de Colombianos, que todavía sigue creyéndole a Uribe, contemplen la posibilidad de apoyar al expresidente y ex senador como también al presidente de las canas teñidas, de alimentar su ego mesiánico en un país que se hunde en la miseria.
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