Hoy es sábado, 28 de mayo de 2011, sexto día de la Revolución de Madrid. La campaña «Toma los barrios», emanada de la Comisión de Extensión de la Asamblea de Sol, ha sido todo un éxito. A las 12 del mediodía se constituyeron 41 asambleas soberanas en los distintos barrios y 84 más en plazas […]
Hoy es sábado, 28 de mayo de 2011, sexto día de la Revolución de Madrid. La campaña «Toma los barrios», emanada de la Comisión de Extensión de la Asamblea de Sol, ha sido todo un éxito. A las 12 del mediodía se constituyeron 41 asambleas soberanas en los distintos barrios y 84 más en plazas céntricas de los municipios de la Comunidad de Madrid, desde La Cabrera hasta Aranjuez.
En la asamblea en la que participamos, en una plaza soleada del Distrito Centro, se congregaron unas 800 personas durante casi 3 horas, y el debate se canalizó hacia tres puntos básicos: uno organizativo interno (cuándo, cómo, dónde y con qué herramientas nos volvemos a reunir), otro organizativo externo (qué propuestas se pueden llevar desde los barrios con vistas al más que probable despegue de la Plaza de Sol) y un tercero más conceptual (qué mensaje enviamos desde las asambleas de los satélites a la Asamblea de Sol acerca de los plazos y condiciones para que dicha salida sea, no honrosa, sino un gesto de verdadera fuerza).
A raíz de esos tres puntos a los que se redujo el orden del día, surgió de forma recurrente un intenso y muy interesante debate sobre la autonomía de la asamblea barrial con respecto a la matriz en Sol, con opiniones confrontadas entre los más partidarios del respeto a la estructura del Sistema Solar y los que apuestan por una mayor independencia a la luz de los problemas concretos que nuestros nuevos vecinos de siempre nos vayan planteando. A nuestro modo de ver, esta segunda opción acabará imponiéndose de forma natural, pero de momento no se pudo alcanzar acuerdo alguno acerca del grado de autonomía de nuestra asamblea. A cambio, sí se consensuó seguir muy atentos y colaborar en la difusión por nuestros vecindarios de las futuras acciones convergentes que en estos momentos se están madurando desde las comisiones de Extensión y Barrios de la Acampada Sol: una denominada «marcha de columnas» desde todos los distritos y municipios hasta el Kilómetro Cero en unos 15 días aproximadamente, una asamblea multitudinaria en la superficie solar todos los meses, el mantenimiento de una pequeña base emblemática que sirva de recuerdo de lo que hicimos y de amenaza de lo que vamos a volver a hacer en caso de que no se cumpla lo que pidamos, etc.
En ese sentido, nos gustaría resaltar un debate, que prendió con intensidad este mediodía en varias asambleas de barrio y sobrevoló también la Asamblea General de ayer en su caótica sesión de las 9 de la noche. Nos referimos a la cuestión de si salir de Sol o no con al menos un objetivo ya cumplido. Hoy en la asamblea de nuestro barrio el sentir general fue que era absolutamente necesario apuntarse un tanto antes de replegarse, pero el disenso surgió a la hora de plantear un objetivo unívoco. De nuevo se vieron enfrentadas los dos principales bandos que cohabitan en el seno del Movimiento, y que en el fondo no son ni más ni menos que los dos polos opuestos en cualquiera de nuestras discusiones diarias, ya sea en el entorno doméstico, en el laboral, o en el del colectivo del que cada uno vengamos: son el polo de los reformistas, en lucha contra el de los que lo quieren todo.
Del lado de los reformistas, el objetivo que se insiste en plantear para el famoso día en que levantemos el vuelo es el de una Reforma Electoral como condición «sine qua non» para el desmantelamiento de la Acampada. Para quien planteó ese objetivo en la Asamblea de hoy a las 12 en nuestro barrio, aquélla era claramente la «madre de las reclamaciones del Movimiento», lo que suscitó enseguida un abucheo por parte de un numeroso grupo de los asambleados, que, violentando un poco los principios de «debido respeto, paciencia y escucha», le llegaron a decir al ponente: «¡Ésa será tu madre, no la mía!» En el fondo, desde el ala más radical, en el que se integran los marxistas, muchos de los curiosos que se paran, los libertarios y, por supuesto, los inmigrantes (que, con papeles o sin papeles, la mayoría no tiene ningún derecho a votar y se la trae al pairo lo que se haga con las leyes para que otros voten), los objetivos que ser prefieren son otros: que se haga un calendario claro de futuras movilizaciones, y que ese calendario sirva como objetivo cumplido. O si no, que las autoridades retiren formalmente, antes de que nos vayamos, todos los cargos contra los compañeros detenidos el 15-M, que oscilan entre los 6 meses y 3 años de prisión.
A estas alturas, la batalla dentro del Movimiento 15-M parece perdida para los «radicales». Lo más probable, según están las cosas, es que el domingo triunfe la Reforma de la Ley Electoral como primera exigencia a plantear en el acuerdo de mínimos que acompañará a nuestra futura salida de la Plaza de Sol. Los más «cañeros» tendrán que centrarse más en promover, a partir de ya, acciones directas en sus respectivos barrios. Una gran esperanza para ellos es que hoy, por ejemplo, en varias asambleas de barrios del norte y oeste de Madrid, ya se han presentado propuestas en firme de acciones para evitar desalojos de casas particulares y centros sociales. Mientras tanto, seguirá su curso legal la tabla reivindicativa del Movimiento, que anteayer ya se había reducido, supuestamente, a cuatro únicos puntos. El Tetramorfos, grabado en una tabla reivindicativa de carácter anticipatorio, fue filtrado hace dos días a los ávidos medios por la Comisión de Comunicación, que se llevó por ello un severo rapapolvo ayer en la Asamblea General, después de la emotiva concentración de las 7 en solidaridad con los compañeros agredidos en Barcelona. La Comisión de Comunicación violentó con esas filtraciones la soberanía de las distintas asambleas, en las que este humilde redactor y sus amigos campistas estuvieron muy presentes desde el primer momento, y les pueden asegurar que no se habló mucho de los famosos cuatro puntos, y, en todo caso, no se llegó a ningún consenso acerca de su ratificación.
Para los que todavía no lo sepan, los cuatro puntos de la discordia son los siguientes:
– Una reforma electoral encaminada a una democracia más representativa y de proporcionalidad real, con el objetivo adicional de desarrollar mecanismos efectivos de participación ciudadana.
– Lucha contra la corrupción mediante normas orientadas a una total transparencia política.
– Separación efectiva de los poderes públicos.
– La creación de mecanismos de control ciudadano para la exigencia efectiva de responsabilidad política.
Esta tabla de principios podría perfectamente firmarla en su programa electoral el muy racista partido Ciutatans de Cataluña, o el muy fascista UPyD de Madrid, o la muy sibilina IU, que durante años ha gobernado en lugares como Asturias o Sevilla pasándose alegremente por el forro y agrediendo mediante los mismos agentes represores que hirieron ayer a 121 personas en Barcelona cualquier intento de lucha contra la corrupción o cualquier propuesta de control político real por parte de los ciudadanos.
Sin embargo, una nueva voz conciliadora está surgiendo de entre los miembros menos reformistas de la Acampada, fruto del efecto fusión generado estos días en el maravilloso campamento. Nos parece imprescindible pararse a escucharla, puesto que surge, ni más ni menos, que desde el selecto grupo de los que algunos llaman ya en el extrarradio los Héroes de la Revolución de Sol. Son los chicos que estuvieron ahí luchando desde la primera noche. Si alguien consigue localizarlos en el entramado de comisiones y subcomisiones de la Acampada de Sol, y preguntarles al respecto, se llevarán esta contestación:
– Me parece muy bien que se pida eso. ¿Qué es lo que se pide, por cierto? Es que con el lío que tenemos por aquí no he podido ni enterarme.
– Reforma electoral, lucha contra la corrupción, separación de poderes y control ciudadano.
– Ah, sí, pues me parece bien, sí, sí. Es muy importante que se pongan esas cosas en un papel y se envíen a quien tenga responsabilidad al respecto.
– ¿Y si no se cumplen?
– (Sin respuesta. Sonrisa)
Es una opinión personal, pero nosotros interpretamos la sonrisa sin respuesta de los primeros acampados en Sol como una señal importante. Los reformistas, que ciertamente han currado como mulos estos días para arrimar el ascua a su sardina ciudadanista, debatiendo con coraje en todos los comicios y falseando y tergiversando muchas veces (hay que decirlo) los acuerdos de asambleas soberanas, tienen que hacer el esfuerzo de interpretarlo también. Para nosotros, desde nuestra parcial opinión, el silencio con sonrisa de los pioneros significa:
– Adelante, compañeros, presentad vuestra carta a los Reyes Magos. Luchad a brazo partido para convencerles de lo bien que os habéis portado, para que por fin os oigan. Nosotros os apoyamos en todo. Pero si no os hacen caso, y en vez de concederos la Reforma Electoral que queréis, lo que os endiñan en las próximas semanas, por ejemplo, es una Reforma de la Negociación Colectiva, entonces tendréis que salir de la atmósfera y ocupar el Sol de nuevo, como hicimos nosotros la noche del 15 de mayo. Nosotros también os apoyaremos. Pero no será en las primeras filas, compañeros, que ahí se sienten los zumbidos de las porras y el aliento de los perros antidisturbios le hiela la sangre a uno y le irrita los ojos. Será un poquito más atrás, puestos de puntillas, viendo cómo vosotros echáis el resto.»
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