Durante varios años, el boom de la construcción generó riqueza, dicen. Aumentó el poder adquisitivo de todas las capas sociales y «todos salimos ganando», dicen también. Y una horquilla de jóvenes que todavía iban al colegio o ya iniciaban estudios técnicos y universitarios, optaron por dejar los libros. Vieron la oportunidad de ganar dinero con […]
Durante varios años, el boom de la construcción generó riqueza, dicen. Aumentó el poder adquisitivo de todas las capas sociales y «todos salimos ganando», dicen también. Y una horquilla de jóvenes que todavía iban al colegio o ya iniciaban estudios técnicos y universitarios, optaron por dejar los libros. Vieron la oportunidad de ganar dinero con la seguridad de verlo «con proyección a largo plazo». Con el estallido de la burbuja inmobiliaria, además del desastroso efecto económico que estamos viviendo, esos jóvenes se vieron en la calle y sin una formación que les permitiese optar a ejercer otras profesiones. Y así llevamos varios años. Ahora, el nuevo gobierno comienza a hacer eso que ellos denominan «ajustes en EDUCACIÓN». A partir de ahora costará el doble estudiar en la Universidad. Y será así cómo, en cinco o seis años más, esa horquilla que hasta ahora se dedicaba a la construcción y que ahora no sabe qué hacer se multiplicará por diez o por veinte. Y no sabremos hacer nada. Pero entonces…, ¿quién enseñará? ¿quién curará?, ¿quién informará?, ¿quién construirá? ¿quién nos defenderá en los tribunales? Señor Rajoy, deje de esconderse y díganos de una vez si es esto en lo que consiste su tan manida búsqueda de confianza y eso de hacer las cosas como Dios manda. Por favor.
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