El Congreso de Estados Unidos acaba de aprobar un millonario presupuesto destinado a fabricar la «democracia» en Cuba y Venezuela, con el cual pagarán a sus asalariados y las campañas de prensa, a fin de hacerle creer al mundo que en esos países hay opositores «independientes» y se «violan» los derechos humanos. De no existir […]
El Congreso de Estados Unidos acaba de aprobar un millonario presupuesto destinado a fabricar la «democracia» en Cuba y Venezuela, con el cual pagarán a sus asalariados y las campañas de prensa, a fin de hacerle creer al mundo que en esos países hay opositores «independientes» y se «violan» los derechos humanos.
De no existir ese dinero los llamados disidentes no existirían, ni la prensa hablara tantas falsedades sobre ambos países, pues todo se formula desde Estados Unidos para tergiversar la realidad, viejo estilo yanqui cuando quieren construir supuestas «víctimas y violaciones», en gobiernos que ellos no aceptan.
Para los que aun tengan dudas, basta con leer las noticias publicadas en la prensa yanqui para conocer que el senador Marco Rubio, presidente del Subcomité para el Hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, logró hacer lobby para la aprobación de 20 millones para promover la «democracia» en Venezuela y 15 millones para Cuba.
A pesar de que el Departamento de Estado había solicitado al Congreso solo 9 millones para Venezuela y 10 millones para programas relacionados con Cuba, los integrantes de la mafia terrorista anticubana, Rubio y Mario Díaz-Balart, presionaron a sus colegas para elevar el dinero destinado a subvertir a esos países, quienes aprobaron la nueva Ley del presupuesto del año fiscal 2018-19, insistiendo en malgastar el dinero de los contribuyentes para ejecutar esos planes subversivos.
Además de esos fondos, en el caso cubano se aprobaron adicionalmente 29 millones para la Oficina de Transmisiones a Cuba, destinados a Radio y TV Martí, a pesar que jamás su señal se ha podido escuchar ni ver en la isla.
Nicaragua, país donde Estados Unidos insiste en derrocar al presidente Daniel Ortega, también fue «favorecido» con 5 millones para «promover» la democracia y apoyar, entiéndase fabricar, la sociedad civil.
Este presupuesto se sumaría al aprobado para la USAID y la NED, organizaciones que ejecutan acciones subversivas que anteriormente desarrollaba la CIA. En el caso de Cuba se observa como sus proyectos va dirigidos a construir mercenarios «luchadores» por los derechos humanos, la «democracia», el arte «independiente», medios de prensa para apoyar sus campañas mediáticas, la conformación de líderes juveniles, y otros similares.
Ejemplo palpable de cómo el dinero fabrica la mal llamada «democracia», son algunos de los siguientes programas de la NED:
- Abogando por un Marco de Derechos Humanos para Cuba, con 85 mil USD.
- Construyendo ciudadanía democrática en Cuba, con 55,241 USD.
- Libertad de expresión del artista independiente cubano, con 95 mil USD.
- Promoviendo el cine independiente en Cuba, con 55 mil USD.
- Promoviendo la libertad de prensa en Cuba, con 23,470 USD.
- Diario de Cuba, con 220 mil USD.
- CubaNet News, Inc., con 225 mil USD.
- Apoyando el periodismo independiente en Cuba, con 109,833 USD.
- Instituto Prensa y Sociedad, con 60 mil USD.
- Apoyo a sindicatos independientes, educación cívica y empresa libre en Cuba, con 230 mil USD.
- Educar a los activistas juveniles cubanos sobre la democracia y las habilidades de liderazgo, con 99,993 USD.
- Observatorio Cubano de Derechos Humanos, con 125 mil USD.
- Promover la participación ciudadana en la responsabilidad local, con 118,865 USD.
- Promoviendo Informes Comunitarios en Cuba, con 140 mil USD.
- Promover ideas democráticas y participación ciudadana, con 67,980 USD.
- Promover la libertad religiosa y construir puentes dentro de la sociedad civil, con 66,700 USD.
Con tanto dinero en juego los yanquis inventan disidentes, líderes y matrices de opinión contra Cuba y el resto de países latinoamericanos que tienen gobiernos que no son de su agrado, haciéndole creer a aquellos que desconocen sus planes, que sus asalariados son «luchadores por la libertad», cuando realmente sus servidores solo cumplen las instrucciones al pie de la letra, unido a las campañas desinformativas elaboradas por especialistas de la CIA.
A otros con ese cuento de la «democracia y la sociedad civil», porque en verdad son terroristas que provocan muerte y destrucción, como se observa en Venezuela y Nicaragua; pero en Cuba no podrán repetir esa tenebrosa historia, porque su pueblo tiene preparación y conocimientos de lo que hacen realmente los yanquis, y leen sus documentos desclasificados, donde se plasma sin sonrojo la verdad.
No por gusto José Martí aseguró: «Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas».
Arthur González, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
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