Hace más de un año presentábamos el documento «Ejecutivos de las grandes empresas lideran la Fundación Privada Banco de Alimentos de Barcelona». Ahora que se acercan las Operaciones Kilo y el Gran Recapte queremos ahondar más en el papel de los Bancos de Alimentos como una pieza más del engranaje de empobrecimiento. Cada tonelada de […]
Hace más de un año presentábamos el documento «Ejecutivos de las grandes empresas lideran la Fundación Privada Banco de Alimentos de Barcelona». Ahora que se acercan las Operaciones Kilo y el Gran Recapte queremos ahondar más en el papel de los Bancos de Alimentos como una pieza más del engranaje de empobrecimiento. Cada tonelada de solidaridad genera más miseria. Cuanto más voluntarios haya más pobres habrá.
Para los grandes de la producción y de la distribución (Nestlé, Carrefour, Dia, Eroski, Mercadona, etc ) este fin de semana del 2014 será como un BLACK FRIDAY caído del cielo. El presidente del Banco de Alimentos, Eduard Arruga, calcula que se recogerán entre 3 a 4 millones de toneladas de alimentos que supondrán entre 5 a 10 millones de euros en caja que generaran sus correspondientes beneficios.
En los supermercados un ejército con más de 20.000 voluntarios y miles de clientes convertidos en donantes saciaran su sed de solidaridad mientras otros hacen caja. Este 29 de noviembre del 2014 en los enormes contenedores de recogida de alimentos colocados llamativamente en las salidas de los centros comerciales hay algo más que una purga de conciencias y beneficios monetarios. Es una estafa revestida de solidaridad donde las víctimas se cuentan por doquier.
En el lado de la producción de los alimentos las explotaciones familiares de campesinos y ganaderos son extorsionados en los precios en origen que imponen las grandes compañías o distribuidoras. Las otras víctimas son los trabajadores de los grandes latifundios y invernaderos, muchos inmigrantes ilegales, que cobran salarios miserables en explotaciones intensivas que destruyen el medio ambiente pero que generan los excedentes suficientes para reventar por precios a los campesinos de toda la vida.
Los Bancos de Alimentos minan las ventas del pequeño comercio en los barrios con más miseria. Por un lado regalan los excedentes y por otro destruyen a los tenderos con las marcas blancas de las grandes cadenas que, a su vez, son fruto de la sobreexplotación en origen y de la que aplican a sus propios trabajadores. Los ejecutivos de los Consejos de administración de Mercadona, Dia, etc que colaboran con «el Gran Recapte» no conocen esa parte de «generosidad» que es pagar bien a sus trabajadores.
Toda la gran patronal catalana y española tiene hombres clave en los Patronatos que rigen las Fundaciones privadas de los Bancos de alimentos, sentándose al lado de gente que proviene de la jerarquía eclesiástica y del Opus Dei. Con semejantes ganancias, no es de extrañar pues que esos ejecutivos controlen y lideren la Fundación Privada Banco de Alimentos de Barcelona… pues ningún nicho de negocio se puede dejar al azar porqué en este negocio aún no acabamos de explicar todas las ventajas.
Los Bancos de Alimentos blanquean el expolio fiscal de los pobres.
Cuando una empresa hace una donación al Banco de Alimentos este le devuelve un certificado que luego le permitirá desgravar un 35% del importe en el Impuesto de Sociedades. Son injustificables moralmente estas ventajas fiscales en un país sumergido en deudas impagables y es un agujero muy peligroso en un país donde todas las élites económicas y políticas defraudan.
Y aquí empieza el expolio fiscal de los pobres. Las donaciones empresariales, de los excedentes alimentarios, son un blanqueo de la imagen corporativa de la empresa, pero ojo, la misma élite que hace donaciones se extiende justificantes de deducción del Impuesto de Sociedades. ¡Cualquiera puede entender lo que se puede llegar a hacer con este mecanismo de desgravación fiscal que Hacienda, ja, ja, se supone que debería vigilar!
Las personas físicas también se pueden desgravar el 25% del IRPF si lo hacen comprando directamente desde la web del Banco de alimentos que desvía la compra a los portales electrónicos de las distribuidoras como Valvi, Caprabo, Aldi. Estas permiten seleccionar unos pocos alimentos que son básicamente calorías envasadas de marca blanca y curiosamente potitos de Nestle, de la linea de bebes.
Precisamente uno de los ejemplos de los vínculos entre la gran empresa y los Bancos de Alimentos es el nuevo presidente del de Barcelona, Eduard ARRUGA, que sustituye al fallecido Antoni Sansalvadó, ex-directivo de Serunion.
Eduard Arruga i Valeri, es militante de CiU, candidato en las municipales del 2011 de Cunit y ha sido uno de sus discutidos Regidores que tuvó que dimitir por un aumento exagerado del IBI a sus vecinos. Fue directivo de Cereal Partners España, una filial del grupo Nestlé. Fue jefe de estudios macroeconómicos, director de planificación estratégica y exportaciones de Nestlé España y director de política comercial internacional de Nestlé. Ha escrito libros sobre la industria alimentaria y la política agraria común y profesor universitario.
Eduard Arruga i Valeri ha sido también lider del lobby de la Confederación de Industrias Agroalimentarias de la Unión Europea (C.I.A.A.). Tiene por tanto un currículum que le hace conocedor y seguro agente en los entresijos de la burocracia de Bruselas donde se cuecen los grandes negocios. Esos negocios por los que la Unión europea compra los excedentes alimentarios de las grandes empresas para luego donarlos a través del Programa europeo de ayuda a las personas necesitadas a los Bancos de Alimentos.
No es de extrañar así pues que Nestlé se llevara a Luxemburgo toda la tesorería y los créditos de España para no pagar impuestos en marzo del 2013. Este 2014 además hemos conocido como en ese país, gracias al Presidente de la Comisión europea, Jean Paul Juncker, las grandes empresas no llegan a pagar más alla del 2% en filigranas de fiscalidad creativa «robo».
Ejecutivos del Banco de Alimentos y los gusanos en la sopa
En noviembre saltaba la noticia que diversos colegios de la Comunidad de Castilla- León habían dado sopa con gusanos. La noticia se extendió con profusión y la indignación sacó a la calle miles de familias exigiendo una comida decente. El problema se extendió a otras comunidades de lo cual es fácil obtener información con una simple búsqueda en Internet «serunion sopa gusanos».
Detrás de los menús se encontraba la empresa Serunión que garantiza más de medio millón diario de menús en escuelas, hospitales y centros públicos repartidos por todo el país. «…A la empresa de catering, ya le han abierto una investigación. O mil, porque esa misma empresa intoxicó a más de 100 escolares en Sevilla, intoxicó también en Granada, y su más conocida especialidad, la sopa con gusanos la ha servido ya en colegios de León, Segovia, Sevilla, Elche, Granada, Alicante…En Mallorca aparcó los gusanos para introducir una novedad: comida con una cuchilla dentro, pero eso, según la empresa, se debió a «un problema de manipulación», lo normal…» (eldiario.es)
Serunión a pesar de todo tiene una línea gourmet que sirve en el restaurante «Mirador del Palau de la Música» para deleite de las élites barcelonesas, catalanas y castellanas cuando vienen. Se llama Singularis. Nunca mejor dicho,
¡Dios los junta y ellos se amontonan!
Serunión ha proveído al Banco de Alimentos de Barcelona con más de un ejecutivo. Su presidente por muchos años, Antonio Sansalvado, fue directivo de esta empresa. También su actual presidente-director general, Antoni Llorens, es vocal desde hace tiempo del Patronato del banco de Alimentos de Barcelona.
Si en el lluvioso 29 de noviembre del 2014 se hubieran unido los donantes, los voluntarios y los manifestantes delante de los Parlamentos respectivos exigiendo la Renta Garantizada ya habríamos acabado con tanta hipocresía y otro negocio de las élites cleptómanas.
El papel del Banco de Alimentos como mero gestor de los excedentes de las grandes distribuidoras que además les incrementa los beneficios.
La crisis ha provocado caídas espectaculares de ventas por lo que los excedentes no tienen salida y provocan una nueva caída de precios por el exceso de oferta. Aquí es donde actúa el Banco de Alimentos. Además los excedentes antes se solían destruir (harto habitual) y eso costaba dinero. Ahora las grandes empresas donan sus excedentes al Banco de Alimentos con lo que consiguen:
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que no se produzca una mayor caída de precios debido a que los alimentos no entran directamente en el mercado.
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No tienen costes en la destrucción de esos excedentes.
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No tienen costes en la distribución pues lo hace un ejército de voluntarios.
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No tienen costes de almacenaje pues Ayuntamientos y entidades ceden sus locales para distribuir.
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Las donaciones, de cualquier tipo, desgravan un 35% en el Impuesto de Sociedades (con la Ley de Mecenazgo del PP será el 100%) para las empresas y del 2 para el IRPF en personas físicas.
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A la gente pobre se le acostumbra a la beneficencia, como si fuera ley divina, que haya ricos y pobres.
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Los Bancos de Alimentos minan aún más las ventas del pequeño comercio en los barrios con más miseria.
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Por un lado regalan excedentes y por otro destruyen a los tenderos con las marcas blancas que son fruto de la sobreexplotación en la producción de origen y la que aplican a sus propios trabajadores.
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Los voluntarios de buena fe calman su sed contra la injusticia pero sin darse cuenta colaboran en una maquiavélica operación de destrucción del pequeño comercio y de cualquier competencia a las grandes distribuidoras que ya copan el 75% del mercado nacional de la producción y del comercio.
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En resumen, mejoran la productividad, reducen la competencia y hay una mejora de la imagen corporativa de las grandes cadenas de distribución.
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Detrás de todos los responsables de los Bancos de Alimentos españoles se encuentran directivos de empresas que producen, gestionan, distribuyen y venden la mayor parte de alimentos del estado español y además han sido directivos o políticos del stablesment.
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Administraciones y Ayuntamientos como entidades colaboradoras. Ellas son responsables de que se vulneran los derechos de las personas con su política de recortes sociales, que hacen que miles de personas no puedan comprar los alimentos que crean convenientes y tengan que ponerse a la cola de la beneficencia a esperar a que les van a dar hoy…
Salva Torres, activista de la Asociación 500×20
Más información en:
Ejecutivos de las grandes empresas lideran la Fundación Privada Banco de Alimentos de Barcelona.
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