Los activistas reunidos en el encuentro internacional de Madrid ‘Ágora 99’, organizado por el 15-M, apuestan por la unificación de las protestas a nivel europeo
Han venido a Madrid con este propósito y ya han dado el primer paso: el próximo 14 de noviembre, día en el que los sindicatos de los países del sur de Europa han convocado huelga general, también será la fecha en la que los movimientos sociales contra la austeridad saldrán a la calle para protestar contra la deuda y demandar nuevos derechos que defiendan a la ciudadanía del paro y los recortes sociales. Éste se dibuja como uno de los acuerdos de mínimos al que activistas venidos de buen número de países europeos han llegado en las asambleas del ‘Ágora 99’, el encuentro internacional organizado por colectivos del 15-M que se celebra estos días en Madrid.
Las grandes centrales de trabajadores de Francia no convocan huelga, pero sí han llamado a los ciudadanos a manifestarse en París. «Si los sindicatos no hubieran llamado a la movilización nosotros lo hubiéramos hecho. Pero como finalmente han convocado, nosotros marcharemos junto a ellos» relata a Público Sophie Banasiak, una joven parisina de 27 de años de la asamblea surgida a raíz de la versión francesa del colectivo Democracia Real Ya. Además, ellos han decidido convocar marchas en las ciudades donde los sindicatos no lo han hecho.
Mientras, en Italia los sindicatos han convocado un paro de cuatro horas y marchas en las principales ciudades. Pero los activistas de los movimientos juveniles aseguran que quieren darle a esta jornada «una nueva dimensión», movilizándose por una nueva agenda de derechos. Por eso, están convencidos de que 14 de noviembre es una fecha para «intentar reconquistar el futuro» y «señalar a los que nos lo están robando», explica Angela Balzano (ver entrevista), otra activista italiana de la coordinadora ‘Global Project’.
En las distintas asambleas y talleres que tienen lugar estos días en el marco del ‘Ágora 99’ todos han coincidido en que la protesta no puede dirigirse contra los distintos gobiernos de los Estados que componen la UE, sino a las propias instituciones supranacionales que están tomando las decisiones sin control democrático. «Los Estados están funcionando como barrera de contención de las reacciones que generan las políticas que decide la Troika», señalaba la ponente de una de las mesas redondas.
Sin embargo, estos movimientos insisten en la necesidad de dotarse de su propia agenda de reivindicaciones y unas líneas políticas propias, más allá de las de los grandes sindicatos de cada país. Consideran que éstos dejan fuera a los nuevos sujetos que están sufriendo la crisis: «jóvenes precarios y estudiantes, inmigrantes, mujeres, LGTB, dependientes…». Y por eso apuestan por nuevos derechos para el «el 99% de Euoropa».
«El Ágora 99 está siendo una gran oportunidad para conocer lo que está pasando en otros países y para crear redes de coordinación de cara al 14 de noviembre y en adelante», comenta Sophie Banasiak. Ella, al igual que los demás asistentes al encuentro, cree que esa será la fecha de arranque para nuevas protestas.
Después de la conversación, Sophie y Angela se van a las siguientes reuniones, todo el día está plagado de citas ineludibles y los activistas apenas tienen tiempo para comer. Esperan poder llegar con acuerdos a la asamblea final del encuentro que tendrá lugar el domingo. Después, volverán a sus países y se pondrá a manos a la obra.