¿Cataluña debe seguir un modelo racista de apartheid como Israel? Otra vez nos llegan imágenes estremecedoras de aviones israelíes bombardeando Palestina. Nos vuelven a recordar la operación «Plomo Fundido» de 2008-2009, en la cual el ejército israelí asesinó a 1.400 personas y dejó el territorio palestino de la ya bloqueada Franja de Gaza en una […]
¿Cataluña debe seguir un modelo racista de apartheid como Israel?
Otra vez nos llegan imágenes estremecedoras de aviones israelíes bombardeando Palestina. Nos vuelven a recordar la operación «Plomo Fundido» de 2008-2009, en la cual el ejército israelí asesinó a 1.400 personas y dejó el territorio palestino de la ya bloqueada Franja de Gaza en una situación de total crisis humanitaria.
Mientras, al principat de Catalunya, tres partidos políticos que se presentan a las elecciones al Parlamento y que invocan a la creación de un futuro Estado catalán muestran simpatía y referencia con el Estado de Israel:
Artur Mas, candidato de Convergència i Unió, en un viaje a Estados Unidos, declara: «Con una visión más grande que la estrictamente europea, tengo ganas de asociar Catalunya, como mínimo, con Massachusetts e Israel» (20/06/2012).
Oriol Junqueras, candidato de ERC, se reúne con Oren Bar-El, Ministro consejero de asuntos políticos de la embajada de Israel en el Estado español, con quien según el diario Nació Digital mantiene un encuentro «intenso» y «positivo» (26/04/2012).
Alfons López Tena, candidato de Solidaritat per la Independència, en una entrevista al diario israelí Haaretz, declara: «A título personal, yo soy proisrael y prosionista. […] Como mínimo la mitad de los miembros de mi partido son de la Asociación Catalana de Amigos de Israel. Israel es un estado democrático y nosotros apoyamos todos los pasos que tiene que hacer para sobrevivir. No tenemos la intención de criticar el Gobierno de Israel. Buscamos la cooperación con Israel y esperamos que Israel apoye el movimiento por la independencia de Catalunya. Está claro que la Catalunya independiente será una amigo muy estrecho de Israel. De eso no hay ninguna duda» (28/09/2012).
Y los grandes partidos garantes de la unidad del Estado español tampoco huyen de la defensa del estado sionista:
Durante el gobierno del PSOE, aunque el expresidente Rodríguez Zapatero dictaba alguna tímida y estéril condena contra los ataques militares de Israel, el negocio armamentístico entre el Estado español e Israel aumentó, llegando a venderse armas a Israel por un valor de un millón setecientos mil euros en el primer semestre de 2008 (el anterior a la operación militar «Plomo fundido»).
El también expresidente del gobierno español, miembro del PP y del aparato ideológico de la derecha española FAES, José María Aznar, en un artículo publicado al diario The Times asegura que «Israel es el mejor aliado que tiene occidente en una región turbulenta» (16/06/2010).
Israel es ocupación militar y apartheid
Israel es un estado instaurado oficialmente el 1948 en territorio palestino a partir de la expulsión de centenares de millares de habitantes de sus pueblos y de sus hogares. Fiel a la ideología sionista, Israel aspira a normalizarse como un estado étnicamente puro, dónde solo la población judía tiene derecho a establecer-se con todos los derechos.
Desde entonces ha ocupado militarmente el territorio palestino y partes del territorio de Siria, el Líbano y Egipto. Éstos territorios han sido descuartizados i se han llenado de colonias israelíes, mientras que dentro del propio Estado israelí se ha establecido unas pautas políticas, jurídicas y sociales de apartheid.
La vida de las palestinas bajo los territorios ocupados es de total sumisión a un ejército ocupante, que controla la movilidad, el acceso al agua y a la tierra, la construcción de viviendas, la actividad económica… y que reprime con dureza toda expresión de resistencia. Mientras que la vida dentro del Estado de Israel es guiada por un modelo de segregación social fundamentado en aspectos étnicos y económicos, consolidado por un sentido militarista del carácter nacional israelí.
A nivel internacional Israel se ha caracterizado por ser un sinónimo de guerra. Ha protagonizado Israel se ha caracterizado por ser un sinónimo de guerra. Ha protagonizado y fomentado múltiples intervenciones militares en Oriente Medio, desde sus propias incursiones en el Líbano hasta la invasión estadounidense a Iraq. Y actualmente amenaza con un ataque contra Iran. Ha orientado una gran parte de su academia y de su industria a la actividad y al negocio militar, convirtiendo los territorios ocupados palestinos en un gran laboratorio de guerra donde se ponen a prueba las últimas innovaciones en armamento y en control social, las cuales después son aplicadas en conflictos armados, represión de manifestaciones, prisiones y controles de fronteras por todo el mundo. También se ha destacado por un servicio de espionaje, el Mossad, que ha operado y violado la soberanía de distintos países, y a través de éste y de un conjunto de mercenarios surgidos de las filas del ejército, Israel también se ha convertido en un referente internacional del terrorismo de estado, asesorando y entrenando a grupos militares y paramilitares con los que han sembrado de muertes y de terror el continente latinoamericano en las últimas décadas.
Claro que Israel, como no se cansan de denunciar algunos de los altavoces mediáticos catalanes como la tertuliana/opinóloga Pilar Rahola o el deshistoriador Joan B. Culla, también es potencia delantera en ámbitos como las nuevas tecnologías, la gestión del agua y la agricultura, la farmacéutica o en la industria de los diamantes. Y Europa es su primer socio comercial, absorbiendo la mayor parte de las exportaciones.
Ahora bien, la mayoría de las industrias y explotaciones agrícolas se encuentran en territorio palestino ocupado, cosa que les permite incumplir la propia legislación israelí en materia de derecho laboral y medioambiental. A la vez, como denuncia la organización de investigación Who Profits, la población palestina es víctima del sistema de apartheid en el acceso a medicamentos y en la destrucción de su propia industria local.
Sobre el milagro de «convertir tierras áridas en ricas tierras de cultivo» no se puede esconder que Israel ha despojado los recursos hídricos (ríos y acuíferos) del territorio palestino, llenando de piscinas y jardines las colonias israelíes y de tanques y vallas las fuentes de agua privadas de acceso a la población palestina.
Mientras que tanto la industria de los diamantes como la de las nuevas tecnologías no pueden separarse del ámbito bélico, relacionando las «piedras preciosas» con las guerras de los «diamantes de sangre» en África y la innovación tecnológica con el desarrollo de nuevos aparatos militares como los drones (barcos, aviones y carros de vigilancia y de combate no tripulados que convierten la guerra en un tipo de videojuego macabro).
El único voto o la abstención activa debe tener la marca de ‘Boicot a Israel’
Si queremos construir un país que no tenga su política y su economía manchada de sangre, debemos repudiar claramente y sin tapujos el modelo israelí de ocupación militar y sociedad del apartheid.
La mejor manera de hacerlo es apoyando la campaña internacional de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra el Estado de Israel. Una campaña iniciada el año 2005 a través de un llamado a la sociedad palestina inspirada en la lucha contra el apartheid sudafricano, concebida como una estrategia de presión hasta que Israel ponga fin a la ocupación y colonización de todas las tierras árabes, desmantele el Muro del apartheid, reconozca el derecho inalienable a la igualdad de la población palestina con ciudadanía israelí y garantice el derecho de retorno de la población palestina refugiada.
El BDS pretende romper con la voluntad normalizadora de la ocupación militar y el apartheid israelí, abriendo el boicot a los ámbitos de la economía, la academia, la cultura y el deporte, fomentando las desinversiones de empresas y de estados y buscando una verdadera sanción de las instancias internacionales.
Pero el boicot a Israel va mucho más allá de la propia solidaridad con el pueblo palestino, es una herramienta para detener la exportación de este modelo israelí de ocupación militar, segregación étnica y económica, guerra, represión y control social.
Nos tiene que servir para no convertirnos en cómplices comerciales de la barbarie, para que nuestra sociedad no se transforme en cada vez más discriminadora, para que la pesadilla de Orwell de una sociedad filmada y controlada no termine haciéndose realidad, para que no se levanten más muros que separen pueblos y escondan la pobreza, para que el arte de la tortura y la intervención militar urbana no se continúen desarrollando hasta llegar a nuestra casa o en cualquier otro sitio, para que nadie que pase sed tenga que contemplar el paisaje de una piscina desde el otro lado de una valla con sensores de alta tecnología.
Por Palestina, por los Països Catalans y para el conjunto de la humanidad, luchemos, gritemos, manifestémonos, escribamos, cantemos y votemos para el boicot a Israel.
Arnau Manresa es m iembro de BDS Catalunya (www.bdscatalunya.org)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.