El gobierno del PSOE sigue gobernando para los grandes empresarios, la banca y los especuladores y sus mercados y atacando sin pausa a trabajadores/as, pensionistas, estudiantes y desempleados/as. Al recorte de sueldo de los empleados públicos se ha sumado una nueva reforma laboral que facilita y abarata aún más el despido, la eliminación de la […]
El gobierno del PSOE sigue gobernando para los grandes empresarios, la banca y los especuladores y sus mercados y atacando sin pausa a trabajadores/as, pensionistas, estudiantes y desempleados/as. Al recorte de sueldo de los empleados públicos se ha sumado una nueva reforma laboral que facilita y abarata aún más el despido, la eliminación de la ayuda de 426 euros a desempleados sin subsidio y el anunciado «pensionazo» para el 28 de enero.
En este contexto, los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT se han sentado a negociar con el gobierno; negociaciones nada transparentes a las que se han sumado los empresarios y la oposición, incluyendo al PP. Sentarse a negociar en una situación como la actual de recortes antisociales generalizados, en la que es necesario un drástico cambio de rumbo político, significará más pérdidas de derechos; derechos conseguidos a base de grandes sacrificios por la clase trabajadora. La tan cacareada «paz social» significa, como se ha demostrado en los últimos años, más neoliberalismo, el desmantelamiento de los servicios públicos, más destrucción ambiental y la precarización del empleo. No basta con movilizar solo a delegados sindicales en protestas aisladas y de perfil bajo.
Frente a la actitud pactista de CCOO y UGT, desde En lucha / En lluita apostamos por una agenda de movilizaciones que obliguen al gobierno a legislar para que la crisis la paguen sus responsables, y no los y las trabajadoras. Las recientes movilizaciones de Grecia, Francia o Túnez muestran la potencialidad de la clase trabajadora en movimiento. La Huelga General del 29-S marcó un camino que debemos continuar.
En este sentido, aplaudimos y apoyamos las convocatorias de Huelga General para el 27 de enero convocadas por mayorías sindicales en Euskal Herria (ELA y LAB) y Galicia (CIG). Estas huelgas, como ya lo fue la Huelga General en Euskal Herria del pasado 29 de junio, muestran que hay una alternativa al pesimismo y a la negociación. Muestran que el camino de la lucha para plantar cara a los recortes puede ganar un apoyo masivo dentro de la clase trabajadora. Asimismo, entendemos la convocatoria de la CGT de Huelga General en Catalunya para el 27-E como una reacción a la dura situación de recortes y pasividad en la que nos encontramos, situación frente a la que hay necesidad de tomar la iniciativa. Apoyamos esta convocatoria, al mismo tiempo que, teniendo en cuenta las limitaciones de esta huelga, enfatizamos la necesidad de hacer convocatorias con tiempo, trabajándolas desde la base y de forma unitaria en los centros de trabajo. Debemos impulsar el 27 de enero en Catalunya y el resto del Estado como una jornada de lucha, propaganda y acción contra el recorte de las pensiones.
Estas huelgas, unidas a las movilizaciones convocadas en varias ciudades para el 22 de enero (por ejemplo, en Barcelona y Sevilla) son el camino para avanzar hacia otra huelga general con apoyo y base en todo el Estado. La izquierda sindical debe tomar el protagonismo convocando huelgas sectoriales y locales, y estrechar su coordinación a nivel estatal con reuniones que lleven a movilizaciones conjuntas. A la vez, debe establecer puentes con bases de CCOO y de UGT descontentas con las actuaciones de sus cúpulas sindicales.
Frente a los ataques gubernamentales lo último que necesitamos es un pacto global para acordar un recorte social múltiple legitimado por CCOO y UGT y que lleve a la «paz social» mientras los ataques continúan. Frente a los ataques gubernamentales, hace falta una agenda de movilizaciones. ¡Basta de negociar para perder derechos!