Palabras de malvenida, arrojadizas. Hay muchas, cada día más. Hoya Fría, Barranco Seco y El Matorral: los nombres de los Centros de Internamiento de Extranjeros de Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura rezuman desamparo. Otro ejemplo, monte del Renegado: en Ceuta, hace un año, 54 indios de origen sij se refugiaron en este monte tras abandonar […]
Palabras de malvenida, arrojadizas. Hay muchas, cada día más. Hoya Fría, Barranco Seco y El Matorral: los nombres de los Centros de Internamiento de Extranjeros de Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura rezuman desamparo. Otro ejemplo, monte del Renegado: en Ceuta, hace un año, 54 indios de origen sij se refugiaron en este monte tras abandonar el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) por miedo a ser repatriados. Allí siguen todavía, escondidos en siete campamentos para ponérselo un poco más difícil a la policía. El nombre de ese lugar, de la nada que los cobija, tampoco anima a quedarse.
«Palabras simples, / de arroyo, / de raíces, / que en vez de separarnos / nos acerquen un poco», reclama el poeta argentino Oliverio Girondo. Casa, por ejemplo. «Yo a tu casa, tú a la mía» señalan en su utópica invitación los 400 inmigrantes de diferentes países que viven en el CETI de Ceuta y sus 54 compañeros de India huidos. Quieren que pasemos juntos el próximo fin de semana en una acampada solidaria en el monte del Renegado. Muchos, la mayoría, llevan más de dos años en Ceuta, sin poder salir de esa ciudad, angustiados por la amenaza de una más que probable expulsión. La asociación Elín (www.asociacionelin.com), que trabaja desde 1999 en la acogida solidaria a inmigrantes, coordina esta iniciativa a la que ya se han sumado varios centenares de personas de todo el Estado.
Yo a tu casa, tú a la mía. Palabras y propuestas que arriman, juntan, transforman. Hay casas en las que se vive y casas vivas. Cuestión de gustos, tendencias, prioridades… Hoy, como siempre, no hay mejor saludo de bienvenida que un abrazo de puertas, una casa abierta.