Es el hombre arrodillado ante el otro, ante el mondongo; junco doblado a los pies del monstruo, de la pasión, de mamón, del eslogan… Un yo para ti, un a tu servicio militar, un tú mandas sin puertas ni mugas. Sumisión a tumba abierta, frontera borrada. Tú sin yo. En el Ayuntamiento de Bilbao hace […]
Es el hombre arrodillado ante el otro, ante el mondongo; junco doblado a los pies del monstruo, de la pasión, de mamón, del eslogan… Un yo para ti, un a tu servicio militar, un tú mandas sin puertas ni mugas. Sumisión a tumba abierta, frontera borrada. Tú sin yo.
En el Ayuntamiento de Bilbao hace tiempo que nos quedamos sin IU, sin programa anunciado en listas. Fue ilusión fenecida. Azkuna del PNV bailó a la virgen de Begoña, Julia Madrazo respondió amén y el alcalde se jaló con patatas su programa de bakalao. Desde entonces Julia Madrazo es tripa de Azkuna e IU recorrido de PNV. No hay réplica ni propuesta. Sólo un amén permanente, mera mueca de un rojo desteñido.
«La vivienda y el urbanismo constituyen un binomio inseparable. La vivienda es el hogar privado. El urbanismo es el hogar público de la comunidad. Nacen, envejecen y se transforman juntos. El urbanismo es el acondicionamiento exterior de la vivienda, que posibilita la vida y la relación de los ciudadanos. Y la vivienda buena es la necesaria, y accesible a todos los bolsillos, pues es un derecho constitucional. Pero se ha convertido en el objeto más preciado de la especulación. El ladrillo y su financiación, sobre todo en el Estado español, es el caballo en el que ha trotado la crisis. Se comprende que por él muchos ayuntamientos hayan pasado del superavit al déficit.
En Bilbo hay demanda de vivienda, mayormente por parte de los jóvenes mileuristas. Pero su valor está por las nubes. Existen 15.170 viviendas desocupadas. El 58% de las viviendas construidas en los últimos años están desocupadas. Con todo, no hay plan urbanístico que no abuse de la construcción masiva, sea de viviendas, de oficinas, de centros comerciales, etcétera. Eso sí, con pulcritud, camuflando el exceso poblacional con la arquitectura vertical», escribe Juan Mari Zulaika de la Federación de Asociaciones de Vecinos.
Julia Madrazo, portavoz de IU, ostenta el área de urbanismo en el ayuntamiento de nuestro Botxo y se nota, ¡vaya si se nota!, su amén.
Porque Bilbao ha cambiado, ha cambiado mucho: Ayer veíamos desde un banco de la calle o una senda del parque lo que hoy vemos desde un piso, que ronda los 200 kilos, la distancia, Artxanda, Enekuri, Santo Domingo…
Nos han taponado la vista callejera y se cobra peaje por la mirada larga.
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