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El arte sin artistas: contra el artista CEO

Fuentes: Sixty inches from center

Traducido del inglés para Rebelión por Sara Plaza

No basta con suprimir al adversario si no borras su memoria y su capacidad para organizar un proyecto alternativo… Frente a esta estrategia podemos entender que las tres funciones principales de los testimonios son acusar a los verdugos, recordar el sufrimiento y la épica, y animar a los otros combatientes en medio de la retirada. Una cuarta función… consiste en realizar un análisis racional de los problemas y los reveses sufridos… Sobre todo, acusar.

Ariel Dorfman, «Código político y código literario».

Para muchas de nosotras dentro del arte es algo familiar: recibimos un mensaje de LinkedIn en el que se nos informa de que alguien de nuestra red se ha convertido en CEO [director ejecutivo]. Se nos pide que hagamos click. Click click. «Propietario, Fundador, CEO de la Compañía Artística X». Otro recordatorio de lo profunda y estratificada que se ha vuelto nuestra lealtad al capitalismo neoliberal.

¿Es tierno, es patético o es cruel?

BFAMFAPHD y otros ya dejaron claro que los MFA [títulos de Maestría en Bellas Artes] son posgrados fundamentalmente objetables y cuestionables, y aquí vamos a desarrollar esta cuestión. Efectivamente, no valen para nada, y queremos investigar y subvertir el deseo de conseguirlos.

Sostenemos que tanto el MFA como el MBA son una manera de legitimar la producción capitalista, y conceden el derecho de convertirse en gerente y cobrar comisiones. Afirmamos que la función de ambos es resaltar y otorgar a unos pocos escogidos el derecho de obtener beneficios del trabajo inmaterial. Concuerda con los valores que la jerarquía del norte global multiplica: apreciar el trabajo inmaterial y solo a la gestión del trabajo material. Es decir: admiración por lo que tu cuerpo no tiene que tocar, y por tu capacidad para controlar el cuerpo del otro.

Este punto de contención no suele verse como fuente de vergüenza estética sino de éxito creativo y emprendedor. Nos hablan con orgullo de las ideas de los artistas, las ideas de los CEO. Nos cuentan con orgullo cómo nacieron esas ideas, cómo fueron pensadas. Estos son nuestros diseños más innovadores, nos dicen en revistas, anuncios y fotografías enmarcadas por cielos. Conceptualizamos, conceptualizamos, conceptualizamos. Como consumidores del norte global, aprendemos a no preguntar por el trabajo, los trabajadores, los subcontratistas (a menos que los subcontratados sean el objeto del montaje del artista). En los programas MBA/MFA somos adoctrinados para alcanzar, y elevar, la posición de gerentes.

El auge del MFA refleja el auge del MBA. Dicen que estamos locas al entender las coincidencias como conexiones. Así que leemos y leemos, profundizamos y profundizamos. Aunque, como Karen Finley nos recuerda a través de Jane Blocker: «Podéis leer vuestros jodidos libros. Pero todo sigue igual. No ha cambiado nada».

Esto es lo que los libros, la Internet y sus autores nos han enseñado hasta ahora:

-Los estudios universitarios de Escritura Creativa aparecieron en 1897 en Iowa, el posgrado de escritura se imparte en Harvard desde 1906. Los estudios universitarios de Bellas Artes en Chicago y Nueva York comenzaron a finales del siglo XIX, y los posgrados a comienzos de la década de los veinte del siglo pasado.

-La actual Escuela de Negocios de Harvard se fundó en 1908.

-El MIT creó su propio posgrado de negocios en 1925.

-En 1936 se creó el Programa de Escritura Creativa de la Universidad de Iowa (Iowa Workshop); la Escuela del Instituto de Arte de Chicago (SAIC, por sus siglas en inglés) fue acreditada en 1936.

-Título II de la Servicemen’s Readjustment Act, ley aprobada en 1944: La G.I. Bill proporcionó la infraestructura financiera para diseñar los programas universitarios tanto de escritura como de Bellas Artes.

-A finales de los cuarenta del siglo pasado, los MBA y los MFA se multiplicaron en las universidades. Los planes de estudios estadounidenses se exportaron a otros lugares y se establecieron programas de colaboración.

-En 2015, los programas MBA cuestan alrededor de 100.000-120.000 dólares y siguen aumentando.

-En 2015 existen programas MFA en prácticamente todas las universidades (la matrícula alcanza fácilmente los 30.000-100.000 dólares) y no dejan de multiplicarse.

-El MBA es un grado académico terminal.

-El MFA es un grado académico terminal. (No hay trabajos para artistas; la universidad y los sistemas de educación pública lo dejan claro. El arte no es una profesión, pero da lo mismo: seguimos haciendo posgrados.)

Las líneas de tiempo coinciden por una razón. Además de las fechas, también comparten ideología:

Lo que te enseñan los MBA:

ganar dinero : tu nivel salarial refleja tu productividad, y en el capitalismo eso es lo único que vales. Conforme vayas ocupando puestos más elevados se esperará de ti que también hagas ganar dinero a otros (inversores), utilizando la magia de las participaciones accionariales, que es otra manera de ganar dinero para ti. No dejes de ganar dinero. Tu patrimonio es lo que mide tu valor social. No importa cómo ganes dinero, simplemente gánalo. Eso es lo que cuenta.

una estrella dorada en tu currículo : es tu billete de entrada. No es barato, pero la recompensa es inmensa. No tendremos en cuenta los discutibles niveles de colocación al terminar el grado que proporcionan las estadísticas. Para aquellos que consiguen el empleo el número de ceros vuelve invisibles a los que están sin él.

gestión de redes : aquí es donde pones a trabajar esa estrella dorada. Estas son las fiestas donde tus amigos te dan trabajo. Lo mejor es tener tantos amigos como sea posible. 1.500 contactos cercanos parece un buen comienzo.

negociabilidad : la cima de tu valoración es que te seleccionen. El director de contratación de una empresa de la lista Fortune 500 puede ver si estás listo para ganar dinero. Ganar dinero para ti y para otros. No hagas preguntas difíciles. Sonríe, di patata, y gana dinero.

profesionalismo : algo de fachada es necesario. Asegúrate de que tu currículo tiene el formato adecuado y contiene algún detalle pintoresco, como tu afición por el senderismo o esa vez que trabajaste como voluntario en una organización que ofrecía «educación financiera» a gente pobre. Asegúrate de hacer algún curso en materia de «diversidad» para esquivar las demandas y la gestión de Relaciones Públicas que inevitablemente llegarán.

Lo que te enseñan los programas MFA:

estrella dorada en tu currículo : tus credenciales importan. Tu pedigrí importa. Tienes una placa y un arma, y puedes usarlas para acallar a los no iniciados. Mejor no usarlas por solidaridad, eso afecta al principio de escasez de mercado.

gestión de redes : acceso a curadores, galeristas, coleccionistas. Necesitas reconocer a la gente adecuada en las fiestas. Ellos tienen que sentirse cómodos a tu alrededor. No hay necesidad de disgustarles hablando de la revolución. Habla de lo mucho que te gustó cada una de las exposiciones que visitaste en el último mes, con independencia de su contenido. Muestra tu entusiasmo y admiración por todo tipo de producción. Muéstrate verdaderamente interesado en el modernismo, esas líneas limpias y suaves. No menciones nunca la sangre y el sudor de los marginados que esas líneas intentan ocultar.

negociabilidad : selección de galería. La ampliación de tu bienestar en el mercado. Se provocador, pero deja intacto el statu quo. Muéstrate agradecido por las «oportunidades» de realizar un trabajo no compensado. Agradece la «inversión» del dueño de la galería en ti. Nunca preguntes demasiado sobre el pasado de los coleccionistas. Todo el mundo tiene algo que esconder. Todo el mundo tiene inversiones dudosas en países ricos en petróleo. Todo el mundo tiene algún que otro vínculo con contratistas de defensa.

profesionalismo : afina tu declaración artística para crear tu marca del modo más convincente. Utiliza la retórica de la teoría crítica pero ignora sus implicaciones políticas. Ser «apolítico» es la posición que mejor cae. A los académicos les gusta que hables de fracaso porque así no hay que hablar de justicia. A los curadores les gusta cierto carácter juguetón, la curiosidad distante, porque así no hay que hablar de ética. A los galeristas les gusta que hables de estética para no tener que hablar de política.

ganar dinero (pero no admitas nunca que eso es lo que quieres)

¿A quienes celebran los MBA? : Steve Jobs, Bill Gates, Buffet, Koch, hombres blancos ricos.

(¿Y si manipular el capitalismo no fuera una señal de inteligencia sino perjudicial para la humanidad?)

¿A quienes celebran los MFA?: Hirschorn, Vanessa Beecroft, Richard Serra, Santiago Sierra, Catalan, hombres blancos ricos con objetos en museos.

(¿Y si replicar el capitalismo no fuera una señal de creatividad sino perjudicial para toda la humanidad?)

*

Celebran a quienes el sistema quiere reproducir. Hacen hincapié en el «riesgo», en las «ideas» para que aceptemos que lo inmaterial es lo más caro. Para que sigamos reproduciendo su lógica con nuestra práctica.

Los críticos de poesía establecen los vínculos por nosotros con cierta arrogancia, nos dicen con entusiasmo: «Recientemente, la CEO Vanessa Place fundó la empresa transnacional de servicios de información VanessaPlace, Inc. Su misión es «convertir el capital cultural en cultura capitalizada» recitando el mantra «somos lo que vendemos, vendemos lo que somos».

Y continúan: «El artista conceptual y el poeta conceptual se entrecruzan como gestores de información». La gestión se justifica organizando al Otro. Es su capacidad para externalizar la que justifica la gestión. Es su capacidad para transferir el riesgo la que justifica la gestión. Es su capacidad para permanecer libres de daño (bloqueadores) la que justifica la gestión. Gestores de algo en vez de trabajadores de algo; gestores de algo en vez de compañeros de algo.

Esta proliferación sirve para negar el trabajo como lugar de creatividad, y el cuerpo como lugar de riesgo.

*

Dentro de la lógica de la gestión inmaterial se encuentra la cosificación de la narrativa del arte como europeo, como producción masculina cisgénero, que le debe todo a la blancura [whiteness]. Estas son la clase de mentiras que siguen circulando.

«Los escultores indios han explorado el arte de la danza para expresar el movimiento a través de la forma con más rigor que ningún otro escultor, con la posible excepción de Degas en Francia«. -Pratapaditya Pal, en «A Collecting Odyssey: Indian, Himalayan, and Southeast Asian art from the James and Marilynn Alsdorf Collection».

Hemos alcanzado un punto en el que incluso la ejecución del trabajo resulta irrelevante. Lo único que importa es la idea. Estamos en un momento donde el arte permite hacer realidad el sueño capitalista. Ciertamente, Sol Lewit debió pensar que estaba liberando a los artistas del mercado, pero al mercado le gusta Sol Lewit. Y qué oportuno, justo a tiempo para celebrar el triunfo del capitalismo sobre el comunismo y el fin de la historia.

¿Por qué el trabajo se ha convertido en algo tan indeseable? Porque esta es la lógica del capitalismo, porque el 1% ha decidido que el trabajo es de lo que más se puede sacar y al mismo tiempo lo menos deseable. Lo que ellos valoran es el contenido de la producción: no paran de gritar que el contenido puede y debe separarse de la forma, de la producción.

Quieren que asistas a sus cócteles mientras tu mujer/tus ayudantes se quedan hasta tarde haciendo el trabajo. Del mismo modo que sus obreros (subcontratados, externalizados, invisibles) producen su riqueza.

El artista es el CEO. Separado del esfuerzo. Separado del trabajo. El trabajo manual exige sacrificio: nuestros cuerpos, nuestro tiempo. Exige una pequeña parte de nosotros mismos, de nuestras vidas, nos confronta con nuestra propia mortalidad. Existe un tipo de inmortalidad en las ideas: el mythos de la división cartesiana. Los pobres tienen cuerpo, se extrae su fuerza de trabajo. Los ricos se dedican a la gestión del patrimonio, el dinero hace todo el trabajo, generación tras generación.

El CEO elabora la declaración de principios, traza el curso, cartografía el paisaje de su propia dominación. Los trabajadores están en el campo, en el taller clandestino, en la fábrica de iPhones. Son ellos los que hacen los aparatos, las aplicaciones que transforman nuestras vidas, ¿y no tienen nada que decir? Son los ayudantes que coordinan los horarios, numeran los lienzos, copian y editan el código, instalan y corrigen. La lógica del capitalismo vuelve los cuerpos prescindibles y las ideas fungibles. Estos son sus valores.

*

Necesitamos inventariar de manera radical las estrategias contemporáneas que reinterpretan las ideologías del mercado capitalista. Necesitamos denunciar los nombres e imaginar futuros. Necesitamos enterrar los conceptos más apreciados por los capitalistas del arte. Réquiem por las «ayudantes del artista»

«Damien tuvo la idea; nosotros simplemente nos encargamos de la manufactura». – Ra chel Swainston, ayudante de Damien Hurst.

Necesitamos reflexionar sobre el género, sobre la autoría, sobre el poder. Y luego necesitamos decir adiós a las ayudantes del artista. Necesitamos reflexionar sobre lo que significa que el trabajo temprano de Dan Flavin fuera realizado por su esposa Sonja Flavin, sin reconocimiento alguno. O que Claes Oldenburg se valiera de la suya, Patty Mucha, para coser sus primeras esculturas blandas. O que Camile Claudel muriera en un centro psiquiátrico. No son opciones sin consecuencias. No son accidentes. Son elecciones que reflejan quién acaba siendo el autor y quién haciendo el trabajo manual.

No seamos Sheryl Sandburg. No «sostengamos» el patriarcado y el capitalismo. Incineremos a ese cabrón. Como artistas, como escritoras, como creadoras, utilicemos esa imaginación, esa inteligencia y esa creatividad que con tanto cuidado hemos cultivado e imaginemos/teoricemos/construyamos un mundo donde quien hace el trabajo manual sea tan importante como quien tiene las ideas. Un mundo donde dejemos atrás la jerarquía. El arte se beneficiará. Nuestras comunidades se beneficiarán. Nosotras nos beneficiaremos.

Réquiem por «la mano de obra subcontratada/forzada»

«Sí, eso es lo que pregunta la gente, si es posible [devolver el monumento]. El dinero que se gastó… va a costar mucho encontrar a alguien que lo financie. Fue verdaderamente caro» . -Eric Farmer, Presidente de la Asociación de inquilinos del complejo habitacional Forrest Houses, lugar del monumento efímero a Gramsci de Thomas Hirschorn en el Bronx, Nueva York, del 1 de julio al 15 de septiembre de 2013.

Este va a ser difícil. Aquí tendremos que echar abajo algunos ídolos. Tendremos que preguntarnos qué significa utilizar los cuerpos de otros, los cuerpos de un cierto género, de una cierta raza, los cuerpos de los más marginados, los cuerpos del sur global, para representar las ideas de los más privilegiados.

Vamos a decir algo que parece muy obvio, y sin embargo brilla por su ausencia. Primero, no hacer daño.

El arte que dice representar la justicia social, como el monumento a Gramsci que montó Hirschorn en el Bronx, no puede hacerlo explotando la mano de obra subcontratada, a los pobres y desplazados. Está corrompido desde el principio por la ideología de los opresores. Esto no es revolución, es un safari, una performance de la movilidad de los ricos y la inmovilidad de los pobres.

El arte no debería matar gente, como hizo en 1971 la Escultura No.3 de Richard Serra.

El arte que dice visibilizar las desigualdades sociales, raciales y económicas que existen en nuestras comunidades en general y en el mundo del arte en particular no puede valerse de la abyección de los impotentes y los indefensos, para azuzar a los poderosos, como hace Santiago Sierra en su película Los Penetrados (2010), en Línea de 250 cm tatuada sobre 6 personas remuneradas (1999) , o en Grupo de personas mirando una pared («representada» por mujeres sin hogar en la Tate de Londres, 2002). Está corrompido desde el principio por la ideología que pretende criticar. Es una re-actuación que solo tiene consecuencias negativas. El arte ha favorecido esto. Los museos son los mayores repositorios de riqueza del mundo.

*

Réquiem por el «Artista»

«Nunca me ha preocupado ni lo más mínimo ser reconocido. Somos colaboradores silenciosos. Nosotros no tenemos grandes ideas. Nos ridiculizarían si lo intentáramos. Hay muchos artistas mediocres y no quisiera ser otro más». – R ungwe Kingdon, que dirige una fundición en Reino Unido y trabaja para Hirst, Paolozzi, Chadwick y Gromley.

«Si mi propia actividad no me pertenece; si es una actividad ajena, forzada, ¿a quién le pertenece entonces?» -Marx, Manuscritos económicos-filosóficos.

Nosotras no somos novatas. Recorrimos vuestros paisajes y obtuvimos grados MFA. Escribimos desde el adoctrinamiento, nuestro proyecto es el sabotaje íntimo. Nuestro horizonte es la descolonización de la estética y del mundo. Hemos visto los paralelos entre los MFA y los MBA, y sus funciones cruzadas dentro del capitalismo neoliberal. Al igual que los MBA, sostenemos que el MFA es un grado que otorga a personas del ámbito artístico el acceso a las instituciones para convertirse en empresas (lo que cuenta y manda en el capitalismo estadounidense). Por supuesto, el MFA y el MBA no son la única manera de llegar a CEO, pero es un camino directo para ser ascendido a gestor del trabajo inmaterial y material.

El norte global ha dejado claro que el trabajo inmaterial, la gestión de lo inmaterial, es lo que tiene más valor de acuerdo a la escala de salarios, al cuidado que se pone en su representación, y a su posición jerárquica dominante. Nuestros actuales sistemas de valor han declarado la guerra absoluta a los que no tienen preparación («racializados»), a los subcontratados (pobres), a los cuerpos (feminizados) y a sus tareas. Estamos aquí para pedir y alentar prácticas culturales que incineren nuestro actual sistema de valor. Entendemos el «Arte sin Artistas» de modo afirmativo: como un sabotaje íntimo contra el fenómeno del «Artista CEO», contra la idea de CEO como cima.

El arte sin artistas se centra en el trabajo, en los objetos y en los sujetos que los hacen en lugar de centrarse en el mito de su inventor. El arte sin artistas resta prioridad al artista, y por restar prioridad entendemos que el artista es un obrero, un trabajador manual, y que no se vanagloria de esa posición. Lo que persigue el arte sin artistas es fundamentalmente eliminar la categoría de artistas. Ya tenemos algunos ejemplos: ahí están los movimientos de protesta como el 15-M en España, un movimiento en buena parte anticapitalista que está en la calle desde 2011. En «Los intelectuales y el 15-M: una modesta propuesta para autoabolirnos», Luis Martín-Cabrera propone:

«[H]a llegado el momento de invertir la mirada, ha llegado la hora de suspender el goce infinito que proporciona el voyeurismo intelectual, dejemos por un minuto de mirar obsesivamente a la plaza, invirtamos el campo visual, mirémonos ahora a nosotros mismos mirando, o incluso mejor, dejemos de una vez por todas que el movimiento 15-M nos mire a nosotros, seamos objetos y no sólo sujetos del análisis».

Despriorizar el intelectualismo, el quehacer inmaterial, la «invención», como la práctica más radical posible. La abolición de esas actividades será a costa de la tradición y los mitos que acompañan al Artista, pero estamos convencidas de que esta abolición no afectará las fracturas de la producción cultural, del hacer, ni del arte para sobrevivir.

A propósito de las asambleas del 15-M, Martín-Cabrera sugiere:

«[C]uanto más avance el 15-M más necesario será abolirnos, no por ‘antiintelectualismo’, sino porque lo más intelectual que podemos hacer ahora mismo es, aunque el ego se resienta, acudir a las asambleas, aportar lo que buenamente podamos a las comisiones con humildad, escuchar de tú a tú, hablar sin apellidos ni título y, como mucho, sentirnos orgullosas de lo que hacemos igual que un carpintero se siente orgulloso de la mesa que ha construido. Obreras de la palabra, no señores respetables, a cada cual según su necesidad, de cada cual según sus destrezas».

No es una coincidencia que #BlackLivesMatter [#LasVidasNegrasImportan] surgiera fuera del circuito de galerías, no es una coincidencia que [la feria de arte] Art Basel se celebrara mientras se sucedían las protestas en Ferguson: no es una coincidencia que los miembros de Basel ni siquiera se plantearan cancelar las fiestas, las ventas, las exposiciones, no es una coincidencia que los participantes no necesitaran #shutitdown. No son coincidencias sino muestras explícitas de lealtad. Los artistas CEO, el hecho de encumbrar la gestión inmaterial, se oponen a un mundo ennegrecido [blackened] y descolonizado. Se trata de ideologías contrarias, y pensar que ambas pueden estar vigentes y coexistir de manera amistosa en esta coyuntura histórica es un mito que nosotras, como escritoras, como artistas y creadoras, debemos abolir. Esta es la tarea que tenemos el privilegio de asumir al ocupar esas posiciones.

No necesitamos confiar en un sistema fracasado de difusión en galerías y museos, que celebra lo inmaterial. No se puede confiar en los artistas que funcionan con la lógica del CEO. No podemos confiarles la fabricación de las armas que necesitamos para incinerar este sistema; eso es lo único que su tradición y sus mitos nos han demostrado hasta el momento.

Nuestro horizonte es el arte sin artistas: el trabajo y los cuerpos. El arte sin artistas hacia la emancipación.

Eunsong Kim y Maya Isabella Mackrandilal son escritoras y educadoras. Eunsong es investigadora y vive en el sur de California. Ha colaborado en numerosas publicaciones como por ejemplo AAWW’s The Margins, Model View Culture, Iowa Review, Seattle Review, Tinfish y Denver Quarterly. Se la puede contactar a través de @clepsydras. Maya es una artista afincada en Chicago. Se licenció en Artes de Estudio (Universidad de Virginia) y obtuvo el MFA de la Escuela del Instituto de Arte de Chicago. Miembro de la Coalición de Artistas de Chicago, tuitea sobre arte, raza, género y cultura pop @femme_couteau.

Fuente: http://sixtyinchesfromcenter.org/magazine/art-without-artists-against-the-artist-ceo/