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El asalto del PP a la televisión pública

Fuentes: Mundo Obrero

El Partido Popular ha lanzado el asalto definitivo a los servicios informativos de Televisión Española, la mayor televisión del país y una de las emisoras en español más importantes del mundo. El partido del Gobierno ha sustituido a los peones de corte tecnocrático y «moderado» que había ubicado en la dirección de TVE por piezas […]

El Partido Popular ha lanzado el asalto definitivo a los servicios informativos de Televisión Española, la mayor televisión del país y una de las emisoras en español más importantes del mundo.

El partido del Gobierno ha sustituido a los peones de corte tecnocrático y «moderado» que había ubicado en la dirección de TVE por piezas descaradamente derechistas y al servicio del proyecto más reaccionario del PP. Los nuevos jefes de TVE ejecutan ahora la fase final de la ofensiva, con cambios en la columna vertebral de la redacción y los telediarios. Los trabajadores asisten entre la indignación, la rebelión y la impotencia a la configuración de un régimen marcado por el sectarismo, la incompetencia y la «limpieza» ideológica al servicio del partido del poder. Es el resultado de más de dos años de gestión de direcciones populares al frente de una empresa pública de 6.500 empleados.

Para comprender el alcance de las medidas que están adoptando los actuales gestores de TVE conviene echar brevemente la vista atrás y detenernos en el funcionamiento de esta televisión.

La sustitución de Leopoldo González-Echenique por José Antonio Sánchez en la presidencia de la Corporación RTVE en septiembre de 2014 marca el inicio de este asalto final. González-Echenique, un abogado del Estado sin ninguna experiencia previa en el sector audiovisual, había sido nombrado en junio de 2012 a instancias de la vicepresidenta del Gobierno. Es la misma Soraya Sáenz de Santamaría la que ubica en la jefatura de informativos de TVE a Julio Somoano, periodista procedente de Telemadrid, que configura un equipo de dirección con gente de la propia empresa -Sergio Martín (RNE) en el Canal 24 Horas; Jenaro Castro (TVE), en informativos no diarios- y algunos fichajes, como el de su número 2, José Gilgado, también procedente del canal autonómico de la Comunidad de Madrid.

Somoano y Gilgado formaban parte en Telemadrid de lo que se llamó «el lado oscuro». Se trataba de un grupo de trabajadores -principalmente periodistas- claramente identificados con el PP de Esperanza Aguirre. Sus enemigos eran sus propios compañeros, no «peperos» y, desde luego, los representantes de los trabajadores, que denunciaban la deriva ultra que iba tomando el canal autonómico y que terminó convirtiéndolo en residual, como es hoy.

El nuevo jefe de informativos llega a TVE con esa vitola pero actúa de otra manera. Somoano introduce cambios en las ediciones de los Telediario. Coloca a Elena Ochoa (TVE) al frente del TD-1 (15:00) y a Cristina Almandós (Canal 24 Horas) en el TD-2 (21:00). En el Telediario de Fin de Semana ubica a su amiga personal María Eizaguirre (redactora de RNE) y en el Matinal mantiene a José Luis Agudo, nombrado por la dirección anterior. Somoano también toca las áreas: Cristina Ónega en Nacional, Silvia Rodríguez en Economía, Cristina Alcaine en Sociedad, Diego Arizpeleta en Internacional… Son todos trabajadores de la casa y no particularmente marcados ideológicamente. Es decir, Somoano, que viene ensombrecido por su pasado en Telemadrid, selecciona a unos profesionales de corte más bien técnico con el objetivo declarado de hacer unos informativos «blancos», no molestos para el Gobierno y el PP, pero también el PSOE. La orden extendida es «no tocar los cojones».

Así funciona

Aquí es necesario fijarse en la organización interna de TVE. El motor de la redacción de TVE son los Telediarios. Un Telediario tiene un jefe (el editor), y unos adjuntos, cada uno de ellos ocupado de un área (Nacional, Economía, Sociedad, etc.). El editor es el que decide el orden, la forma y la duración de las noticias del informativo. Qué se pone en un telediario es su decisión, a la que llega tras reunir a su propio equipo con los jefes de las áreas, además de miembros de la dirección de informativos. Su trabajo, después, consiste en revisar y corregir a su gusto los textos de las crónicas antes de que sean grabadas Normalmente, en TVE, el editor sólo hace esto con las crónicas (piezas, breves) de Nacional. Sus adjuntos se ocupan del resto aunque el editor tiene poder sobre todo el Telediario.

La elaboración de las informaciones corresponde a las áreas. El jefe del área o sus adjuntos proponen los temas del día al telediario. También revisan el trabajo de los redactores asignados a la sección. Estos pueden proponer temas, pero lo habitual es que se les encarguen tareas.

En el día a día, pues, los telediarios piden, las áreas ejecutan, pero también opinan. Y pueden presionar, de ahí la importancia de los jefes de área y sus adjuntos. Un ejemplo, con IU de protagonista. El editor del TD pide una batería de totales (fragmentos de una entrevista, rueda de prensa…) con reacciones de políticos a un asunto determinado. El área dice: tenemos PSOE, PP, IU, CiU y PNV. El editor dice entonces: sólo quiero PP y PSOE, al de IU y a los nacionalistas no los quiero meter. Aquí el área -jefe, adjuntos- puede callarse o presionar, insistir. La decisión final será del editor, pero difícilmente tomará una que contravenga una posición firme del área, en este caso de ejemplo incluir a IU y a los nacionalistas.

De vuelta a los primeros tiempos de Somoano, hemos visto cómo el jefe de informativos controlaba a los editores, los ejecutores de sus ideas, y había nombrado a los jefes de área con gente de la casa. ¿Controlaba Somoano todo lo que salía en el Telediario? Mucho sí, pero todo, no. La razón: el ritmo propio de una redacción orgullosa y acostumbrada a trabajar con una notable independencia, como había ocurrido en la gestión de Fran Llorente, antecesor de Somoano. Los periodistas de TVE no consiguen, sin embargo, evitar el tono general cada vez más desvaído y progubernamental de los telediarios, lo que tiene un impacto en los índices de audiencia, cada vez más negativos.

Entre septiembre de 2013 y enero de 2014, Somoano cambia a los editores del TD1 (cesa a Elena Ochoa por Enrique Muñoz, que viene de RNE), el TD Matinal (Alfredo Menéndez había sustituido a un dimitido Agudo, y Menéndez se va a de presentador estrella a RNE, de donde llega Víctor García) y el TD Fin de Semana (Ana Marta Ersoch, del Canal 24 Horas, sustituye a Ángeles Bandrés, que se ha ido a RNE). La editora del TD-2 es desde hace meses María Eizaguirre. Ha asumido el puesto de Almandós después de que esta, por decisión propia o sugerida por Somoano/Gilgado, relegase la información sobre la masiva Diada de Cataluña de 2012 a una posición retrasada en el informativo. También cambia a la jefa de Nacional: Ónega se va al CGPJ de jefa de prensa y trae de RNE a Luis Javier Alcalá, que no tiene la más mínima experiencia en información política nacional y es conocido en RNE por sus entrevistas-masaje a alcaldes y altos cargos del PP. En Sociedad también cambia: ubica a Mavi Doñate, conocida y respetada reportera, al frente del área.

Vuelta de tuerca

Así se llega a octubre de 2014. Ese mes, el presidente de la Corporación dimite. Leopoldo González-Echenique no consigue el aval de Hacienda para sus planes financieros para RTVE y deja el puesto. En su lugar, el gobierno nombra a José Antonio Sánchez, periodista que ya dirigió RTVE con el PP en otra etapa (2002-2004) y que en ese momento era presidente de Telemadrid. Sánchez es un hombre muy cercado al partido del gobierno, del que llegó a cobrar por servicios prestados en su etapa de redactor del ABC -razón por la cual sale en los «papeles de Bárcenas». El nuevo presidente de RTVE viene, además, de ejecutar un ERE salvaje en Telemadrid (861 trabajadores despedidos) y de impulsar una política informativa absolutamente volcada con el PP madrileño. José Antonio Sánchez, a diferencia de Echenique, no es un hombre cercano a Soraya Saenz de Santamaría. Tampoco es lejano. JAS es, simplemente, un hombre del PP.

José Antonio Sánchez destituye a Somoano como jefe de informativos el 29 de octubre. En su lugar nombra a otro José Antonio, en este caso a José Antonio Álvarez Gundín, hasta ese momento jefe de opinión del diario ultraconservador La Razón. Álvarez Gundín era también tertuliano habitual de programas de TVE y RNE. No tenía la más mínima experiencia en televisión.

El nuevo jefe de informativos de TVE toma dos decisiones fundamentales en sus primeros días en el puesto. Mantiene a José Gilgado -número dos de Somoano- en el equipo directivo, aunque le rebaja un puesto. De número dos coloca a Carmen Sastre, hasta ese momento Defensora del Espectador, pero mucho más conocida por haber sido la jefa del área de Economía en tiempos de la huelga general de 2002, cuya lamentable cobertura dio lugar a una sentencia condenatoria contra TVE y que culminó con la lectura de la misma por el entonces jefe de informativos, Alfredo «c punto c punto o punto o punto» Urdaci. Gilgado y Sastre -ambos de un perfil muy derechista- son los nuevos ejecutores de las órdenes del jefe de informativos de TVE.

Esta nueva dirección poco en tomar las decisiones. Ana Marta Erscoh es cesada como editora del TD-Fin de Semana, de donde también se saca al presentador catalán Oriol Nolis. En su lugar nombran a Pedro Carreño (ex Telecinco, ex jefe de prensa del Banco Popular, ex RNE y ex Canal 24 Horas) nuevo editor-presentador del telediario de los sábados y domingos. Carreño tuvo un paso especialmente traumático por RNE en el año 2012: como jefe de economía mantuvo una relación constantemente conflictiva con los integrantes del área; como director de Radio 5 ejecutó cambios rechazados por la redacción y logró llevar a la emisora a mínimos históricos de audiencia.

El viernes 28 de noviembre cesan a los jefes del área de Sociedad y al de Internacional y piden las cabezas de los correspondientes adjuntos. Aceptan la dimisión del jefe de Cultura. Destituyen a dos de las tres adjuntas de Nacional (la tercera dimitirá a los pocos días). Y se topan con la dimisión de la jefa de Economía tras obligarla a prescindir de sus adjuntos. Los ceses agitan a la redacción, cuyos miembros se indignan definitivamente cuando conocen a los sustitutos: Alejandro Alcalde, ex jefe de la Redacción Central de RNE y exeditor del Diario de las 2, y Paco Arjona en Sociedad. Ninguno tiene experiencia en televisión. Ambos son del lado más oscuro del poder «pepero» en RTVE. Alcalde fue denunciado insistentemente por el Consejo de Informativos de RNE en su etapa de editor por sus burdas manipulaciones de las noticias y sus veleidades poéticas: cerraba su informativo con una alocución entre literaria y periodística absolutamente delirante que le valió, también la censura del Consejo de Informativos.

Estas decisiones se conocen justo al término del TD1 de ese 28 de noviembre, en torno a las cuatro de la tarde. Causan conmoción y los trabajadores se reúnen improvisadamente por los pasillos. Los corrillos dan paso a una asamblea en la que participan decenas de personas. Se propone hacer una sentada ante los despachos de la dirección de informativos. Y se hace. Y se hacen fotos y se crea la etiqueta #blackfridayRTVE, que tiene inmediatamente un gran éxito en Twitter. Los trabajadores de TVE saben que lo que ha ocurrido no es un simple cambio de cromos, unos relevos naturales por la llegada de una nueva dirección. No: al tocar las jefaturas de las áreas y sus adjuntos se está tocando la médula espinal de la redacción. Y se está haciendo con el fin descarado de controlar lo que Somoano no fue capaz de dirigir.

La semana siguiente a las destituciones se conocen otros nombramientos de adjuntos. Todos o casi todos tienen en común que se trata de personas de perfil bajo y dócil, desconocedoras del puesto y por tanto fácilmente manejables, cuando no absolutamente incompetentes. Además nombra jefa de Economía a Cecilia Gómez Salcedo, antigua asesora de una consejera del PP en el Consejo de Administración de RTVE más conocida por haber realizado una lista negra de trabajadores y representantes de trabajadores rebeldes, sindicalistas y con influencia en la redacción. La jefa de la sección que elabora las noticias sobre el paro, la deuda, las hipotecas, las huelgas, esa persona es una comisaria política que ha «denunciado» la adscripción política o ideológica de sus compañeros.

La mano que mece la cuna

¿Quién está detrás de todos estos cambios? Desde luego el responsable último es José Antonio Sánchez y su jefe de informativos, José Antonio Álvarez Gundín. Pero en los nombres de algunas de estas incorporaciones se distingue la impronta de Manuel Ventero, exdirector de RNE y ahora director de comunicación y relaciones institucionales de RTVE.

Ventero mantiene una excelente relación personal con Sánchez pero, sobre todo, fue el cabecilla del grupo de trabajadores de RNE y TVE que durante meses se reunió con María Dolores de Cospedal y sus asesores para detallar el desembarco del PP en RTVE tras su triunfo electoral de 2011. Ventero fracasó absolutamente en su etapa al frente de RNE -consiguió perder un tercio de los oyentes de la emisora en apenas un año- y su pésima gestión se coronó con una masiva recogida de firmas de trabajadores en su contra. Por esso fue cesado, aunque el entonces presidente Echenique tuvo que recolocarlo donde está ahora, y desde donde ahora dirige en la sombra el verdadero buque insignia de RTVE, los servicios informativos de TVE.

Ventero, Juan Roldán (responsable de los centros territoriales), Alejandro Alcalde, Pedro Carreño, Paco Arjona: son esos los nombres de quienes prácticamente hundieron RNE entre 2012 y 2013 y que ahora ocupan posiciones clave en TVE para hacer de esta televisión un ariete del PP y su Gobierno. Para ello mentirán, manipularán y retorcerdán la realidad si hace falta. Ya saben lo que es. En 2004, en marzo de 2004, el 11 de marzo de 2004, Manuel Ventero era director de informativos de RNE; Juan Roldán, su subdirector; y Alejandro Alcalde era el editor del «Diario de las 2» de aquel día en el que estallaron los trenes de Atocha y, con ellos, la verdad y la decencia en el Gobierno y los medios que usurpó a los ciudadanos.

El desembarco de los secuaces de Ventero, del jefe de opinión de La Razón, de la fiel secuaz de Urdaci… no es sino la culminación de una toma del poder en RTVE por parte de personas que no ocupan esos puestos por su valía profesional. En Televisión Española mandan hoy comisarios políticos, comisarios al servicio del PP y su Gobierno, no de los ciudadanos que les pagamos las nóminas. Están al servicio de un proyecto político y económico reaccionario, neoliberal y autoritario. El prestigio de antaño de TVE no les importa. Ni la credibilidad. Sólo piensan en movilizar al electorado más derechista del PP hoy desencantado con el partido a un año de las elecciones. Para eso no ahorrarán en ceses, destituciones y nombramientos alejados de cualquier criterio profesional o de calidad. Acabarán con todo. Es la guerra y ya han tomado la trinchera.

Fuente: http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=4398