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Recopilación de textos en respuesta a “El atentado de Barajas y la megafonía del Párking” de Javier Mestre

El atentado de Barajas y la (ir)responsabilidad del Estado

Fuentes: Rebelión

El artículo (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=45233) de Javier Mestre publicado ayer en Rebelión, ha levantado cierta polémica entre algunos lectores del periódico por sus afirmaciones y sobre todo por su tono beligerante y despectivo hacia otros textos aparecidos en este mismo medio. Para empezar Mestre parece desconocer las declaraciones del padre de Diego Armando Estacio -una de las […]

El artículo (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=45233) de Javier Mestre publicado ayer en Rebelión, ha levantado cierta polémica entre algunos lectores del periódico por sus afirmaciones y sobre todo por su tono beligerante y despectivo hacia otros textos aparecidos en este mismo medio.

Para empezar Mestre parece desconocer las declaraciones del padre de Diego Armando Estacio -una de las víctimas del atentado de Barajas- a www.ecuadoruniversal.com, en las que aseguró que la novia de su hijo avisó a la Policía más de veinte minutos antes de la explosión de que éste se encontraba en el interior del aparcamiento. Las fuerzas de seguridad ni dejaron pasar a la joven ni tomaron en consideración su demanda. Por esa razón, el padre del fallecido lamentó que en el párking del aeropuerto no hubiera sistema de megafonía para dar la alerta, y que la policía no recorriera los coches, puesto que tuvieron tiempo de hacerlo, lo que habría salvado a su hijo. [Existe una entrevista grabada en vídeo y que puede consultarse en http://www.youtube.com/watch?v=nFWLYTHE9Ds].

Pues como recuerdan las cartas de contestación a su artículo, una vez que la terminal estaba cerrada y desalojada ¿qué impedía el uso de la megafonía para avisar a las dos personas que se hallaban en su interior?

Transcribimos a continuación cuatro de las colaboraciones recibidas como respuesta a la opinión de Javier Mestre.

Barajas: la ausencia de megafonía si fue un grave fallo de seguridad
Sabino Cuadra Lasarte

Algunos hemos escrito que la ausencia de megafonía en la Terminal 4 denotaba importantes problemas de seguridad para sus usuarios. Más en concreto, en una colaboración enviada a Rebelión («Barajas: ocho flashes«) afirmábamos entre otras cosas que, a la vista de la existencia en esa misma zona de cámaras de grabación, sacábamos la conclusión de que «las medidas de seguridad tenían más que ver con el control de sus usuarios que con su propia seguridad. Hay cámaras -decíamos- para grabarlos, sí, pero no megafonía para avisarles de posibles peligros. ¿Qué concepción de la seguridad es ésta?».

Por el contrario, Javier Mestre, en una colaboración enviada también a Rebelión, titulada «El atentado de Barajas y la megafonía del Párking» afirma que mencionar la negligencia en esto supone hablar «… sin ningún fundamento y con una asombrosa frivolidad». Añade finalmente que es aconsejable pensar las cosas cuando se opina a fin de «no decir tonterías al respecto». En apoyo de ello, aduce sus consultas con fuentes sanitarias y de la policía.

Justifica su postura diciendo que haber anunciado por megafonía la evacuación de la T4 en Barajas, en un lugar donde hay todavía atrapados 1.300 vehículos en el aparcamiento, hubiera supuesto, con un algo margen de probabilidades «que la salida del aparcamiento se hubiera colapsado y vete tú a saber, visto el cráter que produjo la explosión, cuanta gente habría muerto defendiendo su exiguo patrimonio». Añade, junto a ello, que los protocolos de emergencia en caso de bomba establecen que la evacuación debe ser tranquila, silenciosa y ordenada, y dirigida a viva voz, cara a cara, por los servicios de emergencia.

Pues bien, a pesar de sus especializados asesoramientos, pienso que los mismos, y su propia opinión, están bastante escorados en un sentido favorable al siempre manido argumento policial de que «las instalaciones estaban bien, aquí no ha pasado nada y todo se ha hecho según las normas previstas». Pues no señor, lamento discrepar. Veamos.

1.- La inexistencia de megafonía en la zona, al margen de la utilización que pueda hacerse de ella, denota, en mi opinión, un importante fallo de seguridad. ¿O es que acaso la inexistencia de la misma es algo positivo de cara a aportar algo en un caso como el del atentado de la Terminal 4? ¿Debe servir tan solo la megafonía para decir que se han perdido niños de cinco años o que se ha extraviado una maleta? ¿En una concepción sensata y racional de la seguridad de un aeropuerto carece la megafonía de cualquier tipo de utilidad?

2.- Afirma Javier Mestre que los protocolos de emergencia en caso de bomba establecen que la evacuación debe ser tranquila, silenciosa y ordenada y dirigida de viva voz. De acuerdo. El empezar a berrear que hay una bomba puede provocar una catástrofe. Pero supongamos ahora que después de realizar esa evacuación tranquila y ordenada y de haber desalojado la zona, anunciamos por megafonía, por si el anterior trabajo no ha sido suficiente, que existe un peligro en la zona y que se ruega-ordena a todo el mundo que allí pueda encontrarse que debe abandonar urgentemente el lugar. ¿Sería útil este servicio de megafonía? ¿Su utilización crearía atascos peligrosísimos, una vez que ya ha sido practicada la evacuación general de la zona?

3.- Sigo afirmando pues que la existencia de una instalación de megafonía en estas zonas debería ser contemplada como un elemento imprescindible en todo planteamiento que tenga que ver con su seguridad. Sigo afirmando que, caso de haber existido en la Terminal 4, hubiera posibilitado que las muertes de los dos ecuatorianos quizás nunca se hubieran dado. Y sigo afirmando, y termino, que la concepción de seguridad de estos aeropuertos, centros comerciales, grandes instalaciones y similares, en buena medida tienen más que ver con el control de las personas (para eso existen ya cerca de dos millones de cámaras de seguridad en todo el Estado) que con su propia seguridad. No es casual que en todos estos centros funcionen mucho mejor estas instalaciones de grabación que las escaleras de incendio y salidas de emergencia, los sistemas de extinción, el cumplimiento de normas obligatorias en materia de seguridad, etc… Por eso pienso, que todos los consejos sanitarios y policiales que le han dado a Javier Mestre son un tanto interesados y tendenciosos. España no va bien, compañero. Y las instalaciones de seguridad que carecen de servicios de megafonía, tampoco.

Sobre atentados, megafonías y evacuaciones
Manuel Caminante ([email protected])

Quiero contestar a las líneas publicadas por Rebelión y firmadas por Javier Mestre el día 22 de enero, tituladas «El atentado de Barajas y la megafonía del Parking».

Aclaro que me incorporo al debate muy tarde y, por imposibilidades técnicas, no he leído los artículos a los que hace referencia Javier Mestre y que, supuestamente, pretende contestar.

Pero donde acumulo bastante conocimiento es sobre protocolos de evacuación, situaciones de emergencia y catástrofe. Y aunque algunas de las afirmaciones de Javier son ciertas, están incompletas. Igualmente habría que debatir sobre si estos protocolos nos tratan como a personas maduras o parten del supuesto de nuestra inmadurez, tratándonos como a ignorantes peligrosos. No olvidemos que, en su mayoría, estos protocolos son importados de los USA y están muy impregnados del mito del ‘caos egoísta de la masa’. ¿Acaso fue egoístamente caótico el comportamiento de ‘la masa’ en Atocha, tras los atentados del 11-M?… al contrario, la solidaridad afloró masivamente.

Pero, sobre todo, Javier debería plantearse esto desde una perspectiva crítica: ¿cómo evitar la muerte de las personas que allí quedaron? No me vale decir que los protocolos no lo contemplan… pues nosotros si.

Faltan ideas en su texto y sobran insultos, testosterona y tergiversación. Usar la megafonía del párking de la T-4 (sólo la del aparcamiento cuyos accesos peatonales y vehiculares están cerrados por los encargados de seguridad), con un mensaje claro, y repetido, de que el aparcamiento de la terminal está cerrado y que hay que evacuarlo andando, jamás tendría los efectos que Javier afirma. Somos personas con criterio. Tenemos que partir de esa base, si no sólo nos queda el fascismo.

Aquí esta otra opinión, desde la experiencia de haber trabajado en equipos de emergencias y catástrofes en distintos continentes… pero, a pesar de todo y al fin y al cabo, una opinión como la de Javier, aunque en sentido contrario.

El atentado de Barajas y la megafonía del parking
Pedro Pérez Sola

Acabo de leer el artículo de Javier Mestre y de las tonterías a destiempo se pueden decir muchas cosas. A nadie se le ocurre hacer una evacuación a golpe de megafonía ni siquiera a consejo de la policía. Y nadie en sus cabales ha pedido eso. La construcción de la T 4 no hubiese disparado su presupuesto con un sistema de megafonía adecuado. Pero si lo hubiese tenido se hubiera podido usar. No hay que confundir los medios con su uso. Adecuado o inadecuado según las situaciones. Si en el momento en que la terminal se ha desalojado a viva voz, cara a cara, de manera ordenada y silenciosa, y cuando se ve que no ha quedado nadie, se usan los medios apropiados para terminar la tarea, seguramente las dos víctimas que estaban durmiendo en sus coches, su realidad social no les permitió llegar con un día de antelación o dormir en un hotel, se hubiesen salvado.

Por favor, se ruega se piensen las cosas cuando se opina, más que nada para no decir tonterías a destiempo y no ser tan beligerante con los que piensan diferente.

En respuesta al artículo de Javier Mestre sobre la megafonía del parking en Barajas
Antonio García Ruiz. Cooperante de los servicios de seguridad. Comisión Europea (Bruselas)

Brevemente (por razones de espacio):

– La megafonía (y un servicio de luces de aviso para las personas que no puedan oir) debe estar presente en todas las estancias de un edificio (parkings incluídos).

– Cuando en un área suenan las alarmas, nadie entra  (sólo se puede evacuar, ordenada y ràpidamente). Para conseguir ésto, están los servicios de emergencia y la policía (que ha sido avisada y puesta en alerta con anterioridad). En el caso del parking de la T-4, los conductores que en ese momento hubiesen entrado, estuviesen dentro o se dispusiesen a salir del parking, deben abandonar sus vehículos inmediatamente y salir del edificio. Durante una evacuación, los servicios de emergencia deben comprobar  personalmente que no queda nadie en las áreas a evacuar (incluídas escaleras, aseos, etc. ). Nadie debe volver atrás  para recoger ninguna de sus pertenencias.

-No se utilizan ascensores. Se comprueba que no hay personas con minusvalías. En caso de que las haya, los servicios de emergencia deben ocuparse de su evacuación.

-Después de la evacuación del área (que se ha dividido en sectores), cada responsable de sección debe informar a los responsables generales sobre el éxito (o incidencias) de la evacuación parcial de la estaba encargado.

Por éstas y otras razones que la falta de espacio me impide expresar, considero totalmente fundadas las críticas expuestas en los diferentes artículos y cartas de opinión que hemos podido leer éstos días en Rebelión. Puedo afirmar que no son frivolidades, tonterías, ni falta de fundamento en las críticas, como el señor Javier Mestre manifiesta.