El gasto militar mundial superó por primera vez los 2 billones de dólares en 2021, una cifra que crece por séptimo año consecutivo, y que alcanza de nuevo el mayor gasto desde la Guerra Fría.
El Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) ha publicado hoy los nuevos datos sobre el gasto militar global correspondientes al año 2021, cifra que crece por séptimo año consecutivo hasta alcanzar los 2,11 billones de dólares, 132.000 millones más que el año anterior. Este aumento del 0,7% en términos reales es el reflejo de los incrementos en los presupuestos militares aprobados por muchos gobiernos a lo largo de todo el primer año de la pandemia de la Covid-19.
Estados Unidos sigue encabezando por mucho el ranking de gasto militar mundial, que aunque disminuyeron sus presupuestos de defensa por primera vez en cuatro años (-1,4%), éstos siguen representando el 38% del total mundial. Le siguen en la lista, China, que acumula el 14% del gasto militar global y que aumentó un 4,7 por ciento su gasto militar respecto al año anterior; la India (+0,9 por ciento), Reino Unido (+3 por ciento), Rusia (+2,9 por ciento), Francia (+1,5 por ciento), Alemania (-1,4 por ciento), Arabia Saudí (-17 por ciento), Japón (+7,3%) y Corea del Sur (+4,7%). La suma de los gastos militares de los diez países que encabezan la lista, supuso tres cuartas partes del gasto militar mundial.
Si sumamos los gastos de los Estados miembros de la Unión Europea, el agregado es de 233.617 millones, el 11% del total, el tercer gasto más elevado del mundo, después de Estados Unidos y China. Esta cifra se sumará a los ya crecientes presupuestos de defensa de cada Estado miembro. En cuanto al gasto militar acumulado de los países miembros de la OTAN, vuelve a superar el billón de dólares y representa el 55% del total mundial. Casi todos los países miembro de la OTAN aumentaron sus presupuestos militares en el año 2021, 9 de los cuales han destinado un 2% o más de su PIB a gasto militar.
Estos datos muestran cómo la mayoría de los gobiernos decidieron aumentar su gasto militar, a pesar de encontrarse en plena emergencia sanitaria provocada por la Covid-19 que, en el momento en que se elaboraron la mayor parte de estos presupuestos, ya llevaba muchos meses causando estragos.
En el marco de los Días Global de Acción sobre el Gasto Militar (GDAMS por sus siglas en inglés), cuando se cumplen 2 meses desde el inicio de la guerra en Ucrania, la reconocida organización internacional de paz International Peace Bureau (IPB), junto con el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, han organizado una rueda de prensa para valorar los nuevos datos de gasto militar y pedir una reducción de los gastos militares mundiales y del Estado español, y que en vez de dedicar presupuestos a preparar la guerra, se dé un presupuesto a la paz como única forma de detener la guerra.
“El gasto militar obedece a un efecto dominó, por esa doctrina que hace que tú te rearmes si tu vecino se rearma. Todos los anuncios de países que deciden aumentar su gasto militar, incluso cumplir la demanda de la OTAN de alcanzar un gasto militar del 2% respecto al PIB, nos dan una referencia de que el próximo año veremos un gasto militar aumentado. Por tanto, los pronósticos en este sentido son claros, la prioridad en políticas públicas una vez más, no serán los cuidados, no serán las políticas sociales”, ha alertado Nora Miralles, presidenta del Centre Delàs d’Estudis per la Pau.
En cuanto al ámbito español, los nuevos datos publicados por el SIPRI muestran que España escala una posición en el ranking de países con mayor gasto militar en 2021, situándose en el 16º país que más gastó en ejército y armamentos del mundo, con una cifra de 18.079 millones de euros. Según los cálculos del Centre Delàs la cifra es aún superior y alcanza los 21.766 millones de euros, el equivalente a 59,6 millones de euros diarios, datos que tienen en cuenta aparte del presupuesto consolidado del Ministerio de Defensa, de 10.199.000€, el resto de gastos militares repartidos en otros ministerios que no se incluyen en los créditos de Defensa (lo que aconseja la OTAN en los países miembros), y el presupuesto finalmente ejecutado, superior al inicial.
Pere Ortega, investigador del Centre Delàs experto en gasto militar, en un análisis de los presupuestos aprobados para este año 2022 y los anuncios realizados desde el Gobierno español, ha añadido que “el Estado español ya tiene un presupuesto considerable para 2022, antes que estallara la guerra en Ucrania. Sólo el gasto militar aprobado para el Ministerio de Defensa es ya de 11.700 millones de euros, lo que supone un aumento respecto al año pasado de cerca del 8%. Siempre ha sido un ministerio privilegiado que ha visto aumentado su presupuesto año tras año, incluso por encima del aumento del IPC”. Además, según el cálculo del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, que visibiliza que el gasto militar no está sólo en los presupuestos del Ministerio de Defensa, sino también repartido en los presupuestos de otros ministerios, y que sigue además los criterios establecidos por la propia OTAN, el gasto militar español real para este año es de 22.949 millones de euros, 65 millones de euros diarios, más del doble de lo contabilizado por el Gobierno. “Si este gasto militar es ya de por sí una barbaridad, se le suma el anuncio de Pedro Sánchez de que el Gobierno intentará incrementar el gasto militar el próximo año hasta el 2% del PIB, tal y como exige la OTAN. Depende de cómo se hagan los cálculos, pero si parten del cálculo que hace el gobierno, actualmente el gasto militar español representa el 1,1% del PIB, por tanto el aumento anunciado sería de entre 13 y 15 mil millones más para el gasto militar en España en 2023”, ha apuntado Ortega, quien ha añadido que según los cálculos del Centre Delàs, el gasto militar español de este año ya representa el 1,8%.
Esta demanda se enmarca en una acción conjunta entre más de un centenar de organizaciones de la sociedad civil de diferentes países que han hecho público un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para que reduzcan sus gastos militares y, en su lugar, dediquen recursos a la construcción de paz y la seguridad humana y común.
“La curva de incremento del gasto militar anual coincide con la curva de incremento de los conflictos armados en el mundo, y esto nos lleva de inmediato a cuestionarnos qué entendemos por seguridad, si cuanto más armamos el mundo, más conflictos armados hay”, ha apuntado Kristian Herbolzheimer, director del Institut Català Internacional per la Pau. Desde Greenpeace, Javi Raboso, responsable de la campaña de Cultura de Paz de la entidad, ha añadido que «no es posible descarbonizar la economía sin desmilitarizar nuestras sociedades. Necesitamos reflexionar sobre nuestra dependencia de los combustibles fósiles, que dibuja una geopolítica endiablada y nos lleva en la dirección contraria a la que la emergencia climática requiere”.
“El militarismo es lo que nos ha llevado a esta situación, por tanto no cambiaremos mucho con más de lo mismo. Los países de la OTAN ya tienen un gasto 17 veces mayor que el de Rusia, por lo que no tiene ningún sentido aumentarlo más. Lo que necesitamos, por el contrario, es repensar las relaciones internacionales y lo que entendemos por seguridad”, ha alertado Quique Sánchez, miembro de la campaña global sobre gasto militar (GCOMS) del International Peace Bureau, que defiende que se den fondos a la seguridad humana y común como única forma de detener la guerra y construir paz.
Podéis consultar aquí los datos publicados hoy por el Stockholm International Peace Research Institute SIPRI.