El 16 de octubre se hizo público el patrimonio de los miembros del gobierno español. Su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, posee, incluidos los bienes inmuebles, 209.206 euros. A ellos hay que restarle una deuda de 80.847 euros. Apenas dos semanas antes, el 29 de septiembre, se supo lo que iba a cobrar como jubilación […]
El 16 de octubre se hizo público el patrimonio de los miembros del gobierno español. Su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, posee, incluidos los bienes inmuebles, 209.206 euros. A ellos hay que restarle una deuda de 80.847 euros. Apenas dos semanas antes, el 29 de septiembre, se supo lo que iba a cobrar como jubilación anticipada el consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, de 55 años: tres millones de euros anuales. Cifra que hasta ahora todavía era mayor, en 2008 percibió 4,6 millones de euros entre cantidades fijas y variables. Es decir, el banquero, sin trabajar, ganará cada mes una cantidad igual al patrimonio que ha acumulado durante toda su vida (incluidos cinco años de presidente) la persona que han elegido los españoles para gobernar el país.
A mi me parece una gran metáfora de nuestro sistema. Podemos elegir representantes, se supone que deben tener capacidad e inteligencia, y que con su trabajo deben ganarse nuestro reconocimiento. Además están obligados a dar la cara cuando se les requiera, explicar sus decisiones, responder a las criticas y las acusaciones. Pero este modelo económico a los que cubre de dinero es a otros que no los ha elegido nadie, no dan explicaciones, no sabemos si son inteligentes y capaces -astutos seguro que sí-. Es evidente que no tienen vocación de trabajo ni servicio público y que no son muy necesarios porque se jubilan a los cincuenta y cinco años.
Lo curioso es que el presidente que posee como todo patrimonio menos dinero de lo que cobrará de jubilación mensual el banquero, no le parezca una desvergüenza y no tenga ningún interés en cambiar este sistema. Los miembros de su gobierno tampoco consideran que esa situación merezca ninguna indignación. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, y el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, afirmaron que que se trata de una decisión empresarial que atañe a los accionistas del BBVA. Aunque algún otro ministro ha expresado alguna molestia, ninguno ha planteado cambiar la situación mediante legislaciones que intenten corregir que en plena crisis económica, originada desde la banca, un banquero se retire cobrando cada año un sueldo similar al total del de dos mil trabajadores no cualificados de ese mismo banco. Es evidente al servicio de quién están estos gobernantes.
¿Y el resto de los ciudadanos? La mayoría expresan su rebeldía con algo tan estúpido como ir diciendo que todos los políticos son iguales, que sólo buscan ganar dinero en sus cargos, por lo que no vale la pena cambiarlos. Y mientras tanto, el banquero gana cada mes tanto dinero como patrimonio tiene el presidente.
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