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Entrevista a Rafael Pineda, editorialista gráfico de El Chamuco

«El caricaturista empuja los márgenes de expresión, a veces con toda la rudeza necesaria»

Fuentes: Rebelión/Clarín de Chile

México DF.- En entrevista telefónica desde Veracruz, Rafael Pineda (1967), habla del humor gráfico durante la guerra de Felipe Calderón, en opinión del caricaturista Rapé: «Son épocas difíciles para la libertad de expresión, porque quieres decirle más de cuatro groserías a Felipe Calderón y en ocasiones no es posible, tienes que jugar con la inteligencia […]

México DF.- En entrevista telefónica desde Veracruz, Rafael Pineda (1967), habla del humor gráfico durante la guerra de Felipe Calderón, en opinión del caricaturista Rapé: «Son épocas difíciles para la libertad de expresión, porque quieres decirle más de cuatro groserías a Felipe Calderón y en ocasiones no es posible, tienes que jugar con la inteligencia para hacer una denuncia fuerte, pero de forma elegante. Lo valioso de la caricatura es que siempre encuentras la forma para denunciar las atrocidades del régimen político. Ante la censura, debes ejercitar el músculo de la creatividad; el caricaturista empuja un poquito los márgenes de expresión, a veces con toda la rudeza que se merece, como en la revista El Chamuco«.

MC.- Los tres referentes del humor gráfico en Xalapa (Veracruz) son Helioflores, Patricio Ortiz y Rapé; Helioflores estudió arquitectura, Patricio se formó en los talleres del Fisgón; ¿y tú, dónde aprendiste a dibujar?

RP.- Soy autodidacta, como casi todos los caricaturistas comencé a dibujar desde chiquito, pero nunca fui constante; soy hijo de una maestra de artes plásticas, ella también era autodidacta y sabía pintar muy bien. Siempre me gustó ver dibujar y pintar a mi mamá, hasta me pidió que fuera su ayudante para hacer escenografías y diseños en sus clases, incluso la ayudaba a calificar a sus alumnos.

En 1995 me fui a vivir a la Ciudad de México, entonces conocí a Helioflores en su casa del Distrito Federal, fue algo accidental porque el sobrino de Helio era mi mejor amigo y yo no sabía que su tío era uno de los mejores caricaturistas del mundo; quedé fascinado al verlo dibujar en su estudio, me encantó su técnica, él hacía sus caricaturas en tamaño doble carta, entonces recordé lo mucho que me gustaba dibujar, salí a la casa donde vivía en el DF y me puse a dibujar un cartón de Ernesto Zedillo escribiendo su segundo informe de gobierno, utilizando la cabeza de un indígena como lápiz y saliéndole estrellitas al indígena; al día siguiente le llevé el cartón a Helioflores, le pareció interesante y me dijo que continuara dibujando, lo comencé a frecuentar para mostrarle mis porquerías y Helio siempre fue amable conmigo, me impulsó en todo momento para seguir en el mundo del humor gráfico.

MC.- ¿Cuándo publicaste tu primer cartón político?

RP.- Un año después de mi amistad con Helioflores me atreví a enviar a la revista El Chamuco mi primer cartón -vía correo tradicional- eran unos monitos que se parecían a los de Helioflores, a pesar de su poca originalidad a los chamucos les gustó mi trabajo, después de enviarles caricaturas de forma irregular durante un año, les dejé mi dirección y teléfono, recuerdo que Antonio Helguera me habló para preguntar si quería ser monero, yo tenía 24 años y nada que perder, fui a la cita a la redacción de La Jornada, por fin conocí en persona a Helguera, Hernández y al Fisgón, antes de darme la mano me arrebataron mi carpeta y se pusieron a ver mi trabajo, me dijeron que todavía me faltaba pulir los detalles pero que aquí aprendería el oficio; Helguera comenzó a prestarme libros de caricaturistas argentinos y europeos para que copiara los dibujos como práctica, cada semana le llevaba la tarea, al mismo tiempo intentaba hacer mis propios cartones -yo estudiaba la licenciatura en comunicación social en la Universidad Autónoma Metropolitana-, pero descuidé el humor gráfico para poder titularme.

El Chamuco cerró el año 2000, así que comencé a publicar en periodiquitos de mala fama: México Hoy, Crónica y el remedo de Unomásuno; salí del anonimato cuando descubrí que podía hacer de los cartones dibujos animados, logré meter mi trabajo al programa de televisión Séptimo Día -en Canal 40-, pero por falta de pago no nos entendimos; llevé la propuesta a El Universal, les gustó porque la animación era algo nuevo en México y me aconsejaron que regresara al cartón político; el verano de 2001 firmé un contrato cubrir las vacaciones de Helioflores, por primera vez dibujé en un periódico importante, sin embargo no quería dejar de experimentar con los dibujos animados y la página web del semanario Proceso me dio la oportunidad de mostrar mis animaciones durante 5 años. Mientras tanto suplía a Nerilicón en El Economista y me dieron un espacio en la sección editorial por año y medio.

MC.- Los moneros Helguera y Hernández emigraron de Milenio Diario al semanario Proceso, ¿cómo te incorporaste al equipo editorial de Milenio Diario?

RP.- En 2005 me despidieron de El Economista por asistir a una manifestación contra el maíz transgénico -a la protesta me invitaron Helguera y Hernández-, entonces pasé por un pésimo momento económico -me había casado y ya era padre- para sobrevivir impartí clases de caricatura, colaboré en periódicos regionales, nunca fui bien visto, porque en provincia pretenden dictarte las ideas para los cartones políticos; el mismo año, entré al periódico Reforma, el problema es que nos ponían a concursar con otros caricaturistas -el monero titular es Paco Calderón- y el resto teníamos que pelear el espacio, además de la rotación semanal del editor, era agotador dibujar tres cartones diarios para ver cuál les parecía digno de publicar en Reforma, hasta que a finales de marzo de 2007 me habló Carlos Marín -2 años antes se habían ido Helguera y Hernández de Milenio Diario al semanario Proceso– y desde entonces trabajo en Milenio.

MC.- Además de Helioflores, Helguera y Hernández, ¿quiénes son tus influencias en el humor gráfico latinoamericano?, ¿recuerdas a los autores de los libros que te prestaban en El Chamuco?

RP.- Eran libros de los caricaturistas argentinos José Muñoz y Carlos Sampayo, me impactó el trazo del detective Syntek y la resolución gráfica del cómic; otra influencia fue Fontanarrosa, a pesar de que yo no soy humorista. No me da por revisar el trabajo de los demás, no sé si será un error, pero no me doy la oportunidad de escudriñar a conciencia el trabajo de los caricaturistas latinoamericanos y europeos, simplemente lo que cae en mis manos sí lo reviso concienzudamente, trato de hacer mi propio trazo, de encontrar mi estilo, confieso que nunca lo he tenido, siempre ha sido una imitación a Helioflores y Hernández, también me gusta Boligán, es que los veo todos los días y ellos son mis influencias directas en el humor y resolución gráfica, los tres: Helioflores, Hernández y Boligán son artistas.

MC.- Los moneros de México suelen frecuentarse demasiado, son una cofradía, los vemos juntos en la Feria del Libro de Guadalajara -en la ceremonia del premio «La Catrina»-, en las presentaciones del Chamuco en DF y ahora en el Encuentro de monos, moneros y otras monerías de Xalapa; ¿a quién te falta por conocer dentro del gremio del humor gráfico?

RP.- Es una relación de amistad, más que de maestro y aprendiz; nos sabemos toda nuestra historia personal -no sólo la profesional-, nuestros éxitos y fracasos, los amoríos y divorcios; estoy feliz con la relación que mantengo con los colegas moneros y me gustaría que fuera más cercana; a Patricio sí lo veo más seguido -por la revista y porque somos vecinos en Xalapa-, eso ya había pasado: Hernández vivía junto a la casa de El Fisgón en DF, los moneros estamos destinados a esa cofradía.

Me hubiera encantado conocer al Negro Fontanarrosa; también me hubiera gustado conversar con Freire -a pesar de que no comparto lo que hizo con su talento-; al caricaturista chileno José Palomo lo conocí en la FIL Guadalajara cuando recibió el premio La Catrina; poco a poco hemos compartido con los moneros de otros lados, de los cubanos me gusta: Ares; pero no me muero por conocer a nadie, dejo que la vida me sorprenda, no me esfuerzo por buscar, no sé cómo decirlo…

MC.- ¿No eres un groupie?

RP.- Exacto, así me pasó con la caricatura, la vida me puso delante de Helioflores y desde entonces quise ser caricaturista; cuando quiero algo sí me esfuerzo por conseguirlo.

MC.- Rapé, dices que todavía no encuentras tu estilo, ¿por qué te gusta recrear a los íconos de la cultura pop?, lo pregunto por tu reinterpretación de Los Pitufos, El Chavo del 8, El Agente 86, o Dr. House…

RP.- Trato de hacer parodias, como estoy imposibilitado para crear un personaje como los de Rius, Patricio y Trino que son humoristas natos, me he valido de lo que ya existe, como referencia para burlarme de cada imbécil en el poder, y para ridiculizarlos bien tengo que retomar un ícono muy famoso; esa técnica la aprendí de Hernández, con sus magníficos retratos y la crueldad de sus parodias.

MC.- La campaña de los moneros: «No + Sangre», repercutió en la opinión pública nacional e internacional, incluso fue copiada por el periódico deportivo Récord (26/08/2011), ¿cómo afectó tu trazo y humor gráfico la guerra de Felipe Calderón?

RP.- A nivel de técnica gráfica, nunca había dibujado tantas veces a Felipe Calderón, he aprendido a dibujar la sangre un poquito más real; son épocas difíciles para la libertad de expresión, porque quieres decirle más de cuatro groserías a Calderón y en ocasiones no es posible, tienes que jugar con la inteligencia para hacer una denuncia fuerte, pero de forma elegante; ahí es cuando me asomo a los libros de Naranjo, Ruis y Helioflores, porque ellos dibujaron en una época con mayor censura, lo valioso de la caricatura es que siempre encuentras la forma para denunciar las atrocidades del régimen político. Recuerdo que en El Economista teníamos prohibido dibujar a la esposa de Vicente Fox, entonces le hablé al director del periódico para saber si el problema consistía sólo en dibujarla, me dijo que sí, que era la única condición, así que fue más fácil criticarla sin dibujar su rostro, por los elementos alusivos de la «primera dama», han sido mis cartones más duros. Ante la censura, debes ejercitar el músculo de la creatividad; el caricaturista empuja un poquito los márgenes de expresión, a veces con toda la rudeza que se merece, como en la revista El Chamuco.

MC.- En noviembre de 2008, declaraste: «la caricatura política se ejerce con escasa libertad» (AVC Noticias) y ahora, ante la inminente aprobación de la Ley de Seguridad Nacional, ¿correrás el riesgo de ser acusado por incitación terrorista?

RP.- Es de preocuparse, estoy seguro que nos movilizaremos para evitar que se apruebe la Ley de Seguridad Nacional, porque si la ponen en práctica muchos caricaturistas llegaremos a prisión; será interesante ver la presión y solidaridad de los colegas a nivel internacional, en el caso de que un monero esté preso por «incitación al terrorismo»; yo sigo y seguiré dibujando las atrocidades de la guerra de Felipe Calderón, sin embargo ayer vi en las noticias cómo encarcelaron a dos jóvenes twitteros en Veracruz por «incitar al terrorismo», sólo porque difundieron el rumor de una balacera en Veracruz, su arresto es de llamar la atención, es un ensayo de lo que pretenden hacer a nivel nacional, si lo permitimos a nivel local -en Veracruz- se acostumbrarán a encarcelar a los disidentes de la opinión pública, no sólo a los que se comunican por Twitter y Facebook.

MC.- El puerto de Veracruz es vigilado por 2,000 elementos de infantería y fuerzas especiales, ¿cómo le darás la bienvenida al Centro «Antinarco» de la Marina inaugurado recientemente en Veracruz?

RP.- Con caricaturas políticas, estando al pendiente de los operativos militares y navales, de los detenidos y los muertos durante la guerra de Calderón. Escuché las denuncias de colegas que han sido «levantados» -secuestrados- no precisamente por los que dicen que son «los malos», sino por agentes del Estado. También tengo que estar pendiente de que mis caricaturas políticas sobre Veracruz sean publicadas en la edición regional de Milenio Veracruz, porque me di cuenta que no publican mis cartones, Milenio tiene un acuerdo con sus filiales para que la página editorial sea igual en todo el país, y aquí no cumplen con el requisito, eliminan mis caricaturas; me preocupa la censura, porque cada que dibujo pienso en el lector y comparto mi opinión, los caricaturistas traducimos la realidad en humor gráfico y con sensibilidad, estoy convencido de que la burla corrige conductas.

MC.- En ocasiones dibujas «la burla» con un tono sexual, recuerdo tus cartones sobre los favores sexuales que Felipe Calderón le brinda a Hillary Clinton y Barack Obama; a diferencia de El Fisgón que suele publicar historietas de corte académico -con estadísticas y opiniones de expertos- sobre la intervención norteamericana en México, ¿por qué te obsesiona la perversión y disfunción sexual de Felipe Calderón?

RP.- Una vez conversando con El Fisgón, quedé impactado cuando me mostró caricaturas del siglo XIX -específicamente de la época de Benito Juárez-, las ilustraciones eran salvajes por el nivel de sexualidad, recuerdo que dijimos: «nos estamos viendo muy putos en El Chamuco, no es posible que permitamos la involución de la caricatura política», así que nos fuimos con todo en el número especial Elecciones 2006, había de todo: políticos masturbándose, defecando a sus candidatos, se le ve el ano a Fox y Carlos Salinas está mostrando su pene con la cabeza de Calderón; así aprendí que en El Chamuco puedo dibujar vulgaridades contra los políticos, porque estos cabrones de la «clase política» nos hacen unas porquerías innombrables con sus decisiones, crímenes y corrupciones, por qué no tratarlos como los cerdos que son, y retratarlos haciendo sus cochinadas en público.

MC.- ¿Podrías contarnos la historia del cartón «Una muerta más»?, lo pregunto por la referencia de la poeta Susana Chávez y el galardón que recibió tu caricatura…

RP.- La frase: «Ni una muerta más» la acuño la poeta Susana Chávez (1974-2011) para denunciar los feminicidios y resulta que la asesinaron en Ciudad Juárez, me pareció una ironía de la vida, fue sencillo dibujar el cartón con una lápida y la frase: «Una muerta más» -tachando con sangre la sílaba «ni»-, la vida te presenta una caricatura por sí sola, uno sólo la copia. Eso llamó la atención a los organismos de derechos humanos que decidieron premiar mi cartón, además de que el único que concursó fui yo (risas); no dibujo para ganar premios, es mi trabajo, siempre me preguntan por qué no entro a más concursos, Boligán es el mejor promotor para los concursos de caricaturistas en todo el mundo y me invita a participar, pero siempre se me olvida, me da flojera leer las convocatorias.

MC.- ¿Cómo describirías el cartón que publicaste un par de días después del incendio en el Casino Royale de Monterrey?

RP.- Es un Felipe Calderón obcecado, diciendo: «Déjennos trabajar», está incapacitado mentalmente para cambiar su estrategia, ante el evidente fracaso de su guerra, en el fondo del cartón se ve a una persona corriendo del charco de sangre -no pude dibujar a 120,000 personas corriendo porque no caben-, cada que Calderón abre su boca me da pánico.

MC.- ¿Nos niegan el derecho de salir corriendo por el pánico?, lo pregunto porque en el Casino Royale y en la Guardería ABC las salidas de emergencia estaban cerradas con candados…

RP.- Sí, Calderón debería cambiar la estrategia y combatir la corrupción -que está en todos los niveles-, es una causa de las atrocidades que pasan en el país, ellos dejaron crecer el monstruo de la narcoviolencia y sólo avientan soldados por todos lados, dando palos de ciego, sin atacar al narcotráfico con inteligencia financiera; Calderón es patético, su desastre ocasiona muertes y desapariciones.

MC.- Finalmente, ¿cuándo publicarás una antología de tus retratos y viñetas con la Editorial El Chamuco?

RP.- Cada caricaturista trae su propio ritmo de trabajo, Patricio es el que tiene más ideas e historietas, yo no tengo tiempo para dibujar tantas páginas; por supuesto que pienso hacer una antología con mi trabajo, sobre todo ahora que tenemos la Editorial El Chamuco, ayer lo conversé con Patricio y Hernández, les dije que sí me atrevería a dibujar unos cartoncitos inéditos de los sexenios de Fox y Calderón para la Editorial El Chamuco.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.