Recomiendo:
0

El Centro de Investigaciones para la Paz se «renueva» sin sus voces más autorizadas

Fuentes: Diagonal

Los nuevos responsables de la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem, en Madrid), que desde 1984 patrocina el Centro de Investigaciones para la Paz (CIP), quieren «reorientar» la labor de ese grupo de estudios para que «se abra a las tendencias» sociales, pero prescindirá de sus colaboradores más fieles. Es la respuesta a una carta abierta […]

Los nuevos responsables de la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem, en Madrid), que desde 1984 patrocina el Centro de Investigaciones para la Paz (CIP), quieren «reorientar» la labor de ese grupo de estudios para que «se abra a las tendencias» sociales, pero prescindirá de sus colaboradores más fieles. Es la respuesta a una carta abierta -publicada en el pasado número de DIAGONAL y que va por 400 adhesiones-, en la que se denunciaba la «destrucción» del CIP.

La versión oficial es que incluso hay «voluntad de incrementar» la plantilla de colaboradores en ámbitos como la sostenibilidad y la cohesión social para ese nuevo enfoque, más multidisciplinar, según el flamante director del CIP, Santiago Álvarez, que recibe el encargo tras una década de litigios en el patronato de la Fuhem, zanjados hace un año por los tribunales.

La institución dice querer «conservar lo mejor y más genuino» de la trayectoria del CIP, aunque paradójicamente Álvarez no ve «mayor problema» en prescindir, entre otros, del general Alberto Piris y de Robert Matthews, experto en Política Exterior de Estados Unidos. Ellos eran quienes más tiempo llevaban firmando colaboraciones para el CIP; Piris, desde su fundación.

«Se nos dijo que no somos necesarios», relata el militar en la reserva, quien refiere además un clarificador documento de la fundación que contemplaba cambiar el nombre del centro. Ese plan, que los nuevos rectores de la Fuhem redactaron sin contar con estos colaboradores, explicitaba además que el análisis de conflictos no sería ya eje de las investigaciones. Elena Couceiro, periodista que también trabajaba con el CIP, añade que se justificaban diciendo que eran temas «polémicos» y «coyunturales», cuando, a su juicio, «son cada vez más importantes».

Esas cuestiones encontraban reflejo en un anuario (publicado por primera vez en 1986) y en la revista Papeles de Cuestiones Internacionales, pero ya tienen fecha de caducidad en la Fuhem, que hasta pretendía que los suscriptores no advirtiesen «el cambio radical» en las publicaciones, según las mismas fuentes. «Será el desmantelamiento del CIP», según Piris, que pronostica que dada la repercusión de su protesta, la liquidación definitiva se dejará para «dentro de unos meses».

Por su parte, la Fuhem habla de «nuevos proyectos» editoriales, pero muchos docentes, periodistas o estudiantes lamentan la pérdida de la valiosa fuente de información que hasta ahora ha constituido el CIP, su prestigio y su «visión estratégica comprometida».