Desde hace más de 26 años los vecinos piden el cierre del Campo Nacional de Maniobras y de Tiro de El Teleno, gestionado por el Ministerio de Defensa, debido a los graves problemas socioambientales. Los problemas medioambientales y el desarrollo sostenible están en boga. Desde hace unos años, pequeñas y grandes empresas, agencias internacionales e […]
Desde hace más de 26 años los vecinos piden el cierre del Campo Nacional de Maniobras y de Tiro de El Teleno, gestionado por el Ministerio de Defensa, debido a los graves problemas socioambientales.
Los problemas medioambientales y el desarrollo sostenible están en boga. Desde hace unos años, pequeñas y grandes empresas, agencias internacionales e instituciones públicas se suben al carro de las energías renovables, la sostenibilidad ambiental y el lavado verde de sus actividades. El Ejército español no es menos y, en su afán por convertirse en una institución moderna y renovada, ha lanzado una fuerte campaña con la que vende la idea de un Ejército humanitario en misiones de paz, de un Ejército paritario donde las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres y de un cuerpo que cuida el medio ambiente y protege nuestros ecosistemas.
A este respecto, vecinos y grupos ecologistas y sociales de la comarca de la Magaratería (León) tienen mucho que decir. Una zona natural privilegiada En El Teleno, situado en una zona natural privilegiada, el Ejército realiza prácticas con fuego real y pruebas experimentales cerca de cien días al año, hasta 200 si se cuentan el resto de maniobras. Desde el Ministerio de Defensa se defiende la gestión de sus actividades a partir de las «normas que regulan el comportamiento de las unidades militares en su contacto con la naturaleza».
En la gestión del campo, el Ejército está avalado por la certificación ISO 14001 concedida por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR). Se trata de una norma internacional que exige la creación de un plan de manejo ambiental y que es otorgada por agencias certificadoras gubernamentales o privadas, bajo su propia responsabilidad. En el caso de El Teleno, las críticas a AENOR por grupos ecologistas no han dejado de sucederse.
La Plataforma por el Desmantelamiento del Campo de Tiro de El Teleno, creada en 1998 por 16 grupos sociales y políticos, se ha mantenido crítica con la certificación. Para sus miembros, las 30.000 hectáreas reales donde el campo de tiro actúa (aunque su extensión teórica es de 6.111 hectáreas), dentro de los cuales hay varios pueblos, son territorios que están siendo duramente afectados por incendios forestales, contaminación química, destrucción física de fauna y flora, inseguridad personal, etc. Y son territorios de una riqueza ecológica especial: los montes Aquilanos, donde se encuentra El Teleno, están declarados por la Unión Europea como una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), rodeados por 48.000 ha forestales. Además, en la región habitan un elevado número de especies arbóreas y fauna autóctona de alto valor ambiental.
50 años de artillería
El campo de tiro, que comenzó en los ’50 con ocho o diez días al año de pruebas con fuego real, intensificó su actividad a partir de la expropiación forzosa de todas sus parcelas el mismo día del ‘tejerazo’, el 23 de febrero de 1981, alcanzando los 105 días anuales de pruebas en las dos décadas siguientes. De esta actividad, que en la actualidad ha experimentado una ligera disminución, se desprenden los efectos denunciados, que se agravan por el hecho de que El Teleno es un campo de tiro discontinuo, es decir, que cuando se realizan prácticas de tiro con fuego real, «se efectúan disparos por encima de poblaciones y de infraestructuras viarias transitadas así como lugares de trabajo», según Ecologistas en Acción. Éste y otros colectivos de la zona han elaborado una minuciosa lista de los efectos producidos por las maniobras militares y por los materiales utilizados (artificios fumígenos, bombas, balas, señales luminosas, etc.). Los impactos son múltiples, sin contar con el probable uso de munición con uranio empobrecido y con la también probable utilización del campo para desprenderse de material obsoleto que no se puede almacenar, según las fuentes citadas. Por un lado, los incendios forestales: se calcula que cada ocho años arde la práctica totalidad de la zona por caída de proyectiles (unas 5.900 ha). Entre 1998 y 2005 se produjeron dos incendios de primera magnitud, ardiendo en ambos casos más de 3.000 ha de robledales y otras especies autóctonas, y afectando de manera considerable a la sostenibilidad y la calidad de la vida de las regiones cercanas. También destacan los problemas de ruidos y vibraciones, así como de peligro a la integridad física, la contaminación química ambiental y los daños al patrimonio arqueológico de la zona (yacimientos romanos de inmenso valor cerrados al turismo por su inaccesibilidad), así como la contaminación acústica y ambiental.
26 AÑOS DE RESISTENCIA
ANTECEDENTES
Las experiencias de resistencia al Campo de El Teleno se han producido incluso antes de la expropiación forzosa de sus parcelas, con la denuncia, en 1979, de un concejal de La Bañeza que se opuso a la instalación militar. Sin embargo, fue en 1981 cuando comenzaron las primeras manifestaciones populares.
1985
AEDENAT, una de las organizaciones precursoras de Ecologistas en Acción, fundó la Casa por la Paz, situada en Quintanilla de Somoza, en medio del campo de tiro. Esta casa ha servido como base desde donde se han realizado numerosos actos de protesta, la creación de la Plataforma por el Desmantelamiento del Campo de Tiro en 1998, denuncias permanentes de las situaciones originadas, seminarios, actitud pasiva de no reconocimiento de la expropiación por parte de la población, recogidas de firmas, etc.
1998
Tras el incendio de Tabuyo, varios ayuntamientos de la zona y la Diputación Provincial de León pidieron el cierre del campo con la votación de PSOE, IU y Unión del Pueblo Leonés. También en esta época se inició, encabezada por el Ayuntamiento de Luyego de Somoza y la Junta de Castilla y León, una acusación particular a los dos militares responsables del incendio, que fueron absueltos en noviembre de 2004 a pesar de que el fallo reconoció que el incendio fue causada por «el impacto del proyectil en la zona».
2000
En respuesta a una denuncia de IU y grupos ecologistas al Parlamento Europeo, éste abrió un expediente de oficio al Estado español por no calificar el campo de tiro como ZEPA.
OCTUBRE DE 2004
La Plataforma por el Desmantelamiento remitió una carta a la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) pidiendo la revocación de la ISO 14001 concedida al Ministerio de Defensa.