Desde hace trece días hay una nueva matanza perpetrada por el régimen israelí en la Franja de Gaza, territorio que mantuvo bajo ocupación militar desde 1967 y tiene bloqueado desde 2007. Más de 500 personas (70% de ellas civiles) han muerto bajo las bombas lanzadas por tierra, mar y aire por las Fuerzas de Ocupación […]
Desde hace trece días hay una nueva matanza perpetrada por el régimen israelí en la Franja de Gaza, territorio que mantuvo bajo ocupación militar desde 1967 y tiene bloqueado desde 2007.
Más de 500 personas (70% de ellas civiles) han muerto bajo las bombas lanzadas por tierra, mar y aire por las Fuerzas de Ocupación Israelíes. El bombardeo incluye armas prohibidas por tratados internacionales, como ácido fluorhídrico, fósforo blanco, explosivos DIME, dardos de metal y bombas de combustión lenta. Ninguna de estas armas puede usarse en zonas habitadas, solamente contra ejércitos armados, y recordamos que Palestina no dispone de ejército, aviones, barcos o tanques y es la zona del planeta con mayor densidad de población.
Es aberrante, con los datos anteriores sobre la mesa, justificar una masacre indiscriminada a raíz de la aparición de tres jóvenes colonos muertos sin que se sepa ni el motivo de su desaparición, quién lo llevó a cabo, ni por qué motivos. Que la comunidad internacional no acepte el origen de la injusticia en Palestina y encima justifique el uso de la fuerza desproporcionada, indiscriminada y con efectos colectivos, es vergonzoso y punible atendiendo a los tratados internacionales, como la IV Convención de Ginebra, la Declaración Universal de Derechos Humanos o directivas como la europea, que prohíbe establecer lazos comerciales con países que vulneren los derechos humanos.
A día de hoy, el gobierno no reconoce el problema de base y, en palabras de esta misma mañana del ministro Margallo, justifica el derecho de Israel a defenderse y buscar un estado palestino «viable». Mientras tanto el régimen israelí sigue masacrando y anexionándose de facto territorio en Gaza.
Poco ayudan esas declaraciones y poco lo hacen cartas como la remitida por Elena Valenciano al embajador israelí un día después del inicio de este último ataque. La Sra. Valenciano es la actual Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Unión Europea, además de vicepresidenta del PSOE.
Otros partidos, de mano de sus líderes, apoyan la visión manipulada de los hechos sumándose a los actos que la propaganda israelí ha realizado en el estado español para justificar la masacre que está cometiendo en estos momentos.
Un mínimo de decencia y congruencia política obliga a que el gobierno condene los ataques indiscriminados contra la población de Gaz, ocupada y bloqueada, a la expulsión inmediata del embajador israelí y la ruptura de los tratados suscritos con el régimen de ocupación.