Hace escasas semanas, una serie de organizaciones de Madrid hicieron público un comunicado titulado «Por el diálogo y el acuerdo democrático en el País Vasco».El gobierno ha dicho que está interesado en abrir un proceso de negociación en Euskal Herria y ahora su tentáculo social madrileño mueve ficha.El 29 de junio de 2005, una serie […]
Hace escasas semanas, una serie de organizaciones de Madrid hicieron público un comunicado titulado «Por el diálogo y el acuerdo democrático en el País Vasco».
El gobierno ha dicho que está interesado en abrir un proceso de negociación en Euskal Herria y ahora su tentáculo social madrileño mueve ficha.
El 29 de junio de 2005, una serie de organizaciones de Madrid publicaban un comunicado titulado «Por el diálogo y el acuerdo democrático en el País Vasco»(1). Entre los grupos que firman este comunciado están Paz Ahora, Asociación Pro-Derechos Humanos, Paz con Dignidad, Jóvenes de IU Madrid, Elkarri, Espacio Alternativo, Ecologistas en acción y el Foro Social de Madrid. (no olvidar la firma de CGT, que, desde el 11M, reitera su lamentable actitud frente al conflicto vasco)
Sus tres párrafos más interesantes son los siguientes:
-Rechazamos la violencia, en sus diferentes manifestaciones, por vulnerar los derechos humanos fundamentales. Además de ello impide la búsqueda de una solución consensuada y duradera del conflicto. Deben cesar, por tanto y para siempre, los atentados, las extorsiones y las amenazas por parte de ETA.
-Rechazamos también las medidas excepcionales, como cierres de medios de comunicación, detenciones arbitrarias, o torturas, que son contrarias a las libertades y el estado de derecho que defendemos.
-Pedimos a los partidos políticos y a las instituciones del estado (gobierno, cortes generales) que negocien y busquen el acuerdo consensuado con los representantes legítimos de la sociedad vasca. Consideramos que en un debate democrático no hay ningún marco de convivencia que no pueda ser modificado, sobre todo en una perspectiva de futuro.
En primer lugar hay que destacar una asimetría importante cuando se dice que los atentados, extorsiones y amenazas de ETA deben cesar y no se dice nada de que se cumpla (qué menos) la legislación penitenciaria y se acabe con la dispersión de los presos políticos. Se dice que se rechazan «medidas excepcionales» como detenciones sin pruebas, cierres de medios de comunicación y torturas, lo cual está muy bien, pero nada se dice de derogar la ley de partidos ni la ley antiterrorista.
Pero bueno, esto, aún siendo significativo no es lo más grave. Lo realmente grave es que se hable de un «acuerdo democrático» y no se diga que la base de ese acuerdo debe ser necesariamente el reconocimiento del derecho de autodeterminación. ¿Cómo puede haber democracia sin derecho de autodeterminación?
Llama la atención que el discurso del comunicado sigue el mismo guión del discurso del gobierno, eliminando las cuestiones que el PSOE no acepta (derogar la ley de partidos y volver a legalizar a Batasuna, fin de la dispersión, derogar una ley que impulsa la tortura sistemática, reconocimiento del derecho de autodeterminación). El texto simplemente avanza un tantito más. ¿Es esto una pura casualidad?
Yo creo que no, si tenemos en cuenta que Zapatero se reunió dos semanas antes (14 de junio) con Ecologistas en Acción y que el papel del esperpento del Foro Social de Madrid (fundado y dirigido por PSOE, IU, CCOO, UGT) ha sido siempre llevar las riendas de la socialdemocracia madrileña.
Una cosa es reconocer que, en general, la situación actual en Madrid no es precisamente favorable para impulsar un movimiento que exija una paz justa en Euskal Herria y otra muy diferente es pensar que sólo se puede decir lo que acepta el gobierno.
Evidentemente, un proceso de acuerdos políticos en Euskal Herria requiere, en estos momentos, de la iniciativa del PSOE. Y para empujar al gobierno a negociar y para que la cerrazón del PP suponga un importante costo político, extender el discurso del PSOE en los movimientos sociales no es práctico ni ético. No sólo eso, además refuerza el inmovilismo del gobierno.
Si los movimientos sociales en todo el estado español presionan por el reconocimiento del derecho de autodeterminación como parte fundamental del proceso democrático, por la derogación de la ley de partidos, de la ley antiterrorista y de la audiencia nacional, el proceso de negociación política que no se ha iniciado quizá podría estar más cerca. No sólo eso, además estaríamos desmantelando unos mecanismos legales (terroristas) que utiliza el poder para luchar contra el movimiento anticapitalista y, en general, contra todo movimiento que le moleste. Pero parece que no es el caso.
Este ejemplo concreto muestra que la socialdemocracia madrileña intenta introducir su visión política en el debate sobre el conflicto vasco. Es una buena señal que desde diversos ámbitos sociales haya organizaciones preocupadas por participar en esta discusión, ya que eso no ocurriría si la resistencia abertzale no siguiera viva. Sin embargo desde el movimiento anticapitalista debemos denunciar la actitud de organizaciones que, por intereses políticos concretos, no buscan llegar a la raíz de los problemas. Disputarle la hegemonía ideológica a la socialdemocracia es nuestro deber, y más ahora que Zapatero parece estar jugando el papel de Lula en Brasil o Kirchner en Argentina: maquillar la forma y fortalecer el fondo.
Nota:
1. El texto completo se puede consultar en www.kaosenlared.net, en su sección de «Paz para Euskal Herria», segunda página.