El 12 de Mayo de 2004, la Coordinadora en Defensa del Medio Rural y Litoral de la provincia de Málaga solicitó una moratoria en la aprobación de proyectos de campos de golf por parte de la Consejería de obras publicas y trasportes de la Junta. A este respecto, el Consejero de Turismo Paulino Plata en […]
El 12 de Mayo de 2004, la Coordinadora en Defensa del Medio Rural y Litoral de la provincia de Málaga solicitó una moratoria en la aprobación de proyectos de campos de golf por parte de la Consejería de obras publicas y trasportes de la Junta.
A este respecto, el Consejero de Turismo Paulino Plata en la inauguración el jueves pasado del Torneo de Golf Volvo Masters 2004 consideró que no es razonable plantear moratorias de ningún tipo para la construcción de campos de golf. «Ello supone bloquear el desarrollo de sectores tan importantes para la economía andaluza como el hotelero asociado al golf «. (Diario Sur 29-10-04).
La solicitud de Moratoria se basa en gran mediada en que el campo de golf: constituye un atentado contra el paisaje y los ecosistemas naturales de Málaga, pues, por un lado, necesita enormes cantidades de terreno para implantarse, lo que ya destroza la fisonomía natural de la zona sobre la que se ubica, y por otro precisa de ingentes cantidades de agua y áridos de las sierras, con lo que modifica el paisaje y las condiciones de las zonas circundantes, al provocar el abandono de los cultivos y la expulsión de los agricultores por hacer insostenible el precio del tierra o al romper el equilibrio ecológico. También su mantenimiento a base de agentes químicos contamina los subsuelos y con el tiempo los acuíferos, ríos y pantanos; por ese hecho un campo de golf es insostenible en sí y nunca calificable como zona verde.
Existen en la provincia de Málaga 48 campos de golf, sin contar, por supuesto, las miles de hectáreas que están urbanizadas como apéndice de este tipo de desarrollo, subiendo así el escalafón de las viviendas visadas, frente a las 100.000 vacías que existen en la provincia. (documento disponible en la página de Investigación Activa Participativa del Foro Social de Málaga, archivos: http://mcs.hackitectura.net/tiki-index.php?page=OTRAMALAGA04%3A+Ejes-guia+para+comenzar )
Actualmente hay numerosos proyectos en tramite o a falta de su definitiva aprobación en los siguientes núcleos de la provincia de Málaga:
· Alhaurin de la Torre: 200 hectáreas de suelo rustico, dos campos de golf, dos hoteles y viviendas cuyo numero determinará la edificabilidad que se establezca en el PGOU. Campos de golf existentes en la localidad: Lauro Golf y Alhaurin Golf Resor.
· Rincón de la Victoria: revisión del PGOU incluye campo de golf próximo al Parque Natural de los Montes de Málaga. Campos de golf existentes en la localidad: Añoreta Golf.
· Ronda: tres proyectos de campos de golf, un circuito de alta velocidad, urbanizaciones y un centro comercial.
· Coín: tres campos de golf y más de 3.000 viviendas
· Torrox: campo de golf y 4.000 viviendas.
· Vélez-Málaga: campo de golf de 18 hoyos, más de 1.000 viviendas y un hotel de cuatro estrellas.
· Ardales: campo de golf acompañado de macro urbanización.
· Mijas: pretende instalar el «Valle del Golf», con 11 campos nuevos, que ocuparía un tercio del término municipal. Campos de golf existentes en la localidad: La Cala Golf Resort, Miraflores Resort, Mijas Golf Club y Club de Golf La Siesta.
· Villanueva del Rosario: campo de golf y una gigantesca urbanización de 2.000 viviendas (igual número de viviendas que el pueblo).
· Antequera: dos proyectos de campos de golf ponen en peligro a valiosos encinares y dehesas, según denunció Ecologistas en Acción.
Con el boom turístico que se inicio a comienzos de los 70, se produjo en la Costa del Sol Occidental un desarrollo en la construcción de campos de golf, en municipios como Marbella con 16 campos, Estepona con 5, Mijas con 4, Fuengirola con 1, Benalmadena con 1, Manilva con 1 y Málaga-Cuidad con 4 han constituido «un factor de desarrollo», según dijo el Consejero de Turismo. Eso si, algunos creemos que el «desarrollo» se ha producido en las carteras y bolsillos de quienes se están y han estado beneficiándose de un modelo turístico para Andalucía basado en la especulación inmobiliaria, en el aprovechamiento por parte de entidades privadas de los recursos medioambientales de nuestra región y en la explotación de la mano de obra.