Para paliar el problema medioambiental (calentamiento global como mantra provocado por el señuelo del CO2) creado por quemar combustibles fósiles, y el del déficit energético, hoy aceleran el proceso de transición a las renovables.
“Incentivar la calidad de vida”, era el título de un artículo que con toda ilusión envié a la prensa en general (14 diarios del grupo Vocento y otros), el día 5 de octubre, y que hoy totalmente decepcionado que no sorprendido, me veo obligado a reproducir para hacer mi denuncia y observaciones, al ser objeto de ocultamiento o censura extendida en todas las redacciones de esos periódicos de este país (salvo mínimas excepciones) a modo de pandemia desinformativa:
“Pudimos leer en el Diario Vasco (Vocento) del sábado 2 de octubre, que la Diputación tiene previsto insonorizar ciertos tramos de carreteras y autovías de Gipuzkoa. Dada la agitación que vivimos, toda idea que conlleve hacernos la vida más amable por menos ruidosa, es bienvenida. En lo económico-energético, dada la coyuntura de emergencia y entrados en proceso de transición hacia las renovables, sería deseable estudiar una doble intervención en esos tramos, al semitunelizar e instalar en sus techos placas fotovoltaicas.
Idea general también para los tramos menos ruidosos de todas las autovías. A añadir, montar en los laterales de los cuatro arcenes en todo el recorrido, postes de minieólica de rotor vertical (sin aspas), para generar electricidad a partir del movimiento del viento producido por la circulación de los vehículos.
En principio, que la idea sirva para encender luces en mentes estudiosas capaces de calcular los Kw-hora que se podrían generar por kilómetro lineal. Un reto para jóvenes estudiantes de universidades politécnicas y escuelas profesionales, tan necesitadas de que en su ámbito, se incentive el ingenio”.
Estas ideas, son las que verdaderamente apremian por crear ilusión dentro del ámbito docente. Llevadas a la vida comunitaria son generadoras de riqueza social y de ese tan necesitado bienestar y armonía relacional; tanto como para mí divulgarlas para progreso comunitario. Pero como históricamente se da con tantas creaciones que resolverían los problemas energéticos y médicos que hoy sufrimos, no tienen el alcance debido, al ser secuestradas, robadas, compradas y patentadas con el único fin, de que duerman en cajones de personas o empresas sin escrúpulos cercanas a/o miembros de gobiernos cómplices, en tareas de sabotaje al progreso de su propio país… por interés corporativo.
Para paliar el problema medioambiental (calentamiento global como mantra provocado por el señuelo del CO2) creado por quemar combustibles fósiles, y el del déficit energético, hoy aceleran el proceso de transición a las renovables. Macrogeneradores eólicos (terrestres en este país) en cumbres de montañas y mares fotovoltaicos en terrenos cultivables, sin reparar ningún partido, en que pudiéramos estar creando mayor problema que el que pretendemos resolver.
Alzar eólicas en entornos no intervenidos ni accesos, y fotovoltaicas en campos cultivables, generan problemas como desertizar el campo en una España ya vaciada, y crear un enorme impacto medioambiental por arado y desfiguración paisajistica respectivamente. Posible chatarra inservible en el medio plazo, cuyo costo de desmantelamiento, regeneración medioambiental y reciclado, irán como nuevo impuesto en la factura, con una huella ecológica impagable.
La ubicación natural para la implantación de macroeólicas, es el mar, como tendencia general europea para hacer más amable la transición a renovables. Para el ámbito privado familiar y de empresas, lo natural sería, promocionar la autoproducción de electricidad sin baterías (la compañía sería batería virtual) con conexión a red, enviando el excedente a una hucha virtual acumulativa, y conmutar para recibir de la compañía en caso deficitario. El mix ideal se logra con: minieólica, fotovoltaica y geotérmica… consiguiendo factura e IVA cero.
Depende de la legislación de cada país, el que las compañías suministradoras de electricidad, estén obligadas o no por los gobiernos, a deducir de la factura ese excedente que les envía su cliente, o lo reciban gratis. En España sí está legislado, pero recogido en una nebulosa un tanto complicada y cambiante.
El país paradigmático en autoproducción de electricidad y tendencia a factura cero, es Alemania; en particular quienes disponen de segunda vivienda, por su poco consumo y gran producción, pues permite transferirla a la vivienda usual.
Nada de esta información nos llega a España. Aquí seguimos en la nebulosa legislativa e informativa, por parte de quienes el elemento estrella que les resuelve el gran problema energético que está empobreciendo a millones de familias españolas…es el contador para las empresas y el IVA para el gobierno.
Según el Barometro FV 2022 (EurObserv’ER) de la Comisión Europea, Alemania en 2021 produjo más energía solar que España, Italia y Portugal juntas, al reconocer a las renovables de interés público y blindarlas en base a nuevas medidas administrativas, financieras y fiscales, que favorecen y facilitan su implantación, desde una mentalidad y conciencia que parten de democratizar la energía eléctrica atomizando su producción desde el ámbito de las familias.
Según el mismo Barómetro y lo escribo literalmente: “Según EurObserv’ER, España instaló 2,8 gigavatios de potencia solar fotovoltaica neta en 2021 (1,5 GW en 2020). La mayor parte de toda esa potencia ha llegado a través de contratos de comercialización, lo que ha convertido el mercado español en uno de los mayores mercados solares que operan sin subsidios de ningún tipo ni precios garantizados por el estado. Sin ayudas y sin… facilidades. Porque el sector se queja las dificultades de acceso a la red (atasco administrativo) están ralentizando el despliegue de nueva potencia.”…la dictadura energética.
Hasta aquí el relato. Ahora falta el diagnóstico de porqué también como con las energéticas, aplican la censura en soluciones alternativas o diferentes a lo protocolizado en la sanidad, incluidos medicamentos de farmacia; otro tanto en la cuota y prestaciones de trabajadores autónomos; en el ratio entre pago de impuestos y servicios sociales recibidos… ocultar es el deporte institucional. Pero lo más llamativo es la coordinación entre todas las redacciones de prensa, como si solo una persona se encarga de filtrar con ese celo extremo a censurar a ciudadanos rasos, por el solo “delito” de querer divulgar ideas de progreso para toda la ciudadanía y la nación. Castigar el hecho de “perjudicar” a los oligopolios energéticos o farmacéuticos resulta de lo más penoso y sospechoso. Así, ¿quien y qué hay detrás de tanto ocultar información de bien general?
Los ciudadanos tenemos los gobiernos que nos merecemos, porque los medios de comunicación son el gran poder aliado y monasterio intelectual de esos gobiernos-empresa. Eternamente tendremos lo que hay, mientras la gran mayoría siga tomando en exclusiva de fuentes que adoctrinan malinformando, y conducen intelectualmente intoxicando… hasta la apología de lo inmoral.
En España, a quienes apostaron con toda ilusión por la soberanía energética al instalar placas fotovoltaicas en sus tejados, en 2015 el gobierno les castigó con el “impuesto al sol”. Este precedente institucional, ya selló la sentencia y la tendencia a la monopolización y gran sumisión de nuestros gobernantes a los intereses de los oligopolios energéticos hoy… mañana privatizando el agua.
¿No hemos escarmentado lo suficiente con la incineradora de Zubieta y los cantos de sirena de la Diputación de Gipuzkoa? Así, ante esta falta de ética mediática-empresarial y falta de madurez democrática institucional, ¿qué confianza podemos volcar en proyectos como el del Gobierno Vasco con la invasiva empresa noruega STATKRAFT (por muy pública y ética que nos la presenten), para instalar macrogeneradores fotovoltaícos en las cumbres de nuestros montes, cuando tienen todo el mar Cantábrico detrás de ellas?
Ninguna… Renovables sí, pero no así; basta ver la implantación y nuevos proyectos macroeólicos marinos de nuestros vecinos Francia y Portugal.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.